Capítulo LXVI: Debes descansar

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- Adiós, Hyung. - Hyuck me abrazó fuertemente.

- Adiós, hijo. Espero que vengas más seguido... - mamá bajó el tono de repente. - Y que la próxima vez traigas a tu novio. - susurró mientras me abrazaba.

- ¡Mamá! -

Ella rió y se alejó de mí. Por último, me despedí de papá y subí al autobús que me llevaría a casa.

(...)

Luego de un viaje algo pesado, volví a Seoul y tomé un taxi hasta casa.

Entré y la sala no indicaba la presencia de ninguno de los chicos. No fue hasta que grité que había vuelto que me encontré con Yunho y Mingi que salían de la cocina.

- ¡Hyung! Qué bueno que volviste, necesitamos tu ayuda. -

- Ah, nunca un "¿Cómo estás Hyung?". No se preocupen chicos, estoy genial. - hablé sarcásticamente antes de ser empujado por ellos hasta la cocina. - ¿Qué pasó aquí? -

La mesa estaba llena de condimento para ramyeon.

- Chicos, ¿qué hicieron con el ramyeon? -

Nunca creí que el hecho de preparar ramyeon podría generar ese caos en la cocina. Pero claro, hablando de los chicos no sé por qué me sorprende.

- Nosotros sólo queríamos preparar el almuerzo, Hyung... -

- ¿Por qué no le pidieron ayuda a Hongjoong? ¿Aún no llegó? -

- Sí, llegó. Pero dijo que no iba a almorzar, parecía no estar de buen humor. No lo sé, parecía algo... ¿Triste? - Yunho miró a Mingi, esperando que hable para saber si él lo había percibido igual.

- Sí, de hecho me preocupó un poco. ¿Tienes idea qué le pasa? Ya sabes, es extraño verlo así. -

- Creo que tengo una idea, pero no importa. Luego hablaremos con él. Ahora hay que limpiar este desastre... - miré la mesa oscura, cubierta de un polvo anaranjado, el cual se supone debería estar en el agua. - ¿Cómo se supone que pasó esto? Hay más condimento fuera del agua que dentro... -

- ¡No lo sabemos! Simplemente estábamos preparando, ¡y de la nada todo esto terminó así! -

Me dispuse a limpiar mientras que Mingi barría y Yunho revisaba el agua. Al terminar, les dije que subiría a ver a Hongjoong y partí a la habitación.

Me encontré con Hongjoong sentado frente a la computadora, con los auriculares puestos. Había vuelto a trabajar tan solo unas horas después de regresar a casa, era casi un adicto al trabajo.

Estaba tan inmerso en su mundo que no se dió cuenta cuando entré. Dejé mis cosas y recién cuando me acerqué y besé su mejilla notó mi presencia.

- Hola, Hwa. - sonrió levemente para quitarse los auriculares y apagar la computadora.

- Los chicos me dijeron que no ibas a comer, también están algo preocupados, les pareció que estabas algo triste... ¿Qué pasa, Joong? - corrí un mechón de cabello que caía sobre sus ojos.

- No me siento muy bien, tampoco tengo hambre. - rápidamente coloqué mi mano sobre su frente, la temperatura parecía ser más alta de la normal.

- Ven, deja de trabajar. - me levanté y tomé su mano, tirando levemente de ella. Teníamos que comprobar si tenía fiebre, y aunque no la tuviera necesitaba descansar o tomar medicinas para sentirse mejor. No era normal que no se sintiera bien.

- No, tengo que seguir-

- Kim Hongjoong, levántate de la silla y recuéstate. - hablé un poco más fuerte de lo normal. Hongjoong me miró y terminó por obedecer lo que le pedí.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora