Capítulo LXXVI

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Suspiré cansada al entrar en mi habitación; estaba todo como lo habíamos dejado, no eran ni siquiera las 10 y ya quería ir a dormir. Esperaba que Em y Matt pudieran hablar y solucionarlo, él había insistido tanto para llegar a su corazón que daba pena verlo así. Si bien no se me había pasado por alto lo que había dicho Valary acerca de Gena, tampoco quería pensar en ello.

-¿Cómo está?- Preguntó Zacky adentrándose en la habitación.

-Muy alterada, Valary supo dónde atacar.- Él frunció el ceño. -Siempre tuvo una competencia bastante personal con ella, nunca supimos por qué.-

-Pobre Em, la vi tan triste.-

-Está enamorada, Zachary, es obvio que...-

-Di eso de nuevo.- Me interrumpió y se acercó lentamente a mí. -Tal y como lo dijiste.- Bufé de mala gana.

-Esta enamorada, Zachary, es...- No me dejó terminar la frase y me besó desesperadamente. Su boca se movía sobre la mía con tanto énfasis y tanta necesidad que me aturdió.

-Me pone que me digas asi y lo sabes.- Susurró sobre mis labios con los ojos cerrados.

-¿Qué demonios? No estoy de humor para esto.- Sentencié alejándolo de mí. -Estoy demasiado conmocionada como para tener sexo, Zacky.- No mentía, Emilie me tenía muy preocupada y el pequeño recado de Gena me ponía muy nerviosa, ya me estaba empezando a cansar su actitud de ex novia psicópata.

-Es por lo que dijo Valary sobre Gena ¿Cierto?- Se notaba su desconcierto.

-En parte pero, más que nada, es por mi amiga... Sólo quiero verla bien, es todo.- Me senté en la cama y se arrodilló frente a mí.

-Eres tan dulce, siempre preocupándote por los demás.- Ignoré sus palabras, me puse la ropa de dormir y me acosté. Me sentía mal, tenía un muy mal presentimiento sobre lo que Gena le había mandado a decir: no lo iba a dejar en paz, jamás lo haría. Y eso lamentablemente me afectaba. -¿Qué tienes?- Preguntó sentándose a mis espaldas.

-No tengo ganas de hablar, fueron demasiadas emociones por hoy, buenas noches.- Me di la vuelta, le di un beso de pico y volví a mi posición original.

-Descansa nena, te amo.- Mis ojos se aguaron.

****

-Te ves fatal.- Dijo Abby al verme salir de la habitación. Me había pasado la mayor parte de la noche despierta, había despertado a la mañana siguiente y Zacky no estaba a mi lado.

-Lo sé. ¿Dónde están?- Se encogió de hombros.

-No lo sé, salieron temprano, creo que harían una prueba de sonido o algo así.-

-¿Y Em?-

-En su cuarto supongo.- Me dirigí allí y la pelirroja me siguió.

-¿Mala noche?- Asentí y entré en su cuarto. Emilie yacía durmiendo boca abajo.

-Green, es hora de levantarse.- La sacudí y se removió un poco.

-¿Qué hora es?-

-Es tarde. ¿Cómo te fue con Matt?- Preguntó Abby.

-Bueno, no lo sé, me dijo que lo que pasó con Valary fue antes de que nos conociéramos.- Se sentó y suspiró, sus ojeras dejaban notar lo mucho que había llorado.

-¿Le crees?-

-No lo sé... También me dijo que me ama.- Abby ahogó una exclamación, seguida de una sonrisa.

-Pues yo le creo.- Afirmé. -Sé que no es mi asunto pero jamás lo vi así, de verdad siente cosas por tí.-

-No sé si confiar, ¿Qué tal si todo es mentira?-

-¿Qué tal si no lo es? Estás asustada y lo entiendo pero si no lo intentas, no lo sabrás.- Abby asintió dándome la razón y añadió.

-Además sabes que Valary siempre compite contigo.-

Después de lograr que Emilie se levantara, cada una se fue a su habitación a ducharse y cambiarse. El concierto sería a la noche así que se suponía que los chicos debían aparecer para almorzar.

Abrí la llave de la ducha, me quité toda la ropa y entré. Mientras terminaba de enjuagar todo el jabón, unas manos fuertes se posaron en mi cintura subiendo y bajando de manera suave desde mis costillas hasta mis caderas. Sonreí por el familiar toque. Sus labios se deslizaron por mi cuello y mi hombro y sus manos ascendieron a mis pechos mientras me pegaba a él de forma sutil pero algo brusca a la vez.

-Hoy no me digas que no estas de humor.- Susurró en mi oído. Mordí mi labio inferior y sonreí. Una de sus manos descendió hasta mi feminidad y se mantuvo ahí, moviéndose en forma de círculos y hundiendo sus dedos de vez en cuando. Pequeños jadeos se escapaban de mi garganta cuando me hizo girar sobre mis talones y me arrinconó contra la pared besándome con desesperación.

La ducha seguía cayendo en compás con mis gemidos, que intentaban ser ahogados por sus labios mientras entraba y salía de mí, despacio. Sus movimientos comenzaron a hacerse más fluidos y más lentos, como si quisiera torturarme, como si fuera un animal en celo. Mis manos estaban en su espalda mientras él me sostenía de las piernas y apoyaba mi peso en la pared.

-Te amo.- Gemí despacio. Sonrió y me besó despacio.

-También te amo, jamás lo dudes.- Me puso nuevamente de espaldas a él y comenzo a moverse, de la forma que sabía que me volvía loca, sosteniendo mis caderas con fuerza. No pasaron ni cinco minutos que ya me encontraba gimiendo desesperada, arqueando mi espalda y acercando su rostro al mio con mi mano en su nuca.
-Jenna, no voy a poder aguantar mucho más.- Soltó un gemido áspero y no pude contenerlo más, estallé en un orgasmo tan fuerte que no terminó hasta que él lo hizo.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora