Capítulo LIX

448 45 24
                                    

-Jenna ¿Te encuentras bien? Te noto algo distraída.- Preguntó Bert quien no dudó en sentarse conmigo en cuanto me vio. Lo miré y apenas asentí, estaba muy cansada y no había podido pegar ojo en toda la noche. No sólo porque no estaba en mi cama, sino porque no podía creer que Marie iba a abortar al bebé. Ni siquiera estaba poniendo atención en la clase, sólo fingía escuchar mientras mi mente divagaba.

-Tengo... Algunos problemas, es todo.- Murmuré. Su mano se posó sobre la mía y la apretó. No había segundas intenciones o, al menos, no las noté. Sonreí por el gesto y acaricié sus dedos con mi pulgar.

-Nos conocemos poco pero creo que eres agradable y quiero que sepas que puedes confiar en mí.-

-Gracias Bert, eso es muy tierno de tu parte.- Sonreí genuínamente, por primera vez en el día.

Ya en el receso, estaba sentada con Emilie, Abigail y Alex. Ellas hablaban animadamente y yo, con la vista perdida en la charola de mi almuerzo.

-Jenna, ya fue suficiente, suéltalo.- Como siempre, Abby podía leerme como a un libro.

-Estoy cansada, no pude dormir bien anoche.- No era que no quería contarles pero no tenía tanta confianza con Alex como para exponer mis problemas ante ella, plus, no tenía ganas de hablar y me sentía tan cansada que mi cabeza estaba por estallar.

-Vamos, Jenna, dinos.-

-Cuéntanos sobre tu novio Alex.- Dije ignorando a Emilie para cambiar de tema.

-¿Por qué quieres saber sobre mi novio?- Preguntó a la defensiva.

-Wow, descuida, somos todas mujeres comprometidas.- Exclamó Abby con ambas manos en alto, en señal de paz. Alex se limitó a reír relajada.

-Ya lo conocerán, descuiden.- Reímos y su móvil sonó. -Disculpen... Hola cariño...- Desapareció de mi vista y Emilie me miró.

-Ya, suéltalo Jenna, no te estoy preguntando si quieres contarnos.- Bajé la vista.

-Sí, cariño, te ves fatal.- Añadió Abby.

-Marie y yo... Nos fuimos de casa.- Los ojos de ambas se abrieron de par en par. -Marie está embarazada y...-

-¡¿Ella también?!- Exclamó Emilie asombrada.

-Es lo mismo que dije yo... En fin, es una historia muy larga. Mi padre y yo discutíamos, me abofeteó y nos fuimos de casa.-

-¡¿Tu padre?!-

-Difícil de creer ¿Eh? Pero así es, mi querida Abby, la echaron en cuanto supieron del embarazo.-

-Realmente no puedo creerlo. ¡¿Tus padres?!- Asentí con pesadez.

-Chicas, estoy cansada, le diré a Zack que me lleve a casa.-

-¿Quieres quedarte en mi casa?- Preguntó Em.

-¡No!- Grité y luego me retracté. -Lo siento, estoy enloqueciendo... Descuiden, luego lo hablaremos bien ¿Sí?- En realidad no planeaba aceptar quedarme con ninguna de ellas pero no tenía ni las fuerzas, ni las ganas de explicarles todo.

Aún sentada con ellas, le envié rápidamente un mensaje a Zack.

"-Zack, lamento molestarte pero ¿Podrías venir por mí? Es que no me siento bien.-" Lo envié y a los pocos minutos me llamó.

-¿Qué ocurre, nena?-

-Me siento fatal, pasé una noche horrible y siento que si no me voy, me desmayaré.- Se lo tomó demasiado a pecho, puesto que se puso nervioso.

-Tranquila, iré por tí, sólo no te esfuerces.-

-De acuerdo.- Colgó.

No sabía qué demonios estaba mal conmigo, había pasado noches sin dormir pero nunca me había sentido así.

-¿Cómo te sientes? A juzgar por tu rostro, fatal.- Dijo Alex sentándose a mi lado.

-Estoy bien, gracias.- Intenté sonreír pero mi cabeza se quejó una vez más.

-Cariño ¿Por qué no comes algo?- Negué. No tenía hambre, bueno, quizás un poco pero no me entraba bocado.

-Iré afuera, Zack pasará por mi.-

-Iremos contigo, no quiero salir y encontrarte desmayada.- Emilie, una vez más, parecía nuestra madre.

-No, de veras, estaré bien, esperaré afuera.- Las saludé y caminé hacia el campus donde, unos cuantos minutos después, apareció él con el semblante serio.

-Nena, estás pálida.- Se acercó y tocó mi frente. -¡Estás ardiendo!-

-Me duele la cabeza.- Susurré y caminé con él hacia su coche.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora