Capítulo 48

148 27 5
                                    

Ya habían pasado unas horas luego del medio día, fuimos al lugar de la caza.

Unas tiendas habían sido colocadas para que las mujeres pudiéramos tomar el té al aire libre mientras esperábamos a que el evento culminase, es decir, cuando el sol se esconde detrás de las montañas.

Como un ritual inicial, nos colocamos en circulo y se cantó el himno de la caza, un cántico creado por nuestros antepasados que supone entregar suerte y seguridad durante una cacería.

Luego mi padre caminó hacia el centro.

—Este es el segundo día de la fiesta de cumpleaños de mi hija, quiero agradecer antes que nada porque a pesar de que estamos pasando por un momento difícil están aquí, se realizó esta cacería para demostrar la fuerza y la valentía de todos los presentes, para demostrarle a esos magos que no nos podrán dominar.

Continuó hablando, no le presté atención, ese tipo de discurso son muy repetitivos, los nobles lo escuchaban con entusiasmo, yo solo estaba viendo el cielo, por cierto, el clima está hermoso, perfecto para una caza.

Luego de que mi padre terminara, comenzó otro evento, las damas les darían sus pañuelos a sus compañeros.

Me acerqué a Noah el cual estaba a punto de subirse en su caballo.

—¿Elise? ¿Pasa algo?

—Esto. —Extendí el pañuelo hacia su dirección y aparté la vista—. Nunca he participo en una cacería y no sé qué hacer, dicen mis sirvientas que debería bordar un pañuelo entonces aquí esta.

—¿Por qué tan nerviosa? No me digas que la gran Elise tiene problemas con el bordado. —Toma el pañuelo y lo besa.

—¿P-por qué lo besas?

—Mira a tu alrededor.

Mire hacia un lado y cuando las mujeres entregaban sus pañuelos, los hombres los besaban.

Guardé silencio, Noah abrió el pañuelo para observar el bordado y sonrió.

—Retiro lo dicho. —Dice Noah—. Tu bordado no está nada mal.

—De hecho, soy un asco bordando, Rina, una de mis sirvientas lo hizo por mí.

Noah se molestó de repente.

—¿Qué? Agradece que soy sincera.

—Sé que muchas mujeres les piden a sus sirvientas bordar y al final ellas se toman el mérito, pero hacen felices a sus parejas, la ignorancia es felicidad.

—Pero cuando el ignorante se dé cuenta de la verdad, se molestará el doble y ya no habrá felicidad.

—Algunas veces siento que no eres tan tonta como parece. —Sube a su caballo—. La cacería pronto comienza.

—Buena suerte. —Hice una reverencia.

Me di la vuelta caminando en dirección hacia el área de mujeres, vi a Kenneth subiendo a su caballo y estaba hablando con la señorita Dastel, estaban riendo. Al parecer son más cercanos de lo que pensé... ¿Eso es un pañuelo? Keneth sostiene un pañuelo, seguramente es de Lilibeth.

Keneth miró hacia mi dirección, cruzamos miradas y fue incómodo para ambos, como si toda la felicidad que tenía antes junto a la señorita Lilibeth se hubiera ido, me miró con anhelo, no apartaba su mirada de mí, yo no soportaba el momento de tensión así que solo me di la vuelta y retomé mi camino.

Luego de unos minutos me senté en la silla principal en una mesa alargada, había varias mesas, pero conmigo se sentaron jóvenes de mi edad o mujeres poderosas, había varios aperitivos y bebidas.

Los hombres se fueron de caza y las damas se acercaron buscando su asiento.

—Que magnifico se ve, la señorita Elise tiene grandes habilidades de anfitriona. —Dice Marion sentándose.

—Señorita Bonnet, un gusto volver a verla. —Sonreí.

Las sillas alrededor empezaron a llenarse.

—Oh, duquesa Jaydel, no la vi ayer, lamento saludarla hasta ahora. —Dije mientras veía como se sentaba a mi lado.

—Estaba en los jardines, me da dolor de cabeza estar en los salones llenos de personas, la miré en la noche, pero estaba hablando con otras damas así que no quise interrumpirlas. —Dijo riendo.

—Usted nunca interrumpirá, si desea hablar conmigo en otra ocasión, no dude en acercarse, lamento no haber notado su presencia.

Tomé una taza con té y bebí un poco.

—Por cierto... —Habló una chica que no sé su nombre, pero si está aquí debe ser importante—. He visto que es muy cercana con el duque Claden.

—Por supuesto, es su prometido. —Dijo Lilibeth.

—Si. —Volvió a hablar la chica desconocida —. Pero muchas mujeres se ven incomodas al lado de sus parejas, aunque dicen que se aman, pero la señorita Elise se ve cómoda, como si olvidara que es un hombre con un gran rango.

—Oh, cuéntanos tu secreto para ser tan natural con él. —Dijo otra desconocida.

Puse la taza sobre el plato de cerámica y reí mientras ocultaba mi sonrisa con el abanico.

—¿Secreto? No hay tal cosa, sólo que cuando estamos juntos él no es el duque Claden y yo no soy la hija del marqués Martold, solamente él es Noah y yo Elise, no forzamos una relación pública, ya que además de ser pareja, somos amigos, confiamos el uno en el otro y nos respetamos... También nos amamos.

Luego de hablar aguanté la respiración para provocar un sonrojo en mi rostro.

—Que romántica es la historia de ambos. —Dijo Lilibeth.

—¿Oh? Señorita Martold... ¿Está roja? —Preguntó una desconocida.

—No se avergüence, tiene mucha suerte de estar enamorada de su futuro esposo. —Dijo Marion—. Lo mejor es que el duque también la ama ¿no es así?

Quizás porque es Marion se me dificulta responder. Puede que ya tenga una relación con Noah y se está burlando de mí.

—¡Por supuesto! —Dijo la duquesa Jaydel—. ¿No es obvio? El duque es muy reservado, pero cuando está con la señorita Elise parece que estuvieran en su propio mundo y olvida mantener su papel, son tan tiernos... Si eso no es amor, no sé a qué te refieres.

—Amor... —dejé escapar el aire de mi boca y volví a respira. —Así es.

—¡Siento tanta envidia!

—Yo también.

—Recuerdo cuando pensábamos que la señorita Elise no se iba a casar. —Dijo Marion—. A esta edad es complicado encontrar un prometido adecuado, sin embargo, rápidamente se comprometió y no con cualquier noble, fue con el Duque Claden...

—Creo que todas sabíamos que tarde o temprano se iba a comprometer. —Habló la duquesa Jaydel mientras dejaba caer su taza sobre la mesa—. es natural, además la hija del marqués no puede casarse con cualquier noble, no me sorprende que esté con el duque, además Elise es como una orquídea azul, hermosa y elegante.

—Ella defendió y presumió tanto su soltería... —Dijo Marion sonriendo—. Es realmente sorprendente, tuve que escuchar sobre ese compromiso por tres personas diferentes para poder creerlo... Creo que pasó lo mismo con la duquesa.

—¿Qué estás insinuando? —La duquesa Jaydel dijo molesta.

—¿No lo entiende? Le refrescaré la memoria, antes de que la señorita Martold anunciara su compromiso, a usted le gustaba hablar sobre el orgullo y la arrogancia de Elise Martold.

Oh, interesante. Miré hacia la duquesa la cual estaba viendo a todas las presentes, su rostro estaba rojo, como si fuera a explotar de enojo o vergüenza, bebí una taza de té mientras veía como se desarrollaba la escena, si no puedo ver doramas como en China, al menos veo este drama entre nobles en vivo y en directo.

—¡Tú...! —Se pone de pie—. No trates de difamarme.

Tengo que hacer algo.

—¡Por favor, cálmense! —Dije mientras miraba a ambas, me senté cómodamente y traté de pensar qué hacer—. Señorita Marion, evitemos las disputas en estos días de celebración, señora Jaydel, si las palabras de la señorita Marion son falsas, no hay motivo para enojarse, ese comportamiento deja mucho que pensar.

—¿Me estás llamando mentirosa? —Dijo Marion.

—¿Cómo podría? —Dije mientras jugaba con mi cabello—. No sé si lo que usted dice es cierto o no, necesitaría evidencias para saber la realidad, dejemos el pasado en el pasado, me olvidaré de lo que la señorita Marion acaba de decir, espero que la duquesa lo deje pasar, de igual forma confiaré en que la señorita Bonnet no lo volverá a decir.

—Lo dejaré pasar. —Dijo la duquesa mientras volvía a sentarse—. Tiene razón señorita Elise, no debería molestarme con palabras falsas.

—Por cierto, ayer vi a la señorita Dastel con el joven Moneti, parecen ser amigos. —Dijo una chica para romper la tensión.

—Yo también los vi.

—Se ven lindos juntos.

—Yo los vi mientras bailaban, aunque no bailaban tan bien como la señorita Elise y el duque Noah.

—¿De verdad? —Dijo Lilibeth—. Keneth y yo solo somos amigos.

—¿Escuché bien? ¡Lo llamó por su nombre! Deben ser muy unidos.

—Ahora que lo pienso... —Dijo Marion con un tono pensativo—. La señorita Lilibeth al igual que Elise estuvo soltera por mucho tiempo... No, ahora volvió a estar soltera.

—¿Está soltera?

Las chicas empezaron a murmurar, entre los murmullos escuché que Lilibeth estaba comprometida con un joven adinerado, pero no poseía título importante, el joven falleció.

—L-lo estoy, en este momento lo estoy. —Dijo Lilibeth con una mirada perdida.

—¡Enhorabuena! El capitán Moneti está ganando reputación y dinero rápidamente, es posible que él sea tu prometido. —Dijo la duquesa Jaydel.

—¡N-no creo que eso suceda! —Lilibeth se apresuró a defenderse mientras se sonrojaba.

—¿Por qué no? Hacen linda pareja, se nota que lo quieres y al parecer es correspondido. —La duquesa siguió insistiendo.

—¡E-eso no...!

—Suficiente. —Dije en tono alto—. Estamos poniendo incómoda a la señorita Dastel, discúlpanos, no pretendíamos hacerlo.

—Está bien. —Dijo Lilibeth—. Creo que debo aprovechar esta oportunidad para evitar rumores falsos, el capitán Moneti y yo somos como hermanos, además él está enamorado de otra dama, sería malo que esa chica pensara cosas erróneas y terminen alejándose. —Me miró por unos breves segundos—. Entonces por favor no confundan las cosas.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora