Capítulo LVI

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La balanza de la vida no siempre es equitativa. A veces, cuando te va bien en el amor, en los asuntos familiares o de negocios, te va como el mismísimo trasero. Bueno, eso me estaba ocurriendo a mí.

Habíamos llegado al hotel hacía dos horas y seguía sentada en la misma posición que cuando entré. Marie se estaba dando una ducha y pude escuchar que lloraba en silencio. Unos minutos después, salió con los ojos hinchados.

-Tanta angustia le hará mal al bebé.- Murmuré y toqué su vientre tan plano como el de Abby. -Voy a salir, volveré en un momento.- Me abrigué y salí del hotel. Caminé unas cuantas calles hasta que me detuve en su puerta y golpeé delicadamente. Unos segundos después, se abrió dejando ver a un Zachary contento que, en cuanto vio mi rostro, se preocupó.

-¿Quién fue?- Preguntó abrazándome.

-Eso no importa... ¿Está tu hermano? Tengo que decirle cuán idiota es.-

-¿Por qué? ¿Qué ocurre?-

-Sólo necesito hablar con él ¿Sí?- Acaricié su mejilla y pareció entender, dado que unos minutos después, apareció Matthew sorprendido de verme.

-Jenna ¿Qué se te ofrece?-

-¿A quién más le dijiste sobre el embarazo de Marie?-

-¡¿Qué?! Y... Yo no dije nada.-

-¡Claro que sí! ¡Se lo dijiste a Gena! ¿Sabes que gracias a tí y a tu boca floja, esa demente logró que echaran de casa a mi prima?- enfaticé el "mi".

-Lo... Lo siento pero este asunto no es de tu incumbencia, yo tengo derecho de hablar con quien yo quiera.- Alzó la frente para no verse intimidado pero, a diferencia de Zacky, Matthew no tenía esa pizca de arrogancia como su hermano.

-¡Cualquiera con un poquito de cerebro sabría que no se puede confiar en ella! ¡¿Tan poco la quieres?!- En ese momento apareció Zacky.

-¿Qué ocurre?-

-Controla a tu novia, Zachary, se mete donde no debe.- Se dio la vuelta para irse.

-¡Con esa actitud no dejaré que te acerques a tu hijo ni a Marie, tienes menos de padre que un niño, gran idiota!-

-¡¿Hijo?!- Exclamó Zacky. Matthew se dio la vuelta con los ojos bien abiertos. Era obvio que su familia tampoco lo sabía.

-Así que no se lo has dicho a tu familia ¿Uh? Bueno, te devolveré el favor, pedazo de mierda.-

-Jenna, por favor no le hables así a mi hermano.-

-Tengo mis razones, Zack.-

-¿Ah sí? ¿Cuáles?-

-Le dijo a Gena del embarazo de Marie. Tú sabes mejor que nadie lo loca que está. Ella fue y le dijo a mis padres que Marie se lo había ocultado. ¿Sabes qué es lo más triste de todo esto? La echaron de la casa y, por defenderla mi padre me abofeteó.- Levanté mi cabello y le mostré mi mejilla, todavía enrojecida. -Por supuesto también me fui.- Zachary puso la mano en su frente y suspiró.

-No las dejará tranquilas, como hizo con nosotros.-

-La diferencia es que tu hermano deja que ella lastime a mi prima y yo, le voy a arruinar ese rostro operado a golpes... A ambos.-

-Linda, cálmate. Hablaré con él ¿Sí?-

-Sólo no puedo entender que él, quien le juró amor eterno y le prometió estar al lado de ella el resto de su vida, la haya engañado y ahora le importe una mierda el bebé. Si no le agrada la idea, pues que se joda. Si se hubiese puesto un condón nada de esto habría pasado.- Hablaba rápido y casi inentendiblemente. -No la merece, Zack. Tu hermano es una mierda con ella y no quiero que sufra, ella es una buena persona.- La voz se me ahogó por la angustia y mis ojos se cristalizaron.

-Ya, nena... Ya.- Me abrazó y me sentí a salvo. Había aguantado demasiadas presiones ese día y estaba cansada y débil. -¿Te estás quedando en el hotel?- Asentí. -Mañana iré a verte, sólo si quieres.-

-A decir verdad, me encantaría.- No mentía, sólo él podía hacerme sentir mejor.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora