Capítulo LXXXIX: Dormilón

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- Joong, es hora de levantarte. - moví su brazo, pero el pelirrojo no parecía tener intención de levantarse. A cambio, soltó un sonido similar a un gruñido indicando que lo único que quería era descansar en paz.

Luego de volver de la casa de mis abuelos, nos quedamos despiertos hasta muy tarde. Primero una película algo triste que Hongjoong no disfrutó demasiado. Apretaba mi mano fuertemente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, y cuando estas comenzaban a caer se apresuraba a limpiarlas con la manga de la camiseta que le había prestado. Al final de la película, siendo solo nosotros dos, ni siquiera quiso negar lo que fue evidente durante el tiempo que nos mantuvimos frente a la pantalla.

- E-es que... - su voz quebrada no lo dejaba completar ni una frase. Pasó su brazo por mis hombros y acercó su cara a mi pecho, rompiendo en un llanto descontrolado.

Hongjoong puede tener una imagen fuerte, sí, pero también puede ser muy sensible con algunas cosas. Y algunas de esas cosas, son las películas tristes...

- ¿P-por qué...? - se preguntaba entre lágrimas.

Parecía tener un debate interno, aparentemente aquellas escenas lo habían hecho reflexionar profundamente.

Terminamos ambos sentados sobre la cama, con las manos unidas. Y una vez estuvo más calmado, pregunté qué era aquello que lo tenía así.

- ¿Sabes? Es que... Simplemente... No sé, el hecho de que un día estés aquí y al siguiente no... Y-yo no sé qué haría si... -

- ¿En qué estás pensando, Joong? Sabes que puedes decirme lo que sea. -

- En muchas cosas y a la vez en nada. Pienso en cosas que nunca van a pasar, pienso en cosas sin sentido. Podríamos decir que simplemente pienso demasiado. - suspiro. - ¿Puedes prometerme algo? -

- Uh, no sé, dime. -

- Cuando discutamos... Ah, nada, olvídalo. -

- Vamos, ahora debes hablar. -

- Solo no quiero que hagamos cosas impulsivamente, no quiero arrepentirme de nada. No puedo dejar de pensar en qué haría si algo te pasa y lo último que hice contigo fue discutir. -

- Hey, hey, más despacio. No puedo asegurarte que nada vaya a pasarnos porque no sé qué es lo que nos espera, pero creo que ambos sabemos que no somos capaces de discutir. Esto de ser cursi tal vez no sea lo mío, pero puedo asegurarte que jamás voy a dejar que te pase nada que pueda evitar y que tampoco pienso dejar que las cosas estén mal entre nosotros. Ya lo hice por mucho tiempo y no voy a volver a eso, ¿si? -

- S-sí... -

- Aunque creo que lo mismo que me estás diciendo debes aplicarlo tú. Y no conmigo, sabes que entre tú y yo siempre seré el que se acerque para solucionar las cosas porque alguien es demasiado orgulloso... -

- Seonghwa, más te vale que retractes lo que dijiste porq-

- Pero si no quieres arrepentimientos debes comenzar a solucionar las cosas que tienes pendientes desde hace mucho tiempo. No perderás nada por intentar mejorar la relación con... -

- ¿Con quién? ¿Con papá? Seonghwa, no lo conoces. No tienes idea de cómo es, y tampoco creo que quieras saberlo. -

- No lo conozco, tienes razón, pero te conozco a ti, Hongjoong. Y sé que aunque no me lo digas te duele no poder regresar a casa por la relación con él. También sé que jamás lo admitirás, pero quiero que estés bien, quiero que te olvides de cualquier cosa que te afecte como lo hacen las cuentas pendientes con tu padre. Te lo digo en serio, ¿por qué no piensas seriamente en hablar con él e intentar solucionar lo que tengan que solucionar? -

- Sé que lo dices por mí, pero estoy bien, de verdad. -

- Pff, lo que digas, Kim. -

- No te lo voy a negar, a veces me gustaría que las cosas fueran mejor entre nosotros. Poder llegar a casa y contarle sobre los chicos, sobre el trabajo, sobre ti, sobre nosotros. Pero él simplemente no parece estar dispuesto a hablar civilizadamente como un humano. -

- Ya pasaron unos días desde que volviste a casa, desde que no lo ves. Tal vez reflexionó y las cosas cambiaron. A lo mejor tu madre pudo hablar con él y comprendió lo que pasa. -

- Tal vez, pero no voy a soportar otra discusión. No tengo por qué hacerlo Hwa. Es bastante hiriente cuando quiere, y por alguna razón, aquel lado hiriente se muestra solo cuando discute conmigo. No sé, tal vez me odia o algo así. -

- Olvídalo, no te odia. Yo creo que deberías intentar volver a hablar con él. Regresar a casa, ver a tus amigos de la secundaria, aunque sé que ya no ves a la mayoría de ellos. Estar con Heeseul y con tu madre... Al menos dime que lo pensarás. -

- Si con eso vas a estar contento, está bien, lo pensaré. Pero no te aseguro nada, lo más posible es que simplemente pase del tema por un largo tiempo... -

- Eres incorregible, pero te amo. -

- ¿Puedes dejar de ser tan cursi? Iré a dormir. - se recostó mirando a la pared, intentando reprimir una sonrisa.

Me acosté a su lado y lo abracé, sin importarme los reproches por aquella posición. Cerré los ojos y me desconecté de la realidad por un momento, todo lo que oí fue una respuesta a mis últimas palabras: "también yo". Una presión sobre mis labios logró que abra los ojos, pero para ese momento, Hongjoong había regresado a su posición. Besé su mejilla y escuché una corta y suave risa del pelirrojo, y luego me rendí ante el sueño.

- ¡Kim Hongjoong! ¿Puedes hacerme caso por una vez y levantarte rápido? - Hongjoong gruñó algunas veces más y siguió durmiendo sin hacerse demasiados problemas. - ¿Sabes qué? Está bien, sigue durmiendo. Bogum quiere llevarnos a desayunar, así que supongo que le avisaré que tú no vendrás. En cualquier caso, mamá se quedará en casa contigo. - todo era mentira, a medias, pero no sabía cómo hacer que mi novio se despierte. La verdad absoluta era que Bogum sí nos esperaba, pero para almorzar. De todas formas, faltaban menos de dos horas, y si por Hongjoong fuera no se despertaría hasta la tarde.

Aquello que había dicho no funcionó. Pero si no lograba despertarlo, luego se enfadaría por no haberle dicho antes sobre el almuerzo con mi hermano. Pff, quién te entiende Kim Hongjoong...

- Si no te levantas en los próximos cinco minutos te juro que me voy a divorciar antes de habernos casado. -

Nada. Hongjoong se dió vuelta y continuó su sueño.

- ¡Kim Hongjoong! - volví a sacudir su cuerpo, esta vez algo más fuerte que antes.

Y por suerte, ahora sí abrió los ojos para contestar a mis llamados.

- ¿Qué pasa, Hwa? -

- Pasa que en una hora tenemos que salir, y es tarde, y tú no te quieres d-

- Bah, ya voy, solo cinco minutos más. -

- No Kim, dormiste como dos horas más. -

- ¿Uh? -

- Son las... - miré la pantalla encendida de mi celular. - Once y media. -

- ¿Qué? Mierda. -

- Vamos a desayunar, en un rato nos encontramos con Bogum. Es su día libre, pero ahora está con un amigo. Luego iremos a un lugar que creemos te va a gustar, así que alístate. - sonreí y salí de la habitación.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora