La cacería de la bruja [¡Terminada!]

Capítulo 71

Elise se fue del lugar junto con Noah, una vez que subieron al carruaje en camino a la mansión Martold Noah se atrevió a hablarle.

—Has estado en este cuerpo más tiempo que las veces anteriores.

Elise no lo miró, pero respondió. —Así es, el alma de tu amada está débil por la noticia entonces eso me permite tomar mi lugar por más tiempo.

—¿Se recuperará?

—Por supuesto.

—Lamento escuchar lo de tu padre. Yo también investigaré quién lo asesinó. —Dijo Noah con la mirada baja.

—No hace falta, Keneth es responsable de ese caso, ya lo descubrió, pero no lo dirá...

—¿Por qué? ¿No estás interesada en vengar a tu padre?

—¿Entonces debería suicidarme? ¡Elise lo mató! ¡Ella le puso el hechizo motor y también se lo quitó! No sabíamos que la magia dentro de él sería esa, no sabíamos que lo mataríamos.

—Elise...

—No le menciones el tema, temo que no lo pueda soportar, el padre es mío sin embargo ella fue la que creó una relación fraternal con él... Quiero que hagas algo por mí.

—¿De qué trata?

—Temo que la otra Elise no sea lo suficientemente consciente y lo arruine, ayúdame a conseguir el marquesado sin importar qué. Incluso si ella no lo quiere, yo sí.

—Entiendo, haré lo que pueda.

—Si quieres que tu Elise se recupere puedes...

—Sé que cosas puedo hacer por ella. —Interrumpió—. Gracias.

Elise resopló y vio hacia la ventana.

—Hubo un tiempo en que sería capaz de dar mi vida por ti, y hacer todo lo que estuviera a mi alcance para ganar tu amor, resulta que lo único que tuve que hacer para que me amaras fue dejar de ser yo. Que risible.

—¿De qué hablas?

—Noah Claden... Haré que me entregues tu vida por ella y que hagas todo lo que esté a tu alcance para tenerla. —Hizo una pausa y sonrió—. Y tú me ayudarás a que eso suceda.

Tras decir esto cerró los ojos y se dejó caer, Noah la atrapó.

—Menos mal que se fue, no la soportaba.

Cuando Elise despertó ya había llegado a la mansión, estaba en su cama, miro a su alrededor algo confundida pero sólo se levantó sonriente y salió.

Noah estaba en el salón hablando con algunos sirvientes, Elise bajó las escaleras casi dando saltitos, Noah estaba confundido, hace unas horas se desmayó de tristeza, pero ahora se veía contenta. Claro, no fue el único en sorprenderse, los empleados se encontraban totalmente desconcertados con la actitud de su señorita, no, señora.

—¡Noah! ¿Qué haces aquí? Soñé con algo gracioso ¿Quieres escuchar? —Mira a una sirvienta que estaba cerca—. ¿Podrías preparar un té? También trae algo de postre, por favor.

La sirvienta vio hacia el duque y este sólo asintió así que ella se fue a preparar lo pedido.

—¿Que Soñaste? —Preguntó Noah.

—Vamos al jardín, creo que todo esto de la conquista de Istred me cansó un poco y soñé un par de cosas extrañas. Ah, ¿Dónde está mi Padre?

—Tu padre...

—Soñé sobre él, sucedió algo extraño, pero no estaría de más asegurarme que todo esté en orden.

—Tu padre...