Capítulo XC: Noticias

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- Salimos durante la tarde. Ya hablé con Yeosang. Estaba un poco preocupado por cómo habían ido las cosas entre nosotros. Me hizo jurarle que le contaría todo lo que pasó y "como te intimidó mi familia". Creo que olvidó que él ya los conoció... - rió Seonghwa, luego de hablar en menos de dos segundos sin esfuerzo.

Luego de haberme despertado, habló sobre haber preparado el desayuno, así que nos encontrábamos desayunando aquello que había preparado, mientras que su madre había salido a hacer compras con su padre.

- Primero, habla más despacio, me estás mareando. Segundo, ya hablé con Yunho, me dijo que le avise cuando salgamos. Y tercero, ¿cómo que ya trajiste a Yeosang? -

- Sí, una vez vino conmigo, pero no es importante. Toma, tu celular no deja de sonar. - lo tomó de la mesa y me lo dió.

El nombre que se leía en la pantalla me tomó por sorpresa. Atender no me ilusionaba demasiado, decir que no quería tomarlo sería la verdad. Le mostré la pantalla a mi novio, a quien tampoco le gustó demasiado la idea que nos hicimos sobre lo que podría decirnos.

Finalmente atendí la llamada y coloqué el altavoz.

- ¡Hongjoong! ¡Tengo buenas noticias! - habló entusiasmado el hombre.

Seonghwa me miró extrañado, creímos que cualquier cosa que él pudiera decirnos sería mala.

- Ya sé que no están en casa, hablé con los chicos. Pero cuando regresen, necesito verlos. Lo antes posible. Y por cierto, no sabía que ustedes ya estaban en aquella etapa en la que conocían a sus familias... - el sonrojo terminó por invadir nuestros rostros, pero rápidamente Seonghwa cortó lo que estaba diciendo el hombre para ir a lo que nos importaba.

- U-uh... ¿Qué es lo que pasó, señor? -

- ¡Seonghwa! Volvió el primer hijo del jefe, quien vendría siendo su salvación. Woosung es todo lo contrario a Youngkyun, y en cuanto supo lo que había estado sucediendo por aquí, regresó a Corea. - comentó el hombre, olvidando que no conocíamos ni la mitad de la historia.

- ¿Y eso nos importa porque...? - pregunté, sin terminar de comprender la situación.

- Les importa porque se involucró en lo que pasó con ustedes. Quiere encargarse de que todos los rumores desaparezcan. -

- Entonces el de los rumores sí fue él, ¿verdad? - hablé con cierto enfado en mis palabras. Seonghwa pasaba su mirada de la pantalla a mí, recordando lo que habíamos hablado.

- Por lo que parece, sí... -

- Ese imbécil. -

- Pero tranquilo, Hongjoong. Su hermano se está encargando de todo. Quiere hablar con ustedes, estaba muy intrigado por conocerlos. -

- Bien, volveremos esta tarde. Así que supongo que luego podemos ir cuando nos digan. - dijo Seonghwa, aún algo aturdido por la información que acababa de recibir.

- ¿Qué les parece si nos vemos mañana? Temprano, en la empresa. A la hora de siempre. -

- Sí, está perfecto. Entonces nos vemos. -

- Adiós, chicos. -

- ¡Adiós, y gracias! - colgué, luego de que Seonghwa se despidiera. - ¿Quién es este Woosung del que habla? -

- El día que fui a hablar con él, el manager me habló un poco sobre Woosung. Es el hermano mayor del chico que conocimos, hijo de Kim Sungkyu. - el rubio asintió. - Por lo que sé, no quería hacerse responsable de la empresa. Así que, a la primera que pudo, se fue a vivir a California. Por lo tanto, quien se queda a cargo es ese imbécil. -

- Bien, ya entiend- Seonghwa desvió su mirada hacia él reloj de su muñeca, y sus ojos se abrieron más que de costumbre. - Ya es tarde. Le dije a Bogum que lo veríamos en... Unos diez minutos. -

- Ah, Seonghwa, ¿por qué no me avisas antes? -

- Porque andas jugando al bello durmiente, Hongjoong. - antes de que pudiera replicar, continuó hablando. - Vamos, tenemos una larga caminata. -

Durante el camino, pregunté a dónde estábamos yendo, pero aunque se supone que él sabía a dónde íbamos, no quiso decirme.

- Bogum y yo solíamos ir antes de que me vaya a Seoul. Él siempre quiso mudarse allí, aquel lugar siempre fue muy importante para él. -

- Pero sigue viviendo con tus padres. -

- Bueno, sí. Aunque quiere irse de casa. -

Terminamos por llegar algunos minutos después.

El lugar al que habíamos ido, en el que Bogum nos esperaba era algo similar a un bosque.

- ¿Este es el lugar? - pregunté mientras el rubio caminaba hacia el lugar pactado con su hermano.

- Sí, veníamos con Taeyong luego de salir de la secundaria. En verdad es un lugar importante al cual no suelo traer a nadie. -

- ¿Y qué hacemos aquí? -

- ¿Cómo es posible que siempre terminemos hablando de lo mismo? Empiezo a pensar que amas que te diga que te adoro. -

Rodé los ojos y simplemente seguí sus pasos.

La escena que encontramos al ver a Bogum me recordó a nuestra primera salida. Los platos dispersos sobre una pequeña tela, el paisaje y el aire nostálgico que desprendía Bogum.

El hombre volteó y nos saludó alegremente.

(...)

Tan solo unas horas después nos encontrábamos de regreso a casa. El almuerzo con Bogum había sido un momento para recordar, porque aunque no lo creí en un principio, fuimos capaces de llevarnos especialmente bien. Y Seonghwa miraba la escena, feliz por ello.

Después, Bogum nos llevó a un apartamento muy cercano al bosque en el que nos encontrábamos, que, aparentemente, había comprado. Nos dijo que había estado buscando un lugar por allí cerca durante mucho tiempo, finalmente lo había encontrado, y quería que veamos el lugar antes que nadie. Pensaba mudarse pronto, y se veía feliz por, luego de tanto tiempo, poder vivir por cuenta propia.

No era que ya no quisiera vivir con sus padres, pero a sus veinticinco años se sentía una carga para ellos, y quería ser capaz de valerse por sí mismo.

Mientras pensaba en aquello, llegamos a la estación de Seoul. Seonghwa estaba profundamente dormido, apoyado en la ventana del autobús, con el cabello desordenado.
Si bien podría quedarme contemplando aquella tierna imagen que me regalaba el rubio toda mi vida, creí que la mejor opción sería despertarlo.

La despedida con sus padres había sido triste, sabiendo lo que sentía Seonghwa una vez lejos de ellos.

En el momento, prefirió mantenerse tranquilo, pero su lazo con ellos era tan fuerte que odiaba dejarlos.

Odiaba vivir en Seoul. Odiaba que ellos vivieran en Jinju. Porque, aunque estuvieran a solo unas horas de viaje, durante el año era prácticamente imposible para él volver seguido a casa.

Si bien el último tiempo había logrado ir unas cuantas veces, aquella no era la normalidad.

A veces, Bogum tenía que quedarse algún tiempo en Seoul por trabajo; por lo tanto, el separarse de él no era tan fuerte como el separarse de sus padres, pues finalmente su hermano siempre escapaba para visitarlo a él o a su mejor amigo.

Una vez que salimos de Jinju, Seonghwa se había puesto pensativo, como cada vez que había algo que le molestaba o que le hacía sentir mal. En este caso, era por hacerse la idea de no ver a su familia por quién sabe cuántos meses.

- Seonghwa, vamos. - apreté su mano, no había soltado la mía en todo el viaje. Rápidamente, el rubio comenzó a parpadear, saliendo de aquel profundo sueño que creí sería difícil sacarlo.

- ¿Llegamos? - preguntó somnoliento.

Asentí para tomar nuestras cosas y esperar que me siguiera. Seonghwa se levantó y se estiró mientras soltaba un bostezo.

- ¿Salimos, bello durmiente? - recordé cuando él me había llamado igual por la mañana.

Asintió con la cabeza y salimos.

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora