Capítulo LXXXVII: La familia Park

119 20 0
                                    

- ¿Está rico, Hongjoonggie? - habló mi abuelo mirando a mi novio, mientras él levantaba la mirada de aquel plato.

El pelirrojo había sido aceptado rápidamente como parte de la familia, cosa que lo tranquilizó en demasía. Si bien al principio Minho fue bastante frío, finalmente congeniaron al notar que tenían gustos similares y personalidades parecidas. Hongjoong incluso prometió ayudar a Minho a convertirse en productor y lo hizo jurar que lo escucharía cantar al enterarse lo bien que lo hacía.

Chan mostró su lado más extrovertido, lo que llamó especialmente la atención de Joong, pues no estaba acostumbrado a ello. Claro que había olvidado la primera vez que vió a San.

Los abuelos lo adoptaron como un nieto más, pidiéndole que los visitemos más seguido e interesándose en él como nunca lo hicieron con nadie. O tal vez sí lo hicieron, pero solo con Jisung, el novio de Minho.

Los pequeños lo miraban intrigados, sin terminar de comprender quién era o por qué estaba allí.

- ¿Tú eres el esposo de Hyung? - preguntó Hyuck tan solo unos minutos después de conocerlo, mientras su padre casi escupió el agua que estaba tomando y comenzó a reír.

Hongjoong se había quedado helado ante la pregunta, pero finalmente rió junto a Yongguk.

- No, Junnie, no es su esposo. - negó con la cabeza y acarició suavemente la del niño.

- Pero va a serlo. - susurré al pequeño y solté una leve risa, mientras Hongjoong golpeaba suavemente mi brazo, para luego negar al niño, anulando lo que había dicho anteriormente.

- No le hagas caso a tu primo. - le dijo con una sonrisa.

Hongjoong se ganó el amor de toda la familia en un par de horas, y aquello no podía alegrarnos más.

- Está delicioso, señor Park. - Hongjoong sonrió al mayor.

- ¿Qué hablamos, Hongjoong? - dijo el hombre, enarcando una ceja. Mi novio se desconectó un momento de la realidad y recordó aquello que le había dicho mi abuelo.

- Lo siento, Jihoon. - rió y regresó al almuerzo. Continuó hablando con Minho y Chan, mientras yo me mantenía al pendiente de la conversación de los mayores.

Hyungsik contaba cómo había comenzado su vida de soltero luego de separarse de su esposa, una larga relación que había finalizado en buenos términos. La pequeña Bommie se veía muy feliz junto a su padre, pero a la vez se la notaba extraña puesto que era el primer año que pasaba año nuevo sin su madre.

Taemin llegó un poco más tarde que Hyungsik, había pasado a ver a sus padres tan sólo unas horas antes.

Minho le contaba a Hongjoong sobre sí mismo. Al llevarse tan bien tan rápidamente, lo más posible era que luego de aquel día, mi primo hable más con mi novio que conmigo.

- Entonces hoy iré a su casa y me quedaré con él, mañana salimos. - contaba mi primo a Hongjoong, hablando sobre las vacaciones que había planeado con Jisung.

- Vaya, eso es genial. Hwa, ¿qué te parece si nos vamos unos días de Corea a la primera que podamos? - volteó a verme.

- Sabes que sería estupendo, pero hay alguien que siempre está ocupado... - las expectantes miradas de mis primos estaban sobre mí.

- Yah, Seonghwa, no seas así~. - rodé los ojos.

- Si apenas vuelves a casa, ¿de verdad piensas tener varios días completamente libres? Ya sabes, adiós computadora, y olvídate de hablar sobre trabajo. -

- Claro, todo por ti. - sonrió seductor, mientras Chan y Minho se reían de mi sonrojo.

- Pff, ¿debo recordarte que eres un adicto al trabajo? - retomé la compostura rápidamente.

- Peeeero podría tomarme un descanso si quieres. -

- Sí, sí, lo que digas... - Hongjoong pasó su brazo sobre mis hombros y continuó hablando con mis primos como si nada.

La cena transcurrió en silencio, luego de que llegaran mis padres. Las risas de los pequeños que jugaban por la casa y las amenas charlas de los mayores lograron instalar la calidez en el ambiente.

Llegó la hora de brindar, Hongjoong se levantó para ayudar a mi abuela y a mis tíos. Tan solo fueron un par de horas y ya se había convertido en el nieto preferido...

Luego de que ella y mi novio salieran de la habitación, decidí seguirlos para ayudarlos a traer lo que debían.

- Nunca ví a mi pequeño tan feliz, ¿sabes? - oí la voz de mi abuela al acercarme a la puerta de la cocina. - Quiero decir, él está realmente feliz contigo. Lo completas, Hongjoong, pareces ser todo lo que necesita. - la mujer continuó hablando, mientras yo me acercaba sonriente cada vez más para apoyarme en la puerta. - Y quiero agradecerte. -

- ¿Q-qué? No, por favor, yo no hice nada. En verdad, fue su nieto quien entró a mi vida para darle felicidad. - imaginé a Hongjoong avergonzado, pues aquello que había dicho era "demasiado cursi" para él. - Y-yo, me refiero... No nos conocemos hace mucho, poco más de dos años. - abrí lentamente la puerta y ninguno lo notó. - Tuvimos muchos problemas al conocernos, varios malos entendidos y algunas discusiones. - Hongjoong recordaba aquellos momentos, se lo notaba algo afligido por los malos recuerdos del momento. Y no lo voy a negar, llevaba un tiempo sin pensar detenidamente en ello y tampoco me gustaba mucho recordarlo. - Cualquier otra persona se hubiese rendido conmigo... A decir verdad, muchas personas terminaron por rendirse al conocerme a lo largo de mi vida. Pero con él fue diferente, él es diferente. Más allá del hecho que trabajamos juntos y no teníamos opción de no volver a vernos, Seonghwa fue paciente mucho tiempo. A pesar de mis idas y vueltas, él aceptaba cada decisión que tomaba cuando me alejaba, y luego de una charla, podía volver a la normalidad en tan solo unas horas. Fue capaz de comprenderme mejor que nadie, e, incluso cuando no podía hacerlo, decidía no enfadarse y acompañarme. Tuvimos un año complicado, en cuanto noté lo que estaba sintiendo por él, intenté impedirlo a toda costa, volver en el tiempo, y Seonghwa lo sufrió. No fui capaz de explicarle el por qué, así que sin ningún tipo de razón, terminé alejándome de él. Sin embargo, tampoco me pidió alguna explicación. Cuando nos mudamos, ambos terminamos en una habitación, siendo obligados a dormir juntos, convivir, y no pude escapar más de mis sentimientos. Una noche, con algunos tragos encima, lo besé, y un tiempo después hablamos sobre lo que sentíamos. Descubrimos que ambos estábamos igual, así que decidimos probar y ver qué salía de aquello. Las cosas se volvieron más serias, hace un tiempo comenzamos a salir formalmente, y... Bien, aquí estamos. - rió suavemente.

La mujer, que había observado las emociones que atravesó Hongjoong, se acercó a él y lo abrazó.

- Vaya pequeño, debes haberte sentido tan confundido. - acarició el cabello del pelirrojo, mientras este también la abrazaba. - Me alegra saber lo mucho que significa Seonghwa para ti, y me alegra aún más que hayas podido confiar en mí como para contarme su historia. Espero verte más seguido por aquí. - se alejó de él, no sin antes besar su cabeza, para luego decir algo que desconcertaría a Hongjoong. - Bienvenido a la familia. -

Una inmensa sonrisa se asomó por los labios de mi novio, mientras sus ojos mostraban aquella felicidad que él merecía sentir. - G-gracias... -

Entré en la habitación sonriente, para finalmente cumplir mi cometido. - Así que ya tienes un nuevo nieto, ¿eh? - ambos voltearon a verme, inquiriendo saber qué tanto había oído de la conversación.

- Vamos Seonggie, no estés celoso. Aunque no me enfadaría si vinieran ambos más seguido. - habló cálidamente. - Ahora vamos, ayúdenme con esto. - nos dió algunas cosas para que volvamos con los demás.

- Primero robaste mi corazón, luego el de toda mi familia. ¿Qué sigue? -

- Tal vez lo próximo que robe seas tú. - guiñó sonriendo y volvió rápidamente con el resto.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora