Capítulo LXXIX

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El camino a la estación de autobuses fue torturante, aunque no tan largo. Estaba desconsolada y no podía parar de revivir lo ocurrido minutos antes.

"-¿Dónde estás pequeña? ¿Qué ocurrió con Zacky?-"

Así decía el mensaje que me había enviado Brian. Lo ignoré, no quería hablar con ninguno de ellos porque lo único que harían sería tratar de convencerme de que no me fuera. Pero no lo lograrían, nadie me iba a convencer de que me debía quedar.

-Un boleto a Huntington Beach, por favor.- Pagué el boleto y, en ese momento, mi movil comenzó a sonar. Suspiré cansada, mis ojos ardían y apostaba a que me veía horrible, pero no importaba; no en tanto pudiera irme lejos de él. -¡Ya basta!- Grité y tiré el móvil al suelo con todas mis fuerzas para, luego, pisarlo hasta que dejó de sonar.

-¿Señorita se encuentra bien?- Preguntó el chico de la ventanilla con el semblante preocupado. Asentí y tiré el destrozado aparato en un bote de basura, me senté en una banca y comencé a llorar.

El viaje a casa no fue tan largo, pero el tiempo que tardé en llegar a la estación de Huntington lo pasé llorando en silencio; era como si tuviera agua de sobra y mi cuerpo necesitara expulsarla constantemente.

¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué tenía que meterme con Zachary Baker? Las palabras de Marie resonaron en mi cabeza: "El tiempo me dará la razón."

Pensé en ella, en su intervención, seguramente ya le habían quitado el bebé. Sonaba horrible decirlo de esa forma pero es que estaba tan en desacuerdo que no podía decirlo de otra manera.

-¿Hola? ¿Hay alguien?- Pregunté en la entrada de casa.

-¿Qué haces aqui? ¿No volvías en unas semanas?- Dijo mi prima apareciendo por la cocina y su semblante cambió al verme. -¿Niña que te ocurrió?- Corrió a abrazarme y sólo pude quebrarme una vez más. -Ya... Ya.- Murmuró acariciando mi cabello. -Estás aquí, todo estará bien.-

****

Me pasé lo que quedaba de la tarde acostada, con la mirada perdida. Marie acariciaba mi cabello en silencio, acostada a mi lado.

-¿Me dirás qué ocurrió?-

-Gena...- Murmuré con la voz apagada. -Lo hizo de nuevo.- Me dolía respirar, pensar, parpadear... Me dolía vivir.

-No es su culpa...- Me incorporé y la miré incrédula. -Es culpa de él; en tanto y en cuanto ella participe de su vida, será porque él le da el lugar para hacerlo.- Y tenía razón. Ella hacía de las suyas porque él no sabía cómo detenerla. -Tienes que comer algo.-

-No tengo hambre, sólo quiero dormir.-

-Duerme, me quedaré aquí hasta que lo hagas.- Sonreí adormilada.

-Eres una gran hermana.- Me acurruqué a su lado y me dormí profundamente.

Mis ojos se abrieron a la fuerza por los gritos que se escuchaban abajo. No sabía qué hora era pero era de noche y, a juzgar por el silencio de las calles, era de madrugada. Me dolía la cabeza, mis ojos ardían y mi respiración se alteraba de vez en cuando soltando leves sollozos de angustia.

Me detuve a escuchar el alboroto, eran voces femeninas; y no cualquier voz, eran mis amigas.

-¡Maldición!- Susurré y me acomodé para fingir que estaba dormida. Unos segundos después, entraron.

-Jenna despierta.- Era la primera vez que escuchaba a Abigail de esa manera. -Sé que no estás dormida.-

-¿Qué hacen aquí? Deberían estar en Sacramento.- Emilie frunció el ceño al verme, seguramente tenía un aspecto horrible.

-¿Cómo, explícame, vas a irte sin decirnos a nosotras? ¡Nos tenías preocupadas, por Dios!-

-Lo lamento, no quise agrandar el problema.-

-¿Qué ocurrió?- Preguntó Emilie sentándose frente a mi. -Todo iba bien.- Recordé la razón por la que me había ido y mis ojos se aguaron al instante.

-Hey, no llores.- Abby se sentó al lado de Emilie y peino un mechón de mi cabello con sus dedos. -Cuéntanos... Zacky no quiere hablar con nadie.-

-Gena...- Murmuré y las lágrimas cayeron una vez más. -Ellos... Él... Me engañó con ella.- Emilie me abrazó sin dudarlo y acarició mi cabello. -Discutimos y me fui.-

-Y ese golpe en el ojo...-

-Se lo hice yo.-

-¡Wow!- Exclamó Abby sorprendida. -Bueno, te alegrará saber que finalmente le puso un alto a la rubia zorra.-

-Jamás le pondrá un alto, ella jamás se detendrá. Es por eso que me fui, es el fin para nuestra relación.-

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora