Capítulo XIII

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-¡¿Lo estás afirmando?!- Exclamó Jimmy con los ojos bien abiertos. Alcé mis hombros en señal de rendición.

-No me queda otra opción. Además tú lo sabes.-

-Todos lo saben, Jenna.-

-Tú solo lo mencionaste y pretendo que no lo hagas más público de lo que es. Por favor.- Le rogué con ojos aún tristes. -No quiero más escándalo público con Zachary.- Bajé la vista. Jimmy se acercó y me abrazó.

-De veras aprecio que confíes en mí, no te defraudaré.- Sonrió. -¿Qué harás con Zacky?- Preguntó de repente.

-Aún no lo sé, estoy muy confundida. No quiero sentir algo por él.-

-¿Por qué?-

-Por su forma de ser... Mujeriego.-

-Sabes que ya no se acuesta con Gina ¿Cierto?-

-Sí, algo oí, pero ¿Quién lo confirma?- Frunció los labios y asintió. Tenía razón, Zacky no era un tipo del cual podías fiarte. Era impredecible, ciclotímico, egocéntrico, sexópata y narcicista. Y, aún así, despertaba sensaciones desconocidas en mí.

Cuando Jimmy se fue, me di un largo baño. Necesitaba despejarme y, evidentemente, Zacky lo sabía. Puesto que no había aparecido ni había intentado comunicarse conmigo. Cuando me estaba vistiendo, llegó Marie con mamá y papá.

-Jenna, ya estamos aquí.- Gritó papá.

-En un momento iré.- Grité. Nuevamente cubrí mi rostro con maquillaje, peiné mi cabello y bajé las escaleras para encontrarme a mis padres, mi prima y a los Baker en el recibidor de mi casa. Abrí los ojos bien grandes y mi mente gritó "¡Matenme!"

-¡Hola!.. Uhm... ¿Qué hacen aquí?- Pregunté atónita y mi mirada automáticamente se posó en él, estaba enojado y ni me miraba.

-¡Iremos a elegir la ropa!- Chilló Marie de la emoción. La maldije mentalmente y Zacky bufó.

-¿Estás lista, cariño?- Preguntó mamá.

-Sí, sólo déjenme tomar mi bolso.- Subí las escaleras y me encerré en mi cuarto. Respiré hondo y me dije a mí misma que todo estaría bien.

-Tranquila, Jenna. Sólo serán un par de horas, unas cuantas prendas y nos iremos.- Dije en voz alta para tranquilizarme.

-¿Nos tomará mucho?- Pregunté bajando las escaleras nuevamente, con el bolso negro de cuero en mi mano. -Es que tengo que ver a Emilie.-

-No lo sé. Luego de la ropa iremos a ver la comida, si nos queda tiempo.- Rogué que este maldito día terminara rápido y salimos de allí.

-Bien, Zina... ¿Dónde quieres ir?- Le preguntó Marie a la Baker pequeña.

-Uhm, me da igual... Con ustedes.- Dijo sonrojada.

-Bien, entonces... Zacky, vé en el auto de mis padres con Jenna. Ya que se conocen...- Alzó las cejas y mi mirada fue de horror. ¿Podía tener más mala suerte?

El viaje fue incómodo, muy incómodo. Zacky me miraba de reojo mientras que mi madre chillaba emocionada y mi padre sonreía complacientemente. Él y yo éramos muy parecidos, nos gustaban y disgustaban las mismas cosas y esta, era una de las cosas que nos disgustaban.

-Bien.- Dijo Marie juntando sus manos en un aplauso mientras nos deteníamos frente a la entrada de la tienda. -La tienda se divide en dos partes, de modo que no podrán ver mi vestido.- Sostuvo la mano de Matt y sonrió con ternura. -Nosotras iremos del lado de las mujeres y los hombres, de su lado.- Todos asistieron y entramos.

El ala de los vestidos era muy bonito y muy grande. Habían tres novias, además de mi prima, probándose los vestidos y hablando con sus asistentes de lo entusiasmadas que estaban. Los ojos de Marie brillaron por la emoción al igual que los de mi madre, en cambio, Zina y yo nos sentíamos incómodas y fuera de lugar.

El tiempo comenzó a correr mientras Marie entraba y salía de los probadores con vestidos diferentes, pero ninguno la convencía por completo hasta que se probó uno diferente a los anteriores.

-Este es.- Dijo sonriéndose a sí misma al espejo.

El vestido era sencillo. De satén, con un delicado cinturón de piedras bajo el busto, tenía solamente un hombro y la cola, era del largo justo. No era con un corte de princesa, más bien, era liso, largo y delicado. Perfecto para ella. Se lo probó con un pequeño velo que le cubría los ojos y la mitad de las mejillas y tenía gotitas que simulaban ser rocío.

-¿Qué les parece?- Preguntó.

-¡Te ves hermosa, hija!- Dijo mi madre emocionada.

-Estas muy bella.- Dijeron Zina y la señora Baker al unísono.

-Jenna ¿Qué opinas?- Me preguntó preocupada. Me levanté, me acerqué a ella y le dije

-Serás la novia más hermosa de todas, y no lo digo por ser tu hermana.- Nosotras decíamos que éramos hermanas, porque lo éramos. Siempre estuvimos juntas, incluso antes de que la tía Kate muriera.

-Te amo... Hermana.- Dijo con los ojos llenos de lágrimas.

-Yo a tí, odiosa.- Sonreí feliz y orgullosa de mi prima.

Cuando terminamos, Marie nos mandó a probarnos los vestidos que a ella le gustaban. Zina sería la chica de las flores y yo, la dama de honor.

-¿Dónde están Lily y Madison?- Pregunté con desgano.

-No podían venir, pero tienen tu talla, así que no será problema. Ahora vé, muéstrame como luces esos vestidos.- Me dijo moviéndo las manos en ademán de espantar un bicho.

Finalmente, nos decidimos por uno color petróleo. No era muy llamativo y tenía un lazo blanco muy bonito. Me estaba por quitar el vestido cuando sentí cómo mi período llegaba.

-¡Oh no!- Exclamé. -¡Aquí no!-

-¿Qué ocurre?- preguntó mi prima abriendo el probador.

-Necesito ir al baño, creo que me llegó el período.- Murmuré aterrorizada.

-¿Dónde es el baño?- Preguntó a una de sus asistentes.

-En la entrada, a la derecha.-

-Gracias.- Murmuré sonrojada y salí disparada hacia el baño. Odiaba tener el maldito período, dolía como los mil demonios y se me hinchaba el estómago. Cuando finalmente salí del baño, con un humor de perros, choqué con un cuerpo cubierto por una camisa negra, una corbata de moño roja y esa loción que me dilataba las pupilas.

-Lo siento.- Dije esquivando su mirada e inspeccionándolo. Se veía muy bien en ese traje.

-Yo no.- Respondió seco.

-¿Disculpa?-

-No lo siento.- Dijo levantando mi barbilla mientras entrelazaba sus dedos con los míos. -No lamento haber tropezado contigo y no lamento haberte besado.- Sus ojos se veían tristes y tenían una leve sombra debajo. Su semblante serio resaltaba su labio inferior en un pequeño puchero que lo hacía adorable. -Te ves hermosa, Jenna.- Se acercó y besó cortamente la comisura de mis labios. Estaba inmóvil, no podía responder a los impulsos de mi cuerpo que me decían que me fuera corriendo. Se alejó de mí haciéndome extrañar su toque y besó el dorso de mi mano.

-Te veré afuera.- Dijo mientras pasaba por mi lado. -Por cierto, ese vestido resalta tus pechos. Me agrada.- Sonrió levemente y me sonrojé cual tomate mientras se adentraba en el baño de hombres.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora