Capítulo LXVII: Pensativo

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- ¡Hyung! ¿Cómo estás? - Yunho y Mingi agitaban sus manos saludándome en la entrada del jardín.

Con mis cosas en la mano, me fui acercando a ellos, hasta que el el último tramo fueron ellos los que tomaron mis cosas.

- Oh, estoy bien, creo... ¿Qué hay de ustedes? ¿Disfrutaron tener la casa para ustedes? - comenzamos a caminar hacia la casa.

- Uhm, no. Por favor, no vuelvan a irse. - dijo Yunho.

- Hyung, ¡la casa es tan terrorífica del noche! Es demasiado grande, y muy oscura, y los cuartos están muy lejos, y... -

Mingi comenzó a acelerarse, hasta que Yunho tocó su brazo, indicándole que parara.

- Hyung, ¿estás bien? No lo sé, no te ves como siempre. -

- Ah, sí, no se preocupen. -

- Ahm, si tú dices... Oye, ¿qué quieres comer? Mingi y yo nos ocuparemos del almuerzo. Seonghwa Hyung llegará justo a la hora de comer. -

- No se preocupen por mí, no voy a comer. -

- ¿Pero por qué? ¿Te sientes bien? - estaba preocupándolos, y no era la idea.

- Sí, tranquilos. Es solo que tengo que arreglar algunas cosas antes de volver a trabajar. -

- Pero aún nos quedan unos días... - Mingi le susurró a Yunho.

- Oh, ¿entonces no preparamos nada para ti? - negué mientras abría la puerta principal.

Me dieron mis cosas y subí, encerrándome en el cuarto.

Creí que al volver a casa me sentiría mejor, pero no fue así. No podía dejar de pensar en todo lo que había pasado con papá, me sentía algo culpable. En realidad no quería discutir, pero realmente cada una de sus palabras solo me hacía enfadar más.

Dejé las cosas en el piso y me abalancé sobre la cama.

Estaba tan frustrado... Era como si de la nada todo comenzara a ir mal. Sentía que lo que hacía estaba mal, no podía comprender el hecho de que otras personas lo tomen como un capricho, o lo tomen como una enfermedad. Quería llorar, quería gritar, quería irme lejos lo antes posible y no regresar por un largo tiempo...

Pero eso no serviría de nada, además de que preocuparía a los chicos, y, en verdad, eso era lo que más me preocupaba.

El regreso a casa significaba regreso al trabajo. Me mantendría ocupado y no tendría que pensar demasiado en lo que había pasado.

Por eso, prendí la computadora que saqué de uno de los bolsos y me senté enfrente suya, en el escritorio.

Decidí pasar por alto el dolor de cabeza que me invadía, supuse que pasaría rápidamente. Aunque mi compañero no pensaría lo mismo al enterarse...

Abrí cada uno de los programas que usaba para trabajar, y a partir de allí el tiempo pasó volando.

Solo pude volver a la realidad cuando un chico a mi lado besó mi mejilla.

Seonghwa me sacó de mi mundo en un momento. En cuanto lo saludé y dejé el trabajo a un lado, dijo que los chicos estaban preocupados.

<<Genial, lo único que faltaba.>>

También preguntó si me pasaba algo, y simplemente le dije que no me sentía del todo bien. Aunque para mí era una estupidez, Seonghwa estaba seguro de que no.

No importó la oposición que impuse, pues finalmente Park Seonghwa terminó por despegarme del escritorio al notar que la temperatura de mi frente era más alta de lo normal.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora