Capítulo XVI: Desayuno

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Cuando ví a Seonghwa en la puerta de su casa, comencé a apurarme, hacía frío y lo mejor era que estemos fuera el menor tiempo posible.

Me acerqué y le pregunté que cómo estaba. Me dijo que estaba bien, y esta vez fue él quien me preguntó cómo estaba. También me presentó a Taeyong, quien me veía como un padre examinando al novio de su hijo.

Extendí mi mano presentándome, y Taeyong la estrechó (bastante fuertemente, cabe aclarar) con una mirada fría. Seonghwa le dijo que debíamos irnos y nos despidió, pero antes me llamó porque "tenía que decirme algo". Me acerqué y me susurró fríamente al oído:

- Cuídalo con tu vida. – comenzó a alejarse lentamente.

- ¿E-eh? ¿Qué quieres decir? – ok, esto me puso nervioso.

- ¿Crees que no me dí cuenta de cómo lo miras? Amigo, déjame decirte que eres muy obvio. – se rió. Me estaba tomando el pelo. Se alejó de mí.

Caminé hacia Seonghwa, quien me miraba curiosamente mientras me aproximaba. Oí como Tae saludaba y, al llegar a Seonghwa, comenzamos a caminar en dirección a casa mientras hablábamos de lo que desayunaríamos.

Una parte del camino fue silenciosa, estaba intentando encontrar las palabras para disculparme con Seonghwa, no sería nada fácil.

Finalmente, comencé a decir lo mucho que me cuesta conocer personas nuevas, lo difícil que es para mí hacer nuevos amigos. En parte era verdad, pero no del todo. Estaba saltándome la parte de mi confusión sentimental. Y, por supuesto, las discusiones con San.

Por suerte, Seonghwa siempre se mostró dispuesto a dejar en el pasado ese hecho. Ahora lo único que veo complicado es confirmar que me gusta Seonghwa o no.

En fin, el camino fue divertido. Estuvimos hablando sobre los chicos, me dijo que él también se sentía como su padre. Me contó que nunca había sentido eso antes, sentía que debía cuidarlos, quería cuidarlos. También me contó que siempre le habían gustado los niños. Su cara iluminada al pensar que algún día sería padre simplemente derritió mi corazón.

Luego, estuvimos hablando sobre nuestras familias. Me contó que ayer su hermano no le había hablado en todo el día, la preocupación se notaba en sus ojos. Tienen una relación muy cercana, están en contacto las veinticuatro horas del día. Le dije que podía llamarlo antes de que la camioneta pase a buscarnos, pues era demasiado temprano todavía. Se acordó de Heeseul, pues luego me preguntó si estuve en contacto con ella este último tiempo. Le conté como había sido este último tiempo, Seul me contó que le gustaría venir a estudiar un año aquí, al centro de Seoul. Su instituto está organizando intercambios. Está estudiando para ver si puede venir un año aquí. En lo personal, la idea me gusta, desde que me mudé aquí ya no la veo como antes. Solo la veo cuando voy a casa, lo que es igual a su cumpleaños y las vacaciones de enero, para que también pueda estar en el cumpleaños de papá y mamá.

Llegamos a un restaurante abierto. Seonghwa entró y pidió Bibimbap, pero esta vez no me dejó pagar. Este chico es tan terco como yo...

Seguimos caminando, y cuando llegamos a la puerta de casa le dije:

- Seonghwa Hy-

- Dime Hwa. –

- Está bien, Hwa Hyung. – me miró con una sonrisa. – Estás a punto de ver el gran desorden en el que vivo, así que por favor no te asustes. –

Seonghwa rió.

- No te preocupes. –

Cruzamos la puerta y subimos las escaleras. Abrí la puerta del departamento y dejé que Seonghwa pase.

- Espero que quieras ser mi compañero de cuarto aún después de haber visto esto... -

- Pff. ¿Quién dijo que yo quiero ser tu compañero de cuarto? – me miró desafiante.

- Vamos, yo sé que te encantó el hecho de que el manager nos haya puesto juntos. –

- Ah, lo que digas. –

- Bien, yo voy a traer platos para comer, tú deja las cosas sobre la mesa. – dije dejando el bolso que traía sobre el sillón. Le indiqué que deje el otro ahí y fui a la cocina. Me apoyé contra el refrigerador, mi corazón estaba muy agitado. La imagen de Ten no dejaba de aparecer en mi cabeza. Decidí pasar esto por alto y buscar lo que necesitábamos para comer. Tomé los platos, dos juegos de cubiertos y servilletas. Esto me recordaba a la primera vez que almorzamos juntos. Con una boba sonrisa, volví con Seonghwa, quien parecía estar viendo las fotos de los estantes.

- Entonces, ¿desayunamos? – me preguntó.

- Sí, sí. –

Nos dispusimos a comer, mientras seguíamos hablando sobre el hecho de comenzar a vivir con los chicos. Comenzaremos a vivir solos. Ocho chicos de entre diecisiete y veinte años, solos. Esto no podría salir bien.

- Oh, los chicos ayer dijeron algo sobre una fiesta de bienvenida, ¿sabes de qué hablaban? – me miró interesado.

- Bueno, San me dijo algo ayer, pero no tengo idea de lo que quería decir. Solo espero que no algo de lo que debamos preocuparnos... -

- Mira, si es algo que planeó con Wooyoung, Mingi, Yunho y Yeosang seguramente tengamos que preocuparnos... -

- Vamos, ¿qué es lo peor que puede pasar? – en ese momento, una casa incendiada, los chicos corriendo nosotros fuera, llamando a los bomberos, aparecieron en mi cabeza. Moví mi cabeza de un lado al otro, intentando sacar esas ideas de mi cabeza.

- Tú también pensaste en una casa incendiada, ¿no? Definitivamente tenemos que preocuparnos. –

- Ok, puede ser que tengamos que preocuparnos un poco. Pero luego hablamos y vemos que información les podemos sacar. – me miró cómplice.

- Me parece bien. – dijo continuando con su plato.

Seguimos comiendo mientras hablábamos.

- Bien, creo que esto será un gran desorden. – me vió como si estuviera algo preocupado. – A decir verdad, no estoy seguro de que esto vaya a salir bien. –

- Bueno, yo tampoco o estoy. Sin embargo creo que podremos hacerlo bien, quédate tranquilo. –

- Está bien. – me sonrió tímidamente.

El resto del desayuno fue un poco más silencioso, pero aún así no faltaron las sonrisas. Unos minutos antes de que terminemos, el manager nos mandó un mensaje a uno de cada grupo para que le digamos las direcciones por las que tenía que pasar la camioneta. En nuestro caso, le escribió a Seonghwa. Le dijo que estábamos en casa y luego insistió para ayudarme a terminar de limpiar todo. Es tan testarudo que terminó "ganándome". Al final, terminamos de limpiar todo juntos hasta que nos avisaron que la camioneta estaba en la puerta de casa.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora