Capítulo XCV: Todo irá bien

123 16 0
                                    

- Puedes volver a casa Seul, voy a quedarme aquí por la noche, y cuando le den de alta lo llevaremos a casa. - habló Hongjoong. Ya habían pasado algunas horas, había atardecido y se estaba acercando la hora del toque de queda del apartamento de Heeseul.

- Está bien, volveré solo porque mañana tengo clases por la mañana, pero avísame cuando lo lleven a casa. - Heeseul estaba claramente preocupada por su padre, el cual, por lo que sabía, jamás había tenido ninguna clase de problema de salud, por más leve que sea.

Por último, la castaña asintió y se despidió de su hermano, que comenzó a hablar conmigo.

- Hwa, tú también puedes irte. Me quedo aquí por hoy, pero tú debes descansar. Tendrás unas semanas complicadas... -

- No, está bien, voy a quedarme contigo. - decidí, sin estar dispuesto a cambiar de parecer.

- Vuelve a casa, vamos. Mañana si quieres puedes venir por la mañana. - el rubio acarició mi cabeza, intentando convencerme con una sonrisa capaz de robarme miles de suspiros.

- ¿No vas a dejarme quedar contigo? - el rubio continuó con aquella sonrisa capaz de matarme.

- No es tan así... Solo sé que vas a necesitar un descanso. -

- No necesito descansar, necesito estar contigo. Estás trabajando mucho, el que debería ir a casa eres tú. -

- ¿Entonces vamos a quedarnos los dos? En verdad no me molesta tanto la idea, pero luego no digas que no te avisé. - se sentó frente a la puerta de la habitación.

Me senté a su lado y tomé su mano. Finalmente se apoyó en mi hombro, cerrando los ojos.

- Sigo sin poder creer que quieras traer a papá. Puede salir extremadamente mal. - dijo con la mirada baja.

- Sé que aunque no me lo digas te preocupa, no me molesta hacerlo por ti. A lo mejor y hasta logro que me acepte. - hablé con una mínima esperanza.

- Suerte, la vas a necesitar. - suspiró.

- Qué optimista eres, Joong. -

- Estás pasando demasiado tiempo conmigo, ya estás hablando como yo. -

- Idiota, duermo contigo. -
Hongjoong rió y cerró sus ojos, para luego apretar levemente mi mano.

Las horas pasaron, terminé dormido y apoyado sobre la pared.

La noche llegó, Hongjoong despertó unos minutos antes que yo. Desperté cuando lo oí hablar con el doctor.

El rubio sonrió y agradeció al amable hombre.

Cuando éste se fue, notó que había despertado y se acercó.

- ¿Qué dijo? - hablé tallando mis ojos, aún somnoliento.

- Mañana por la tarde podemos llevarlo a casa. Voy a avisarle a mamá y a Heeseul. - sonreía mi novio.

Asentí y el rubio se alejó.
Prendí mi celular, alguna que otra llamada perdida de Yeosang y mensajes de los chicos.

Marqué el teléfono de Yeo y esperé a que conteste.

- ¡Hyung! Me estabas preocupando, ayer ninguno de los chicos supo nada de ustedes. Sabíamos que Hongjoong Hyung estaría trabajando en casa, pero nos preocupamos al no saber nada de ti. - imaginé al castaño con un rostro que simulaba tristeza al otro lado de la línea.

- Lo siento, Yeo. Tuvimos un día complicado. -

- ¿Pasó algo? ¿Están bien? -

- Sí, nosotros estamos bien, pero el padre de Joong tuvo una emergencia y estamos en el hospital. No te preocupes, no fue nada grave, pero va a quedarse algunas semanas con nosotros. -

- ¿Qué? -

- Lo que oíste. -

- ¿Estamos pensando en la misma persona? ¿El hombre que hizo enfadar tanto a Hongjoong Hyung que estuvo dos años sin visitar? -

- Sí... -

- Estás loco. -

- ¿Tú también? Hongjoong está en el mismo plan. -

- ¿Es que tú estás oyendo lo que dices? En tu lugar, eso sería de las últimas cosas que haría. Además, Hongjoong Hyung y él no se llevan bien. Solo hay una forma en la que las cosas pueden salir. -

- Ya está bien, sé que puede salir mal, pero quiero hacer lo posible porque ellos estén bien. Lo nuestro fue su último tema de discusión, Hongjoong terminó bastante enfadado, pero sé que también le duele llevarse así con su padre. -

- Bien, supongo que sabes lo que haces. - Yeosang suspiró.

- Sí, lo sé Yeo. No te preocupes. Debo irme. - dije al notar que Hongjoong había señas para salir del edificio.

- Está bien, luego me cuentas. ¿Nos vemos mañana? -

- Sí, hasta mañana. -

- Adiós. - colgué y fui hasta el rubio.

- Vamos a cenar, es tarde. Nos salteamos el almuerzo, ya tengo hambre. - asentí, mientras él, automáticamente, tomó mi mano y salimos del lugar.

- ¿Qué pasa, Joong? - me atreví a preguntar después de notar lo pensativo que estaba mi novio.

- Nada de qué preocuparse. -

- Llevamos dos años juntos y aún no logro corregirte, eres un caso perdido. Vamos, cuéntame. -

- Es que ni yo sé qué es lo que me pasa, Hwa. - comenzó a jugar con sus manos.

- A lo mejor puedo ayudarte. -

- No creo, pero está bien, veamos. Sabes que él y yo nunca tuvimos una buena relación, pero de alguna forma me siento muy preocupado por lo que le pasó. Esta ve, fue solo un susto, nada grave. Pero, ¿qué pasaría si en verdad hubiera sido más grave? No sé si me entiendes. -

Estuvimos hablando un momento sobre ello. Si bien en algún momento de nuestra relación había sido un frecuente tema de discusión, las cosas habían cambiado.

En el tiempo que había pasado, Hongjoong solo iba algunas horas a casa y volvía antes de que su padre regrese del trabajo. Se saltaba los cumpleaños de sus familiares cuando podía, excepto los de sus abuelos. En ellos, no hablaba con él.

Para Hongjoong siempre fue un tema bastante complicado, pero era hora de que aquello cambie; y yo estaba decidido hacer todo lo posible para lograrlo.

Volvimos al hospital y allí nos quedamos hasta el otro día. Por la mañana, al menos uno de nosotros tenía que pasar por la empresa. Quedamos en que yo iría, mientras Hongjoong se quedaba con su padre. Había despertado y necesitaban tener una larga charla.

- Pasaré en cuanto me avises que ya podemos volver a casa, ¿te parece? -

- Sí, está bien. Tengo que ocuparme de los papeles de la internación y los del alta, supongo que llevará un rato. El doctor ayer dijo que podríamos volver por la tarde, pero hoy me dijo otra cosa. En cualquier caso, te aviso. Toma las llaves. - sacó las llaves del auto de su bolsillo.

- No te preocupes, todo va a salir bien. - susurré luego de acercarme a su rostro. - Adiós, nos vemos luego. Te amo. - luego de un beso en su mejilla, con una sonrisa cálida y una mirada que indicaba que todo estaría bien, me dirigí a la salida, dejando al rubio temeroso por lo que podría pasar.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora