Capítulo XXIII: Es mi culpa

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Cuando comencé a alejarme de Hongjoong, él me tomó por la camiseta, pegando mis labios a los suyos. Al principio estaba algo sorprendido, pero luego cerré mis ojos y disfruté del momento. Por un segundo, sentí que todo estaba bien. Todo estaba bien si él estaba conmigo.

Nos separamos algunos segundos después y una tonta sonrisa asomó por mis labios. Pude notar cómo Hongjoong comenzaba a sonrojarse, ¡tan tierno!

- Ahm... Mejor vamos a dormir. – dijo antes de recostarse y taparse con las sábanas completamente. Estaba seguro de que él pensaba que esto había pasado por el alcohol, que yo no sentía lo mismo por él (si es que él sentía algo por mí), que todo había sido un error.

Por eso, me acosté a su lado mientras él me daba la espalda. Lo abracé por el abdomen y le dije:

- Sé lo que estás pensando, no fue un error, Joongie. –

Hongjoong se dio vuelta, quedando boca arriba y abrazándome por la espalda. Volví a abrazarlo y apoyé mi cabeza en su hombro. Mis ojos comenzaron a cerrarse y me quedé dormido en su pecho.

Desperté en la misma posición en la que me había dormido, y una estúpida sonrisa se instaló en mis labios.

Me levanté intentando no despertarlo, cosa que logré fácilmente, Hongjoong estaba profundamente dormido.

Una vez que me dí un baño y me cambié, bajé a preparar el desayuno. A pesar de lo ebrio que estaba anoche, el dolor de cabeza y el mareo ya habían pasado. Lo único que había quedado era uno de los mejores recuerdos de mi vida. No sabía si Hongjoong lo recordaría, pero para mí había sido muy importante. Era la primera vez que me gustaba alguien de verdad, los noviazgos de la primaria solo eran pavadas. Tampoco fue mi primer beso, pues una chica que se me había confesado en la secundaria me había besado sin mi consentimiento. Entonces, si bien no era completamente nuevo para mí, era la primera vez que sentía la necesidad de tener a alguien cerca, de cuidarlo y de querer que esté conmigo.

Por andar pensando en eso, casi me caigo por las escaleras. Yeosang, que seguía acurrucado con los chicos, me dijo que se cambiaría e iría a ayudarme con el desayuno.

Cuando bajé, tomé algunas cosas para preparar arroz frito. Mientras terminaba de organizarlas en la mesa de la cocina, Yeosang bajó con la idea de ayudarme. Aunque no le tocase a él preparar el desayuno, dijo que como mi compañero estaba dormido alguien debería ayudarme. No hubo forma de hacerle cambiar de opinión, así que no perdimos más tiempo y comenzamos a cocinar.

- Oye, ¿cómo te sientes? Ayer no te veías del todo bien. –

- Ah, estoy bien Hyung, en serio. Solo tengo un leve dolor de cabeza, no es nada grave. –

- Bueno, luego alguien tendrá que ir a comprar algo para la resaca, ¿eh? –

- Sí, Hyung. – dijo rodando los ojos. – Hasta donde recuerdo, que tampoco es mucho, tú tampoco estabas sobrio. Pero pareces verte bien, no pareces tener resaca. -

- A ver, tenerla la tengo. Pero me levanté de buen humor y eso mejora todo. – dije sonriéndole.

- ¿Y por qué estás de tan buen humor? ¿Pasó algo bueno? –

No sabía si contarle a Yeosang o no. Era mi mejor amigo, pero él no sabía lo que sentía por Hongjoong.

- No, solo estoy de buen humor. –

- Ya veo. –

A medida que fuimos cocinando, los chicos comenzaron a despertar. Primero Yunho, quien parecía no estar tan mal como quienes fueron despertando después. Jongho, al despertar, subió a cambiarse y bajó luego. No había tomado antes, no conocía su tolerancia y se pasó mucho con el soju. Tenía un terrible dolor de cabeza, al igual que Mingi. Wooyoung también estaba bastante mal, incluso peor que Jongho y Mingi. Él seguía mareado, y sumado al dolor de cabeza, era igual a un Wooyoung malhumorado. San estaba bastante bien a pesar de lo mucho que había tomado.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora