Capítulo 64

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Seguí a Noah hacia su oficina y al llegar abrió su carta y me ayudó a abrir la mía.

"Quiero informar a la princesa heredera que la invasión en el palacio fue un éxito, el rey fue ejecutado junto a todos los que intentaron resistirse, los que se rindieron fueron encarcelados, el palacio es un caos y hay que hacer muchas cosas para colocar el reino en buen camino, me gustaría pedirle que me visitara lo más pronto posible para discutir algunos asuntos importantes". Eso decía la carta.

—Tengo que ir a Istred. ¿Qué hay de ti? —Pregunté.

—Debo ir a Tremida en tres días, el congreso tendrá una reunión, supongo que el rey está en pánico y se decidirán medidas para reprimir la creciente fuerza de los mágicos.

—Iré mañana... ¿Me acompañaras? —Dije con un tono empalagoso.

—Temo que también debo partir mañana. —Luego de decirlo empezó a buscar algo en su escritorio y sacó un anillo de jade y un broche de oro con un colibrí y los puso sobre la mesa—. No estaré contigo y puede que te sientas insegura, si giras el anillo a la izquierda soltará un gas tóxico que afecta a cualquier persona en un rango de 10 metros menos el usuario, el broche puede convertirse en una espada curva si tocas el ojo del colibrí, de igual forma irán varios guardias contigo.

Con estos pequeños regalos me sentí un poco más segura y conmovida, abracé a Noah y besé su mejilla levemente.

—Gracias, llevaré estos conmigo. —Tomé las joyas y las coloqué en mi cuerpo—. Bien, puedes irte ya no te necesito... ¿Noah? —Vi que Noah estaba inmóvil—. Oye cara de perro, si no contestas pensaré que eres una bola de pelos y te golpearé.

—¿Un perro? ¿Acaso me parezco a un perro?

—...No, si... Si.

—Bien. Almorcemos.

—Genial, tengo hambre... ¿Sabes qué hay de almuerzo?

—Comida para perros, mi comida favorita.

Al final el almuerzo no fue comida de perro, esa noche volví a mi habitación y dormí tranquilamente, al día siguiente me puse un vestido de seda verde claro, fue hasta que me vi al espejo que noté que mi cabello ondulado no se ve bien corto. Una de las sirvientas que me ayudaba a preparan notó mi incomodidad y me ofreció un ungüento.

—El duque pidió que se lo entregáramos, se aplica un poco en la raíz y el cabello crece un metro, luego lo recortaremos un poco.

—Adelante.

Mi cabello creció nuevamente y lo recortaron dejándolo un poco más largo que antes.

Recogieron mi cabello usando algunas horquillas doradas, mi maquillaje no era tan pesado, era algo elegante pero no se notaba de todas formas ya que usaba un velo que cubría la mitad inferior de mi cara y al no tener los lentes de contacto, mis ojos estaban rojos.

Subí al carruaje cuando estaba lista, fui al palacio para ir al salón de portales, el más nuevo fue uno que se conectaba con el palacio en Istred. Del otro lado del portal me esperaban un grupo de guardias arrodillados.

—Mis saludos a la princesa imperial. —Saludaron.

—Levántense, llévenme con su reina.

—Guiaremos a su alteza hacia el salón del viento. —Dijo el que lideraba al grupo.

Uno iba al frente guiándome y el resto estaba a mis espaldas protegiéndome, el castillo que antes era majestuoso y elegante ahora no podía decirse que fuera el mismo, las paredes estaban quemadas y algunas partes tenían huecos, los pilares se veían frágiles y los jardines estaban casi marchitos, sin embargo, también había personas trabajando en su reconstrucción.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora