Capítulo LXIX: ¡Déjame salir!

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Luego de aquel día, Hongjoong siguió en cama dos días más. A la fuerza, porque a pesar de que la bendita fiebre no bajara él estaba decidido a levantarse, ir a la empresa, trabajar o hacer cualquier otra cosa que no implique el descanso, que era lo único que necesitaba.

Por eso, aquellas escenas de discusiones que había imaginado terminaron por volverse realidad días después.

- Seonghwa, no puedes obligarme a quedarme aquí. Te lo juro, me siento bien. ¡Ya déjame salir de una maldita vez y no gastes más tiempo! -

- Por muy bien que te sientas la maldita temperatura no baja. Así que te quedarás descansando hasta que esta baje. La idea es que mejores lo antes posible, y sabes que haré todo lo posible por eso. Pero debes dejarme cuidarte un poco, no seas terco. Además hace frío, quédate aquí. La casa es muy grande y fría, además de que la calefacción está apagada por alguna razón. Si te levantas terminarás tomando frío aunque no quieras. Seguramente eso te empeoraría y terminarías en cama más tiempo del que pensamos. Por lo tanto, te pido por favor que te quedes aquí, Joong. -

- No puedes obligarme Park. - para este punto, mi amado novio estaba a punto de salir de la habitación, mientras yo estaba sentado sobre la cama, a un lado de donde estaba él momentos atrás. Abrió la puerta y salió, con un buzo en la mano. Un suspiro salió de mis labios, esto era aún más complicado de lo que esperaba.

Llevábamos alrededor más de media hora discutiendo, intenté por todos los medios que Hongjoong descansara, pero era literalmente una misión imposible.

Sabía que la terquedad de Hongjoong no me permitiría cuidarlo como debería, pero era peor de lo que imaginé. Aquel chico estaba decidido a no hacerme caso. Incluso parecía decidido a llevarme la contraria, cosa que le salía bastante bien y me ponía de los nervios.

Aquel buzo que había tomado no era suficiente, por alguna extraña razón el clima estaba aún más frío de lo normal. Tomé dos abrigos, uno para mí y uno para el chico que saldría a buscar. Bajé rápidamente y salí de casa, bajo la expectante mirada de los chicos. La pregunta era: ¿dónde podría estar Hongjoong?

Había unas cuantas opciones, y mientras el tiempo corría Hongjoong estaba vagando por quién sabe dónde completamente desabrigado y con fiebre.

El trabajo de Yuta era una de las opciones, pero al pasar por allí no estaban ni él ni mi novio.

Supuse que no estaría en la empresa, quise creer que no iría a trabajar en aquel momento.

No tenía llaves del estudio, así que aunque estuviera allí sería en vano ir a buscarlo porque no saldría.

Nuestro parque fue la última opción.

Entré a él, y luego de dar un par de vueltas terminé por darme por vencido y caminé hacia un árbol. Terminé desplomándome en el césped y justo en ese momento lo ví.

Sentado en la fuente se encontraba, tiritando de frío. Me apuré y casi corrí hasta él. Al notarlo, me miró molesto, y aunque yo también quería estarlo se me hacía imposible enfadarme con él.

- Hola y adiós. - fue todo lo que dijo para levantarse e intentar irse. Lo tomé del brazo antes de que pudiese dar un paso, aparentemente había decidido no voltear a verme.

- Joong, no estés enojado. Solo quiero que estés bien, lo sabes. -

- ¡Pero estoy bien, Park! Además, estoy lo suficientemente grande como para cuidarme solo. – habló firme, dando a entender que no pensaba cambiar de opinión.

- Sé que eres capaz de cuidarte solo, pero no quiero que lo hagas. Tienes suficientes cosas de las cuales ocuparte, así que déjame ocuparme de ti. - coloqué el gran abrigo sobre sus hombros, mientras Hongjoong comenzaba a protestar de nuevo.

- No, tú también tienes cosas que hacer. No tienes que quedarte conmigo. -

- Ah, Hongjoong. ¿Acaso no lo entiendes? Yo no "tengo que quedarme contigo", yo quiero quedarme contigo. -

- Eso dices ahora, pero ambos sabemos que te pusiste de los nervios hace un rato. También necesitas tu espacio, tiempo para ti, estar solo, ¿sabes? -

- Sí, claro que lo sé. Pero yo quiero poder cuidarte, aunque por alguna razón estás completamente en contra de ello. Por alguna razón quieres hacer todo solo, y si estoy contigo es para que ya no estés solo. -

- Lo sé... Pero no me gusta nada la idea de que tengas que preocuparte por mí, de que dejes de hacer cosas que quieres solo por quedarte cuidándome mientras estoy enfermo. -

- De verdad que eres un caso perdido, Kim Hongjoong. Estuve esperando varios días para volver y quedarme contigo. También con los chicos, pero sabes a lo que me refiero. El hecho de cuidarte es solo una excusa para quedarme contigo. -

- Yo... Lo siento... Sabes que odio enfadarme contigo, ¿verdad? -

- Lo sé, a mí tampoco me gusta discutir contigo... Te quiero. - terminé por besar su mejilla, y al alejarme noté como él miraba alrededor, como preocupado por si alguien lo había visto. El parque estaba vacío por el clima, así que en realidad no era un gran problema este tipo de muestras, teniendo en cuenta que no había nadie.

- También yo. - tímidamente tomó mi mano y comenzamos a caminar, regreso a casa.

Durante el camino, decidí preguntarle sobre el día de Navidad.

Se supone que debemos pasar ese día con nuestros amigos, o nuestra pareja. Sería el primer año que lo pasemos juntos, de verdad quería que sea algo especial, aunque aún no tenía idea de qué hacer ese día...

Supuse que tendría que pedir ayuda, este tipo de cosas no eran lo mío.

Pero claro que tampoco olvidé que aquel 24 cumplíamos nuestro primer mes juntos. Y yo ni siquiera tenía idea de si saldríamos o no.

Tampoco había que pasar por alto el hecho de que teníamos mucho trabajo. Los planes eran más complicados de armar de lo que esperaba...

Luego de un rato de caminata, llegamos a casa, encontrándonos con San, Yunho y Mingi en el sofá, cubiertos de una manta mientras miraban la televisión. El plato de galletas estaba casi vacío, por lo que lo tomé y puse más galletas en él.

- ¿Por qué... No prenden... La calefacción? -

- Tenemos demasiado frío como para levantarnos, Hyung. - contestó San, volteando a vernos.

- Tú sube, Joong. Yo me ocupo de la calefacción y de la cena. -

- Pero... -

- Pero nada, ve. ¿Qué quieres comer? - pregunté cuando Hongjoong comenzaba a subir las escaleras.

- No cocines, compremos algo. - dijo desde arriba. Al mirar a los chicos, estos parecían contentos con la idea, por lo que terminamos deliberando la cena luego de que prendiera la calefacción.

Pedimos y en menos de una hora ya estábamos por cenar. Tomé lo que había pedido para Hongjoong y para mí y subí. Los chicos no preguntaron, ya sabían que aún Hongjoong no estaba del todo bien.

- Honggie, traje la cena... - Hongjoong se encontraba en medio de un ataque del resfrío que aparentemente había pescado. - No quiero decir que te lo dije, pero te lo dije. Hacía frío, ¿verdad? -

- No... Te... Burles... Park... - interrumpido por su nuevo resfrío, logró terminar una oración.

- Abre el cajón de la mesa de mi lado. Hay una caja, tómala, te servirá. Y te conseguiré algo para el resfrío. -

- Gracias... -

En una pequeña caja encontré lo que le había dicho. Le dí la pastilla y me senté sobre la cama, tomando la bandeja.

- Puedo bajar a comer con los chicos, ¿sabes? -

- Que sí, lo sé. Toma. - le dí su plato junto a un vaso de agua.

- No sé qué debo hacer para agradecerte, estoy cansado de repetir "gracias" una y otra vez. -

- No debes hacer nada, solo déjame cuidarte, y no te resistas~. -

El resto de la cena fue tranquila, y por suerte no hubo más discusiones por un largo tiempo.

Y luego, el tiempo comenzó a pasar más rápido de lo que podríamos imaginar, ya estábamos a veinte de diciembre.

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