Capítulo LXXXVI: Presentaciones

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- Entonces... ¿Te quedarás en la casa de Seonghwa para la cena familiar de año nuevo? - Yunho intentaba contener la risa del otro lado de la línea.

- Sí... Eso creo. -

En verdad, no había pensado quedarme allí por más de un día. Mucho menos asistir a su cena de año nuevo y conocer a toda la familia de Seonghwa.

- No me lo esperaba. - dijo, mientras se oían las voces de los chicos de fondo. Algunas risas por parte de Wooyoung y San, parecía que el resto hablaba tranquilamente.

- Yo tampoco, pero no pude resistirme a la madre de Seonghwa. Me invitó a quedarme y simplemente... -

- Sí, te entiendo. Bien, no te preocupes. Debo ocuparme de tus niños, hablamos luego. -

- Claro, gracias Yunho. - me despedí y colgué.

Tan solo algunas horas más tarde, nos encontrábamos yendo hacia la casa de los abuelos Park, yo un tanto nervioso mientras el rubio caminaba tranquilamente.

¿Qué pasará si no les gusto? ¿Qué pensará Seonghwa? ¿Qué pensará su familia sobre nuestra relación?

Aquél era el tipo de preguntas que rondaban en mi cabeza.

- Llegamos. - la voz de Seonghwa interrumpió mis pensamientos. - ¿Estás nervioso? -

- Un poco... -

- No dijiste lo mismo antes de salir de casa. - se burló.

- Tal vez muy nervioso. Pero todo irá bien. -

- Exacto. Quédate tranquilo, mis abuelos son súper amables. - el rubio hablaba de ellos con un brillo especial en sus ojos, como si fuesen lo más preciado en su vida.

Asentí lentamente, mientras Seonghwa golpeaba la puerta de madera de la casa. Habíamos cruzado un pequeño y bonito jardín, que por lo poco que sabía, era muy bien cuidado por aquella tierna mujer que aparecería tan solo unos momentos después por la puerta.

- ¡Seonggie! - se abalanzó sobre su sonriente nieto, envolviéndolo en un fuerte abrazo. Detrás de ella, se asomaba su marido, que miraba la escena con cariño. De repente, su mirada se posó sobre mí y rodeó a su nieto para finalmente acercarse a mí. Me escaneó con su mirada, de arriba a abajo, con un rostro serio. Finalmente me miró a los ojos y se presentó, extendiéndome su mano.

- Park Jihoon. - tomé su mano y, nerviosamente, terminé por presentarme.

- Soy Kim Hongjoong. - por instinto, hice una leve reverencia, a lo que el hombre hizo un gesto con su mano indicándome que no era necesario.

Aquél hombre se veía intimidante, pero tenía una personalidad similar a la de Seonghwa. Fui capaz de entrar en confianza con él tan solo unos momentos después de conocerlo, me sentí profundamente agradecido por ello.

La escena detrás de Jihoon había terminado, y ahora, la tierna mujer me miraba atentamente.

De una forma rápida, Seonghwa me presentó ante ella.

- Él es Hongjoong, mi novio. - se apresuró a decir, antes de que una sonrisa se asomara por el rostro de su abuela.

- ¡Qué chico tan bonito! - terminó por acercarse a mí y acarició mi cabeza. - ¿Piensan quedarse aquí fuera por mucho tiempo? Vamos. - sonrió y nos invitó a entrar.

Una vez dentro de la casa, recorrí con mi mirada cada rincón. Las paredes estaban repletas de fotos. En algunas se podía observar a Seonghwa algunos años antes de que nos conozcamos, fue fácil reconocerlo. En otras solo eran un grupo de niños. Algunas fotos se veían más antiguas que el resto, supuse que algunas correspondían sus hijos.

También había unas cuantas fotos familiares, en las cuales se veía a los abuelos Park felices de estar con los suyos.

Nos invitaron a sentarnos, mientras llamaban al resto de sus nietos.

- ¡Channie, Minho! - llamó la mujer dulcemente.

Tan solo unos momentos después, dos chicos entraron a la sala.

- ¡Park Seonghwa! - gritaron ambos antes de lanzarse a abrazarlo, mientras el rubio reía casi escandalosamente.

Se saludaron felices por un momento y después comenzaron las presentaciones de nuevo.

Lee Minho y Lee Chan eran sus nombres. Aparentemente hermanos, que se pasaban la mayoría del tiempo disfrutando de sus mayores, quienes, felices, los mimaban en todo momento.

Mientras que Minho era un poco más serio, Chan era extremadamente agradable. Un poco menos tímido que Seonghwa, más extrovertido que yo, me hizo entrar en confianza rápidamente. En cuanto a su hermano, prefería mirar desde lejos y, de vez en cuando, susurrar alguna que otra cosa a Chan.

Los señores Park nos hicieron sentarnos fuera junto a ellos. La mujer había preparado las galletas preferidas de sus nietos, mientras que Jihoon se ocuparía de la cena, aunque su esposa se haya resistido a ello.

Mientras los primos susurraban entre sí, los abuelos Park me hicieron entrar en una amena conversación.

- ¿Por qué siento que te conozco, cariño? - preguntó la mujer, entre dulce y curiosa.

- Seonghwa y yo trabajamos juntos, de hecho nos conocimos por la empresa hace algún tiempo. - hablé un tanto nervioso.

Su marido, que aparentemente ya sabía quién era, le habló suavemente.

- Es el chico del que habla Seonghwa cuando viene a vernos. -

- ¡Tienes razón, Hoonnie! Así que, al fin conocemos al famoso Hongjoong. – la sonrientr mujer miró a Seonghwa.

- ¡N-no es verdad! - exclamó un avergonzado Seonghwa, mientras sus primos se burlaban.

El ambiente se sentía extremadamente cálido. Muy al contrario de lo que se solía sentir en las tiendas cenas familiares de cuando era pequeño, aquel lugar, con ellos, era casi un sueño.

De a poco, Minho comenzó a hablar y entrar en confianza. Hubo un momento en que, mientras el resto estaba inmerso en una conversación, se acercó suavemente y comenzó a hablar.

- Así que... ¿Estás saliendo con mi primo? - aún no cambiaba esa mirada intimidante, pero habló en un tono tranquilo.

- Pues sí, hace algún tiempo. - no dejé que note mis nervios.

- Entonces te veré seguido por aquí, ¿verdad? -

- Claro, eso espero. -

- Entonces déjame darte mi aprobación, aunque no la necesitas. Mi primo no te dejaría por nada del mundo. Sé que te intimidé un poco, pero quería conocerte bien. Digamos que soy... Un poco sobreprotector con ellos. - sonrió mientras miraba a su hermano y a Seonghwa, quienes reían junto a sus abuelos. - Ya sabes, entre nosotros soy el mayor, y los chicos pasaron por muchas cosas que me hubiese gustado evitar. No puedo dejar que pasen por aquel tipo de cosas de nuevo. - nostálgicamente, habló.

- Sé a lo que te refieres. Tengo una hermana menor, y te aseguro que soy peor que tú con ellos. - el castaño rió.

- Pero siento que puedo confiar en ti. ¿Sabes? Seonghwa puede verse muy fuerte y comportarse como la persona más madura del mundo, pero él también tiene momentos en los que se siente un niño más. En cualquier caso, espero puedan entenderse. Tú me gustas para él. – sonrió.

Comenzamos a hablar de temas triviales y nos conocimos mejor. Mientras que yo le conté sobre mi trabajo, Minho me confesó que quería ser productor, y me enteré que tampoco se le daba nada mal el canto. Estuvimos hablando un rato sobre ello, hasta que Chaewon, como me había enterado se llamaba la abuela de Seonghwa, anunció que estaba por llegar otro de sus hijos, y tan solo unos minutos después, el hombre entró junto a su pequeña hija.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora