Capítulo LXXXIV: Viejas relaciones

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Seonghwa y yo terminamos por salir de la casa. Su madre nos había dicho que en lo que estábamos fuera ella prepararía el almuerzo, que no nos preocupemos por la hora y otras cosas irrelevantes.

Ambos caminábamos en silencio, a un paso rápido. Seonghwa estaba pensativo, prácticamente mudo. Parecía estar en una constante guerra interior de la que no podía salir. Tomé su mano, intentando sacarlo de sus pensamientos. Sin embargo, siguió con la mirada baja y prefirió mantenerse algunos minutos más en silencio.

- ¿Por qué viniste? - preguntó aún sin mirarme. En su voz, todo lo que sentía era confusión, y tal vez un poco de furia.

Le dije la verdad. Desde que necesitaba a hablar con él hasta todo lo que pasó, sin dejar pasar ningún detalle. Seonghwa escuchó atento el relato, y luego preguntó cómo podría saber si decía la verdad. Y rayos, no había forma de saberlo.

Sus brillantes ojos aseguraban que me creía, pero él decía otra cosa. Aún así, Seonghwa es tan bueno que no puede pasar más de una hora enfadado.

Una vez más, nombró la posibilidad de aceptar la propuesta del jefe.

Dijo que lo había pensado mucho, y que si creía que sería lo mejor, que lo haga.

Claro que no, no iba a hacerlo. Aunque me cueste el contrato, no pensaba aceptar.

- Uh, no, no es una posibilidad. Si vamos a estar juntos, lo haremos bien. Tal vez no podamos salir abiertamente como nos gustaría, pero tampoco pienso estar con alguien más delante de las cámaras para luego esconderme contigo. Mereces más que eso, mereces más que tener que esconderte por lo que piensen los demás, y, de verdad, lamento no poder dártelo, pero soy muy egoísta como para dejarte ir. - fui traicionado y, antes de siquiera pensarlo, aquella respuesta escapó de mis labios. Los ojos de Seonghwa mostraban agradecimiento, felicidad y a la vez un poco de temor por lo que podría pasar. El temor lo dominaba más que ningún otro sentimiento, pero ya lidiaríamos con ello en otro momento.

Mi novio frenó en seco y me atrajo hacia él, hundiéndonos en un ansiado abrazo. Me aferré a su cuerpo, mientras él agradecía que lo haya seguido hasta allí.

Por supuesto que, al decirle por qué había ido a Jinju, dejé pasar el detalle de que no soportaba estar alejado de él y que no había podido conciliar el sueño en toda la noche.

Por supuesto que no podía decirle eso.

Finalmente le hablé de mi rápido plan de ida, lo que hablé con los chicos y lo que hablé con Bogum. Seonghwa escuchó todo atentamente y luego se lamentó por haber dudado sobre lo que había pasado.

Pero yo hubiese sido aún peor. Tal vez yo no me hubiese ido, sino haberle gritado sus verdades sin estar en mis cinco sentidos, y luego me hubiese arrepentido por lo que hubiese hecho.

Evidentemente, no podía culparlo.

Luego, fui traicionado y terminé por decir aquello que no quería admitir: "te extrañé mucho anoche", solté en un susurro, lo suficientemente fuerte como para que Seonghwa me oyera. Sin siquiera avergonzarse o sonrojarse, contestó que él también lo había hecho.

Estamos juntos desde hace un tiempo, pero sigo sin acostumbrarme a este tipo de acciones.

Finalmente, continuamos caminando en un cómodo silencio.

De un momento a otro, oímos cómo lo llamaban. Ambos nos volteamos, igual de extrañados. Una pequeña castaña se acercó alegremente a nosotros.

Todo lo que se leía en el rostro de Seonghwa era confusión. No parecía especialmente emocionado por haberla visto, si saben a lo que me refiero. Sin embargo, ella no pareció percatarse, por lo que se anticipó a cualquier acción y abrazó al rubio. Lo había tomado desprevenido y Seonghwa era incapaz de formular un saludo.

Sin abrazarla de nuevo, mi novio me miró y alejó suavemente a la castaña. Ésta se disculpó, mientras Seonghwa me presentó. Esta vez me adelanté y aclaré que éramos novios, sin que él fuese capaz de terminar la oración. Por alguna razón que aún no comprendía, me sentía amenazado, y ni siquiera conocía a aquella chica.

El rubio me miró sorprendido, pero prefirió no preguntar.

Eunbi era el nombre de la castaña. Curiosamente preguntó si Seonghwa ya no estaba en Jinju, a lo que mi novio explicó que ahora vivía en Seoul.

Finalmente, tan solo unos momentos después, Eunbi se despidió, no sin antes decirle a Seonghwa que le gustaría que salgan alguna vez.

Se alejó rápidamente de nosotros, y entonces Seonghwa comenzó a caminar de nuevo.

- ¿Puedo preguntar quién era? - seguí a mi novio y hablé, la curiosidad me estaba matando.

- Sí... Íbamos a la secundaria juntos. -

- Oh... No parecía feliz de verla. -

- En verdad no, las cosas entre ella y yo no terminaron bien. Salimos un tiempo. -

- ¿Un tiempo? -

- Sí... Alrededor de un año. -

- Vaya... Eso... Eso es mucho. -

- Tal vez, pero no es tanto tiempo como el que quiero estar contigo. - Seonghwa sonrió, mientras yo me sonrojaba.

- ¡Deja de ser tan cursi! - golpeé su brazo levemente para que deje de decir esas cosas.

- Solo tenía dieciséis años. Cuando le hablé de la posibilidad de mudarme a Seoul, ella estuvo completamente en contra de ello. Decía que no iba a servir de nada, que era demasiado difícil crecer en la industria y finalmente fracasaría. Según ella era porque se preocupaba por mí. Las primeras veces le creí, consideré la posibilidad de quedarme aquí, pero no era lo que en verdad quería. Nuestra última discusión fue por esto. Le dije que si ella no me apoyaba en esto tal vez ya no deberíamos estar juntos, porque era lo que más deseaba. No quería ser duro con ella, pero desde que nombré la posibilidad de irme de Jinju, se enfadó y no me apoyaba. Así que simplemente me cansé y le dije que me iría, le guste o no. Por eso, nos terminamos separando algún tiempo antes de que entre a la empresa. - Seonghwa terminó su relato con aquel tranquilo tono tan característico, aquel que nunca cambió mientras me hablaba de su relación con Eunbi.

Esto es mucho para procesar.

- P-pero... ¿No dijiste que era porque ella se preocupaba por ti? -

- Según ella lo era, pero no estoy tan seguro. Si yo te dijera que quiero irme de Corea a cumplir mi sueño, ¿qué me dirías? -

- Eso es diferente, Hwa. Te estarías yendo del país. Cuando viniste a Seoul  sabías que vendrías a visitar a tus padres muy seguido. Si te vas del país... Las cosas serían más complicadas. - pensar en una situación así definitivamente no me encantaba, aunque sea hipotético...

- Lo serían, ¿pero me dirías que no me vaya? ¿Me dirías que no serviría de nada? -

- No... Supongo que te apoyaría y encontraríamos la forma de no perder el contacto. -

- ¿Lo ves? Las cosas son diferentes. Éramos tontos e inmaduros, no la culpo. Si pasó es porque tenía que pasar, si no nos separábamos por eso, sería por otra cosa. Tal vez gracias a ello, tú y yo estamos así ahora. - Seonghwa miró nuestras manos unidas y sonrió.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora