Capítulo 12

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Después de tener toda la mañana en la clase de etiqueta con el profesor Hervich, Fui a almorzar y posteriormente a prepararme

Aplicaron cremas hidratantes en mi piel, una mascarilla en mi rostro y pepinos en mis ojos, pintaron mis uñas en blanco con unas flores celestes, depilaron mis piernas con cera, pero como soy lampiña no se notó tanto la diferencia. —Dolió demasiado—. Al final me sentía como nueva, mi piel esta más brillante.

Volvimos a la mansión en una hora y unos minutos luego.

Rina y otras tres sirvientas estaban para ayudarme a estar aún más hermosa.

Me pusieron un corsé, cosa que no quería, pero no tuve opción, luego me puse el vestido celeste que me había comprado anteriormente, lo que me encantaba es que era del mismo color de mis ojos. Me pusieron unos tacones blancos que traían diamantes, el calzado fue obsequiado por mi padre en mi cumpleaños anterior pero no me los he puesto porque estaba esperando algún evento importante ¿Qué más importante que arruinar a mi futura enemiga?

Pusieron una banda en la cabeza para que mi cabello no interfiriera con el maquillaje, un polvo a base de minerales cubría mi cara, usaron una sombra rosa y delineador en mis ojos, retocaron mis cejas, las pestañas estaban intactas, de por sí ya están largas y crespas, aplicaron un lápiz labial rosa.

Tomaron dos mechones laterales de mi cabello y los enrollaron entre sí, para al final sujetarlos con un adorno de flores de diamante con zafiros claros, ondularon más mi cabello haciendo que pareciera un mar donde fluye oro.

Escogí un par de pendientes y collar de zafiros claros con plata.

Todo el proceso duró más de lo que esperaba, pero el resultado me encantó, ni yo misma podía adivinar si era una humana o una diosa.

—Usted está muy bella señorita. —Dijo una de las sirvientas.

—El carruaje la está esperando. —Dijo el mayordomo mientras golpeaba la puerta desde el otro lado.

—¡Ya vamos! —Exclamó Rina—. Señorita Elise, si ya está lista nos podemos ir.

—Rina... ¿Qué me hicieron? —Pregunté sorprendida mientras seguía frente al espejo.

Antes era hermosa, ahora creo que hasta la flor más bella se marchitaría de envidia... ¿Es esto lo que se le dice amor propio? Porque creo que me enamoré de mí misma, me pregunto como el duque Noah no supo valorar a este bombón.

Rina se acercó a mí, me tomó los hombros por atrás y apoyó su cabeza cerca de mi cuello mientras sonreía al espejo.

—Usted es realmente hermosa mi lady, dejará a todas las hijas de nobles con la boca abierta.

—Todo es gracias a ustedes... Bueno, ya es hora de irnos.

Di la vuelta y salí de la habitación, el mayordomo me entregó un paquete forrado, el regalo que llevaría fue escogido cuidadosamente.

En el carruaje iba hablando con Rina para no ponerme nerviosa. Hace unos meses fue mi debut así que iba ser algo común que me invitaran a fiestas, de hecho, en mi vida pasada iba a fiestas de trabajo o reuniones de amigos y me sentía incomoda... Pero este es otro mundo, hay una forma diferente de actuar y hablar, el mínimo error podría arruinar mi vida, debo tener cuidado y controlar mis impulsos.

Luego de tanto tiempo de viaje finalmente llegamos a la propiedad de la familia del conde Bonnet.

El coche me ayudó a salir del carruaje, el cielo ya estaba oscureciendo, caminé hasta la entrada y un sirviente abrió las puertas.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora