Capítulo LV

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Abrí las puertas de mi ropero y comencé a sacar toda la ropa y las cosas que necesitaría. Estaba furiosa, porque habían arruinado mi perfecto día y por tratar así a Marie. ¿Por qué reaccionaron así? Realmente no lo entendía, mis padres solían ser muy comprensivos pero había algo raro en todo ese problema, algo me olía mal.

-¿Qué fue lo que ocurrió?- Pregunté entrando en el cuarto de Marie sin tocar. Ella estaba sentada, con un cuadro en sus manos, llorando desconsoladamente. Reconocí la foto al instante, era de unas vacaciones en la que nos fuimos a la playa, un año antes de que Michael muriera.

-Es la primera vez, en mucho tiempo, que necesito tanto a Mikey.- Acarició el cuadro con sus pulgares mientras sus lágrimas mojaban el vidrio.

-Marie...- Me arrodillé a su altura. -Debes decirme por qué se pusieron así.-

-Se enteraron pero... No por mi cuenta... Iba a bajar para decírselo y ellos entraron a mi cuarto enojados. Dijeron que una amiga mía había venido y los había felicitado, luego, les había dicho que yo quería ocultarlo pero que ella sintió el deber de decirles... Primero creyeron que era una broma, luego comenzaron a discutir sobre mi imprudencia y sobre Matt... ¡Ellos no quieren que Matt sea el padre!- Sollozó.

-Mierda. ¿Qué hicieron con mis padres?- La abracé y acaricié su espalda, intentando consolarla.

-No lo sé, lo más curioso es que nadie lo sabía, sólo nosotras y Matt.- Se restregó los ojos como cuando era pequeña.

-¿Crees que se lo haya dicho a alguien?-

-No lo sé.-

-Prepara tus cosas, nos vamos de aquí.- Caminé hasta la cocina, donde mis padres se encontraban en silencio. -¿Quién fue? ¿Quién se los dijo?-

-Una amiga de Marie.- Murmuró mamá.

-¿Madison?- Negó. -¿Lily?-

-No, ninguna de ellas. Otra chica, amiga de ella.-

-Marie no tiene más amigas que ellas ¿Lo olvidas?- Hablaba fuerte porque estaba muy enojada con ellos.

-Dijo ser su amiga. ¿Por qué lo sabría sino?-

-Sólo yo lo sabía... ¿Cómo era esa "amiga"?-

-Alta, rubia de cabello corto, ojos claros, bonitas curvas y muy simpática. También dijo que te deje un saludo.- Mi mandíbula cayó.

"Gena, maldita zorra. Las vas a pagar una por una."

-¿Por qué le hacen esto? ¡Ella los necesita!-

-¡Prefirió ocultarlo!-

-¡Claro que no! ¿Por qué le creen a esa estúpida zorra y a su hija no? ¡Ella no es su amiga y, menos mía!- El rostro de mamá cambió.

-Jenna, esto no tiene sentido.- Dijo papá. -No quiero escucharte.-

-Si yo quedara embarazada ¿Harías lo mismo?-

-¡Basta, Jenna! Les di muchas atribuciones a ambas. ¡A tu habitación, ahora!-

-¡No me voy una mierda! ¡¿Esto es lo que Michael querría?!-

-Te estas pasando.- Advirtió.

-¡Tú no puedes ordenarme nada! ¡No después de todo lo que hice cuando él se fue! ¡No después de todo lo que pasé sola mientras te encerrabas en la idea de que él estaba en un puto y jodido lugar mejor!- Respiré hondo mientras la angustia me invadía. -¡Olvidaste a tu hijo y ahora le das la espalda a tu hija, mal padre!- Su pesada mano chocó contra mi mejilla instantáneamente. Mi madre ahogó un grito y le recriminó a mi padre por haberme abofeteado.

-Hija, lo sient...-

-Aprende a responsabilizarte de tus actos, Harrison, porque yo no soy más tu hija.- Me dolía el rostro pero me dolía más el hecho de saber cómo estaba actuando mi padre ante la situación. No se derramó ni una lágrima de mis ojos, más que para despedir mi cuarto de tantos recuerdos con Mikey.

-Vámonos, hermana.- Dije parada ante la puerta de Marie. -Mientras más lejos estemos de aquí, mejor.-

-¡¿Qué te ocurrió?!-

-Nada, olvídalo.- Sonreí apenada mientras las ruedas de mi equipaje sonaban junto a mis pies. Ambas teníamos ahorros así que, conseguir un hotel no sería problema.

-Jenna, por favor...- Pidió mamá. -No se vayan.-

-Ustedes quisieron esto, ahora afronten las consecuencias de sus actos. ¿Verdad, Harrison?- Alcé la voz para que me pudiera escuchar y cerré la puerta de golpe. Marie comenzó a llorar en la entrada de la casa y yo, intentando consolarla.

-Ya, tranquila. Saldremos de esto, lo juro por nuestro meñique.- Le sonreí y me quejé por el dolor del rostro.

-Te pondré hielo cuando lleguemos al hotel.- Dijo con un hilo de voz. Su rostro se veía hinchado y su pecho soltaba grandes suspiros llenos de angustia.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora