Capítulo LIX: ¿Novios?

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- ¡Kim Hongjoong! ¡Levántate! -

Nada.

- ¿No vas a despedir a Mingi? ¡Está por irse! -

No se movió, pero hizo un sonido indicándome que quería dormir.

- Si no es por las buenas... ¡Te levantarás por las malas! - lo destapé y comencé a hacerle cosquillas.

- ¡Ahh, Park Seonghwa! Dé-déjame... ¡Ya, ya! Voy a levantarme, ¡lo prometo! - lo dejé en paz un momento para contemplar un tierno puchero en sus labios. - Esto es injusto... -

- Si tú dices... Vamos, dijiste que te levantarías. El taxi de Mingi está a punto de llegar. Te esperamos abajo. - me levanté y salí de la habitación.

En cuanto bajé, oí como Jongho decía que tendría que quedarse algunos días más en casa, no había conseguido ningún boleto para esta semana. Y como Yeosang no quería dejarlo solo, decidió quedarse con él hasta que pueda irse, lo que sería el martes. Por lo tanto, se quedarían dos días solos aquí y luego irían a casa, para volver la siguiente semana.

- ¿Entonces se van en unos días? - pregunté. Mingi no dejaba de mirar el reloj, no quería llegar tarde y que su autobús se fuera.

- Sí, pero Yeosang Hyung se quiere quedar conmigo, aunque le dije que puedo cuidarme solo... -

Yeosang miró para otro lado, esquivando mi mirada.

- Ya veo. - los chicos siguieron charlando, mientras yo miraba las noticias. Estaban anunciando tormenta para la tarde, no me gustaba la idea de viajar con tormenta. De por sí suele costarme más dormir con mal tiempo, y teniendo en cuenta que no habría nadie a mi lado y tendría que arreglármelas solo me ponía un tanto nervioso.

Oímos la bocina afuera, parecía que habían llegado a buscar a Mingi. Justo en ese momento el líder salió de la cocina, con un vaso de leche en la mano. ¿En qué momento había bajado?

- Bien, debo irme. - fue saludándonos uno por uno. Finalmente, abrió la puerta y volteó a vernos. - ¡No me extrañen tanto! -

Algunos de los chicos se rieron junto a Mingi, quien abandonó la casa con una sonrisa. Hongjoong se sentó en la mesa, y luego de algunos minutos terminó aquel vaso de leche. Fue entonces cuando decidimos subir a organizar nuestros bolsos.

- Bien, aquí tienes la camisa blanca, supongo que quieres llevarla. Aquí tienes un buzo, anuncian mal tiempo. Algunas remeras... Mmmm, ¿qué falta? Allí están las zapatillas, llevarás esto puesto... -

- ¡Campera! - exclamó.

- Sí, eso. - tomé su campera, la cual parecía tener algo en el bolsillo. - ¿Tienes algo aquí? - lo miré.

- Umm, no lo recuerdo. Fíjate, por favor. - dijo sin levantar la mirada de su maleta, donde iba acomodando la ropa que le había dado antes.

Metí la mano en uno de los bolsillos y saqué un chocolate y una pequeña caja. Miré a Hongjoong, que seguía inmerso en la maleta. Fue entonces cuando abrí la caja y ví una gargantilla plateada, con un ala de ángel colgando de ella. Volteé el dije, tenía las letras "H.J." grabadas en ella. Dentro de la caja había un papel doblado. Para este momento, Hongjoong se estaba acercando a mí.

<< ¿Quieres ser mi novio? >> Esa era la escritura de la nota. Levanté la mirada y ví a Hongjoong sonreírme feliz.

- ¿Es en serio? -

- Claro... Dime, ¿aceptas? -

Recordé cada momento que habíamos pasado juntos. Desde que nos conocimos, nuestras discusiones, malentendidos y nuestras salidas.

Me lancé a abrazarlo.

- Por supuesto que quiero... - Hongjoong me abrazó fuertemente.

- Gracias... Por llegar a mi vida. - se separó de mí y me besó.

Sería imposible decir cuánto tiempo estuvimos juntos. Sólo salimos de nuestra burbuja cuando los chicos nos llamaron para almorzar.

Hongjoong, que estaba tomado de mi mano, se levantó de la cama en donde estábamos sentados y dejó un beso en mi frente, para murmurar algo que no fui capaz de comprender.

Al final, no tuvimos más opción que bajar rápidamente ya que no dejaban de gritar que se enfriaría el ramyeon.

Wooyoung saldría durante la noche, antes de las diez, y San temprano en la mañana, alrededor de las seis.

San comenzó a contarnos sobre su familia. Tiene una relación amor-odio con su hermana mayor, que estaba a un par de días de casarse. Aún así, San quería conseguir algunos días libres para volver a casa y estar presente en la boda de su hermana. Nos enteramos de que tenía cinco años más que San, y él parecía llevarse muy bien con su novio. De hecho, dice que San era compañero de Kihyun cuando iba a clases de Taekwondo.

- Kihyun Hyung tiene la misma edad que Byeol. Comencé las clases de Taekwondo con papá cuando tenía ocho, así que como él sabía mucho más que yo y era más grande, a veces papá me dejaba con él mientras él se ocupaba de los demás chicos. Byeol iba a buscarme siempre, así que una vez Kihyun Hyung la invitó a salir, luego de un tiempo de ser amigos. A partir de ese momento, no se separaron de nuevo. Ahora tienen veinticinco y el año pasado anunciaron su compromiso. No pude ir a la fiesta de compromiso, así que les prometí que iría a la boda. -

Después de eso, cada uno fue contando algo de su familia. Wooyoung nos contó de cuando nació su hermano menor.

- En cuanto mamá nos contó, papá estaba trabajando. En menos de media hora, Jinyoung pasó de ser el hermano que jugaba conmigo al hermano sobreprotector. En un par de meses, ya parecía otra persona. Y no fue mucho mejor cuando Youngmin nació. Como papá trabajaba todos los días en Incheon y tenía más de una hora de viaje, se quedaba con un compañero de trabajo durante la semana y volvía a casa los viernes por la noche. Jinyoung comenzó a decir que "era el hombre de la casa", y se lo creyó demasiado. En fin, ahora sé que se ocupa de Youngmin cuando papá y mamá no están en casa. -

Después de eso, siguieron hablando, pero se me haría imposible recordar qué dijeron. Estaba prestando más atención a los pronósticos, que decían que habría una tormenta fuerte durante la noche.

En un día de trabajo normal, simplemente me quedaría un rato con alguno de los chicos, antes de ir a dormir. Y en cuanto sea la hora de dormir, sabría que Hongjoong estaría a mi lado por cualquier cosa que pasara (aunque digamos que es complicado despertarlo...).

Esta vez, no sería así. Habría una tormenta afuera, el autobús se movería de un lado a otro por el viento, el camino estaría resbaloso y será peligroso. Todo tenía muy mala pinta.

Pero aquellos pensamientos se desvanecieron de mi mente en cuanto sentí la mano del líder tomar la mía por debajo de la mesa. Me conocía demasiado, sabía en lo que estaba pensando.

- Umm, ¿qué hora es? - preguntó Hongjoong. Yeosang, que estaba a su lado, le mostró su reloj. - Es tarde. - dijo para meter un último bocado de comida en su boca y subir corriendo. - ¡El autobús sale en menos de una hora! - ¿Menos de una hora?

- Pero son las doce... -

- Por eso, se supone que sale en poco más de media hora. Ustedes terminen de comer tranquilos, yo lo acompaño. - seguí al líder.

- Ummm, creo que tengo todo. - agarró sus cosas e intentó salir, no sin antes que yo le saque uno de los pequeños bolsos que llevaba.

Hongjoong había olvidado llamar a un taxi para que lo lleve, así que nos paramos en la calle a esperar que venga alguno. No tuvimos que esperar mucho, en cinco minutos ya estábamos en camino.

Llegamos a la estación y sólo faltaban dos minutos para que se salga el autobús de Hongjoong. Había llegado la hora de la despedida.
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¡Hola! ¿Cómo están?
Quería contarles que seguramente comience a espaciar un poco las actualizaciones, la verdad tengo muchas tareas y ya no tengo tanto tiempo para escribir.
Espero que no les moleste, ¡y gracias por seguir la historia!

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