Capítulo XL: Cobarde

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Cuando me harté del silencio le pregunté a Seonghwa de qué quería hablar. Pues las cosas estaban algo... Tensas.

Estuvo algunos momentos como a punto de hablar, pero no lo hizo. Luego de suspirar, comenzó a hablar de una vez.

- Mira, no sé por dónde empezar. Recuerdas lo que hablamos hace algún tiempo, ¿no? Bien. Este último tiempo, estuve un poco cansado de tener que aguantar cada salida con Yuta. Siento que sus intenciones contigo no son las que piensas. Siento que por acercarte a él te estás alejando poco a poco. - estuve a punto de decirle que Yuta era solo mi amigo, pero decidió continuar.  - Déjame hablar. Si no digo todo esto ahora, no seré capaz de hacerlo luego. Sí, estoy celoso. Estoy muy celoso. Y ya no sé qué hacer para seguir soportándolo. Me gustas. Nunca me había sentido así con nadie. Quiero que estés conmigo, quiero estar contigo, sólo contigo. Por eso, quiero preguntarte si... ¿Quieres ser mi novio? -

¿Que si quería? Claro que quería. Pero no era lo mejor para mí. Un egoísta. Eso soy. Un egoísta que no se atreve a arriesgarse y lastimarse por el chico que quiere. Un egoísta que prefiere hacerlo sufrir antes que sufrir él en caso de que las cosas no funcionen. No, no un egoísta. Un cobarde.

Decidí quedarme en silencio. No era capaz de decirle que no, pues mi corazón gritaba que le diga que sí.

Seonghwa se quedó en silencio también, esperando una respuesta de mi parte. Una respuesta que no recibió. Momentos después, dijo:

- Ya, creo que ya entendí. Hoy no volveré a casa, me quedaré con Tae. - se levantó y se fue. Ví como se alejaba, mientras pensaba en qué habría pasado si le hubiese dicho que yo también lo quería. Poco a poco, mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y terminé con mi cara entre mis manos, sentado en un banco bajo la lluvia, maldiciéndome por haber lastimado a la mejor persona que había conocido en mi vida.

Me quedé un largo rato así. Cuando ya no tenía lágrimas para seguir llorando ni palabras para seguir maldiciéndome, decidí que sería hora de volver a casa. Caminé lo más rápido que pude para llegar lo antes posible. Necesitaba dormir, despejarme un poco del desastre que había provocado. Al entrar a casa empapado, algunos de los chicos parecían querer preguntarme el por qué de mis ojos hinchados y el por qué Seonghwa no había vuelto conmigo. Sin embargo, San les hizo una seña para que no hablen y me mandó a ducharme. Les dije que luego iría a dormir y subí. Escuché como Yeosang decía que mañana iría a ver a Seonghwa a la casa de Taeyong y seguí subiendo, sin prestar atención.

Entré en la habitación y me dirigí directamente al baño. Por fin solté todo lo que había reprimido y lloré todo lo que me hacía falta.

Salí sin ganas de hacer nada. Me puse el pijama y me acosté un rato. Por mucho que jugase con el celular, la imagen de Seonghwa no dejaba de aparecerse en mi cabeza. Creí que lo mejor sería hacer otra cosa, para dejar de centrarme en ello. Me acerqué al escritorio y tomé el primer libro que ví, sin prestarle atención a lo que había tomado y fui directamente a la cama para leer un rato. "Eclipse". El libro preferido de Seonghwa. Comencé a leerlo, aunque sabía que solo me iría peor intentando despejarme. Pero rayos, la habitación se sentía tan triste cuando él no estaba. Necesitaba sentirlo, de alguna manera.

Al final de cada capítulo, Seonghwa dejaba una nota con un resumen del capítulo y teorías sobre lo que pasaría en el próximo. Luego, en la siguiente nota escribía si lo que él creía que pasaría había sucedido o no, seguido de un pequeño dibujito que representaba lo que había pasado. Recordé todas las veces que lo ví leyendo, las veces que me hablaba alegremente de esa historia que tanto le gustaba. Aquella que me había recomendado tantísimas veces y que nunca había leído.

Mierda. Cuando volví a la realidad, mis mejillas estaban comenzando a empaparse de lágrimas. Me limpié rápidamente y dejé el libro en el lado de Seonghwa. Me costó dormirme, pues lo que había pasado me tenía mal. Me dí la vuelta para terminar boca abajo, y por un momento pensé: ¿Cómo estará Seonghwa? Y lo sé, sé que no debería importarme. Pero no podía evitarlo.

Eran las ocho y media cuando San subió a despertarme.

- Hyung, falta media hora y tú aún no te levantas... - escuché detrás de mí. Me volteé a verlo, y no me esperaba esta reacción.

- ¡RAYOS, HYUNG! ¿QUÉ TE PASÓ? - gritó acercándose a mí. Le indiqué que baje un poco la voz, pero cuando terminé Yunho preguntó desde abajo: ¿Qué pasó, San? ¿Están bien?. San le contestó que no era nada y me pidió que le contara por qué tenía esas ojeras.

- Bien... Ayer Seonghwa me dijo que le gustaba. -

- ¡AAAAAAH! ¿DE VERDAD? ¿Y QUÉ LE DIJISTE? -

- Shh. No le dije nada... - dije bajando mi voz de a poco.

- ¿Eh? No te entendí. -

- Que no le dije nada... -

- ¿Ah? Hyung habla más fuerte, no te escucho. -

- ¡QUE NO LE DIJE NADA! - grité yo esta vez.

- Oye, ¿tú eres o te haces? Ambos sabemos que Seonghwa Hyung te gusta desde hace mucho... -

- No es tan simple. Me encontré a Ten. Me choqué con él y me caí, intentó ayudarme a que me levante y me preguntó si nos conocíamos. Le dije que no, me disculpé y me fui. -

- Entonces, el día que llegaste de mal humor fue por eso. ¿Pero qué tiene que ver Seonghwa Hyung? -

Nada. Seonghwa no tenía nada que ver.

- Creo que ya entiendo. A ver, por lo que veo tienes miedo de salir lastimado. Mira, como amigo te voy a decir que eso es bastante egoísta, y un poco cobarde. - cobarde, eso es lo que soy. - Seonghwa Hyung estuvo muy decaído el último tiempo. ¿Y sabes por qué? Ni lo mirabas, y siendo su compañero de cuarto y el chico que le gusta estaba muy dolido. Seonghwa Hyung no suele dejarnos solos. Ni en sueños. Son embargo, ayer Yeosang nos dijo que no volvería. ¿Te das cuenta de lo mucho que cambió Seonghwa? No, no te das cuenta porque no le estás prestando atención. - habló rápidamente. Tenía razón, pero ya todo estaba perdido y preferí no hacer nada más para no seguir lastimándolo o lastimándome a mí mismo.

- ¡San Hyung! ¡En diez minutos pasarán a buscarnos! - gritó Jongho. Espera... ¿DIEZ MINUTOS?

Me levanté rápidamente y me cambié luego de que San saliera, hoy me tocaría ducharme en la empresa. Las ojeras bajo mis ojos eran extremadamente notables, como lo supuse al ver la cara de San cuando volteé a verlo. Por suerte, la camioneta se demoró un poco y estuve justo a tiempo cuando esta pasó. Durante el camino, me senté al lado de la ventana, y al llegar a la empresa ví a Seonghwa caminando junto a Taeyong hacia el edificio. Cuando bajamos, ellos llegaron a la puerta. Seonghwa entró apresuradamente, mientras que Taeyong me dirigió una mirada asesina antes de irse. Entré de una vez y fuimos a la sala para comenzar la práctica, como siempre. Solo que esta vez sería diferente. Incómodo.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora