Capítulo LXVIII: Enfermo

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- No... Puedo... Creerlo... Explíquenme, ¿en qué momento pasó esto? Solo me fui unos minutos, y toda el agua está desbordada... ¿Dónde está Yunho? Uhm, ¿pudiste terminar, Mingi? - él había quedado encargado de cortar las algas. No tengo idea en qué momento, toda el agua que se suponía debía estar hirviendo terminó esparcida por la cocina. Busqué a Yunho en la cocina, pero no estaba; luego Mingi me dijo que había ido a buscar a San, que ya estaba por llegar a la estación de Seoul.

- Sí, ya terminé. - sonrió orgulloso y me mostró las algas. - Y no te preocupes que yo me ocuparé de limpiar. ¿Hongjoong Hyung no despertó aún? -

- No, estaba dormido profundamente cuando subí. Oye, ¿te ocupas de vigilar el agua en lo que como algo? Ayer cenamos temprano. -

- ¿Aún no comiste nada? Ve, yo me ocupo. -

- Gracias. - abrí la heladera y tomé las sobras de la cena de los chicos. Me apuré, para poder terminar con lo que estábamos preparándole a Hongjoong y que coma lo antes posible.

Tal vez, y solo tal vez me estaba preocupando más de la cuenta. La realidad era que estaba acostumbrado a preocuparme así por los chicos. Ya sabía que en los cambios de estación Wooyoung tendría alergia, y que si tomaba frío terminaría con gripe. Así que tan solo con la experiencia de Woo y alguna que otra vez de que Jongho o Yeosang terminaran enfermos sabía cómo ocuparme, o eso creía. Pero digamos que las cosas con Hongjoong eran un poco más complicadas, pues él estaba completamente en contra de que me quede para cuidarlo. Y se levantaría para trabajar a la primera que pudiera, así que eso tal vez traería algunas peleas por el hecho de mi extrema preocupación y la extrema independencia de Hongjoong.

Estaba preparándome mentalmente para las posibles discusiones que tendría con Hongjoong mientras este estuviera enfermo cuando San y Yunho entraron.

Con una sonrisa en la cara, esos dos entraron rápidamente en casa.

Luego de saludar y dejar sus cosas, San nos contó el por qué de su inmensa sonrisa.

- ¡Byeol está embarazada! ¡Que voy a tener un sobrino! -

Era tan tierno, San amaba a los niños. Ese pequeño sería el niño más mimado del mundo teniendo a San por tío.

Luego de una ronda de felicitaciones, San preguntó por el líder.

- Yunho me contó lo de Hongjoong Hyung, ¿cómo está? -

- Pues de hecho tengo que subir a despertarlo, desde que llegué que duerme y sólo despertó para tomar la medicina que compró Yunho. - me levanté y saqué lo que habíamos preparado del fuego.

- Oh, entonces supongo que no le molestaré, iré a verlo cuando se encuentre mejor. - un vaso de agua y el tazón de sopa era todo lo que tenía que subir, así que lo coloqué en una bandeja y dejé a los chicos para subir a ver a Hongjoong.

Esta vez ya estaba despierto y no opuso tanta resistencia para probar la sopa. La mejor parte es que pareció gustarle y terminó haciendo que yo también la pruebe.

Al final, Hongjoong ya no estaba tan cansado; pues ya había dormido todo el día. Aún así, la fiebre no cesaba, cosa que me estaba comenzando a preocupar.

Cené con los chicos y subí rápidamente, dijeron que ellos limpiarían. Al entrar, Hongjoong estaba sentado sobre la cama, al parecer decidido a no dormir.

Luego de que me cambiara la ropa, me senté a su lado.

- A pesar de que te sientes mejor que antes, no tienes buena cara. ¿Quieres que hablemos sobre lo que pasó en casa? - tomé su mano, y Hongjoong terminó por levantar la mirada.

- Es que yo no sé de qué podríamos hablar. Lo que pasó es irreversible, tal vez tenías razón y tendríamos que haber esperado un poco. Sólo... Quiero saber... ¿Qué es lo que está mal? No lo comprendo, pero por alguna razón siento que estoy haciendo algo mal. -

- ¿Y qué se supone estás haciendo mal? Joong, no te tortures... -

- No lo entiendes. Esto que pasó no es lo único por lo que pienso que lo que sea que haga está mal. Sé que nunca te hablé de esto, pero voy a contarte cómo fueron las cosas cuando decidí comenzar a trabajar antes de terminar la secundaria.
Al principio, hasta que tuve trece años, todo era normal, creo. Buenas calificaciones, un padre estricto que siempre quería que mejore, incluso cuando ya era imposible. Hubo un tiempo en el que casi no dormía por la noche, me la pasaba dentro de los libros sólo para contentar a papá, para enorgullecerlo. Youngjo nunca había dejado de visitarme, incluso me ayudaba a mejorar mis calificaciones. Y fue en ese momento en el que comenzó a componer, él me hizo descubrir la música.
Terminé por rendirme con papá, nunca iba a estar feliz; solo exigía más y más. Por eso comencé a trabajar un tiempo después.
El día que le dije que quería dejar de estudiar tuvimos una de las peores discusiones de mi vida.
Me dijo que no serviría de nada, que tenía que conseguir un título porque no podría dedicarme a la música. Dijo que quería lo mejor para mí, y yo sé que es verdad... O lo era.
A partir de aquel día todo cambió; nos fuimos alejando cada vez más, y aquí estamos.
Comencé a trabajar a los quince años, en cuanto cumplí la mayoría de edad me mudé a Seoul. Un tiempo después entré en la empresa, y creo que sabes el resto.
Yo lo sé; sé que puede parecer algo muy tonto, pero no tienes idea de cómo me sentí en aquel tiempo. Si hacía algo, estaba mal; si no lo hacía también. ¿Entonces qué tenía que hacer? Mi simple existencia le molestaba y yo no tenía idea de cómo comportarme.
Ahora, que la relación parecía querer volver a la normalidad tuvo que pasar esto y arruinarlo todo. ¿Qué estoy haciendo mal? -

¿Tuvo que pasar esto? ¿Qué se supone que pasó?

- ¿Qué se supone que pasó? ¿Qué es lo que arruinó todo? ¿Acaso el estar juntos lo arruinó todo? Pues mira, si quieres puedes dejarme justo ahora para que la relación con papá vuelva a ser la misma. -

- Hwa... Yo... Lo siento, no quería decir eso, lo sabes. -

Suspiré, claro que sabía que él no se refería a eso. Bufé un tanto molesto ante el pensamiento de que tal vez sí lo estaba dramatizando. Él era quien estaba mal y me necesitaba de su lado, no al revés.

- Está bien, lo siento, tal vez estoy exagerando un poco. Entiendo que las cosas con tu papá hayan cambiado, pero terminará por disculparse, te lo aseguro. -

- No conoces a papá. Es demasiado terco, y está seguro de que lo que él piensa es lo único que está bien. No acepta ni escucha otras opiniones, es imposible hacer que me escuche. -

- Pero ya una vez le demostraste que estaba equivocado, y que lo mejor para ti era la música. Pues hazlo otra vez, aunque lo que los demás piensen no debería de importar. Lo importante es lo que tú y yo sentimos, lo que nosotros queremos. Y creo que ambos tenemos en claro que queremos estar juntos, ¿verdad? Nos costó bastante admitirlo, no desperdiciemos el tiempo juntos preocupándonos por lo que los demás digan. -

- Tienes razón... Gracias. - me abrazó fuertemente por un momento, pero se separó rápidamente.

- ¿Qué pasa? -

- Si lo que tengo es contagioso... No quiero contagiarte. -

- Estuvimos juntos todo el día, además de que dormimos en la misma cama. Tampoco creo que sea contagioso, así que ven aquí. - esta vez fui yo quien lo abrazó.

Ahora sí, estábamos seguros de que todo iba a estar bien porque juntos podríamos solucionar lo que fuera, ¿verdad?

¿Por qué eres así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora