Capítulo LXXXVI

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Frente a mí se hallaba parado Zacky, con el semblante serio e inexpresivo, como últimamente lo había tenido, y con un poco menos de barba. Alzó una ceja al ver que no emitía palabra alguna, pues los nervios me estaban comiendo viva.

-¿Qué haces aquí?- Pregunté finalmente con un hilo de voz. Me sentía muy intimidada por su escrutante mirada.

-Vengo a hablar contigo. ¿Tienes un minuto, o no?- Fruncí el ceño.

-Con esa actitud, no.- Cerré la puerta pero puso su pie.

-Por favor, necesito hablar contigo.- Noté un atisbo de necesidad en su voz que me contrajo las entrañas y me hizo abrir la puerta.

-Adelante.- Cerré la puerta y observé su caminar cansado. -¿De qué quieres hablar?-

-De nosotros.- Dijo dándose la vuelta. Instantáneamente los nervios se apoderaron de mí.

-Zack, es un poco tarde para hablar de esto, ya no hay un nosotros.- No se me pasaba por alto el detalle de Gena, pero no me sentía capaz de perdonarlo.

-No es tarde y sí lo hay, siempre hubo un nosotros; ya pasaron dos meses, te di tiempo para que pienses racionalmente.-

-Ya pensé, pensé mucho.-

-Me parece perfecto, porque quiero solucionarlo; quiero que nos sentemos y hablemos tranquilos como adultos.- Se lo veía seguro de lo que decía y sabía que no daría el brazo a torcer así que suspiré y me senté en el sofá. -Gena me drogó, pero eso ya lo sabes.- Dijo sentándose. Me limité a asentir. -También sabes que jamás, en mi sano juicio, lo haría.-

-Lo hiciste, muchas veces.- Frunció el ceño. -¿Quieres que te lo recuerde?- Negó con la cabeza, avergonzado.

-No lo había hecho en un largo tiempo, además jamás quise.-

-Sí, se nota.- De repente me había vuelto sarcástica.

-De verdad, Jenna.-

-Entonces tienes graves problemas para decir que no.-

-Si tú y tu estúpido orgullo escucharan...-

-Te estamos escuchando fuerte y claro, Baker.- Peinó su cabello hacia atrás con los dedos, en signo de frustración.

-Si hubieras estado en mi lugar, te habría perdonado.- Reclamó elevando la voz.

-¿Ah sí? ¿Estás seguro? Porque recuerdo perfectamente el espamento que hiciste cuando Brian me besó.- Alcé la voz como él.

-¡Eso es diferente, Brian es mi amigo!-

-¡Claro! ¿Como Gena no es mi amiga no cuenta?-

-¡Fue como una traición!-

-¡Lo que tú hiciste también fue traición! ¡Rompiste una promesa!- Exclamé mientras lo apuntaba con mi dedo índice. -Por una vez en tu vida sé objetivo... En mi lugar ¿Me habrías perdonado?- Asintió sin dudarlo. -Imagínate que me encuentras follando con Nicholas. ¿Me perdonarías?-

-No.-

-¿Y qué tal si él me hubiera drogado y se hubiera aprovechado de mi estado?- Sonrió de lado con los ojos cerrados.

-Lo mataría con mis propias manos.- Gruñó.

-¿Me perdonarías? ¿Incluso si me hubiese involucrado antes con él?- Se quedó pensativo unos instantes.

-No lo sé.-

-Ahora sabes cómo me siento, Zack. No me siento capaz de confiar en tí, incluso sabiendo que ella se aprovechó de la situación.- Se levantó y se arrodilló frente a mí.

-Estoy roto, vacío.- Susurró para luego acariciar mi mejilla. -Aquí...- Tomó mi mano y la apoyó sobre su pecho. -No hay nada... Y no lo habrá mientras no esté contigo.- Quería abalanzarme encima suyo, besarlo, acariciarlo, llorar, patalear, golpearlo... Todo junto. Nuestros rostros estaban lo suficientemente cerca como para sentir la respiración del otro, ambos moríamos por besarnos; sin embargo, ninguno se movió.

-Zack...-

-Está bien, entiendo que no quieras perdonarme.- Dijo levantándose y haciéndome extrañar su cercanía. -Pero recuerda que eres mía, no te dejaré ir y tampoco te librarás de mí.- Suspiré mirándolo fijo. -Te amo, nena.- Murmuró y, por primera vez en mucho tiempo, le brillaron los ojos. Caminó hasta la puerta y salió cerrándola detrás de él.

-También te amo.- Dije, cuando supe que se había ido, y dejé que las lágrimas salieran sin pudor.

****

-¿Puedes creerlo?- Pregunté incrédula. Bert, quien se encontraba sentado a mi lado y con mis piernas estiradas sobre su regazo, asintió.

-A decir verdad, era obvio que aparecería para disculparse; sólo que no esperaba que pasara tanto tiempo. Por cierto ¿Qué harás al respecto?-

-No lo sé, todo mi interior me grita "Perdónalo" pero no puedo hacerlo.-

-¿Por qué?- Preguntó mientras comenzaba a masajear mis pies, gesto que me hizo sonreír.

-Me encantaría saberlo.- Suspiré. En ese momento, todo mi ser era un enigma; no sabía qué quería, ni como actuar, ni nada. Sentía como si la Jenna que siempre había sido hubiese desaparecido por completo.

-Te levantaste.- Dijo sonriendo. -Es un gran paso.- Me encogí de hombros.

-No estaba en mis planes pero, en este preciso momento, no siento deseos de permanecer acostada.-

-¡Ay, monstruito! ¡No sabes lo feliz que me hace escuchar eso!.. ¿Te das cuenta? Apenas apareció unos minutos para hablar y ya te sacó de la cama. ¡Este tipo es increíble!-

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora