La cacería de la bruja [¡Terminada!]

Capítulo 75

¿Los padres de Noah fallecieron por nuestro compromiso? Bueno, realmente fue por un accidente, pero está indirectamente implicado, imagino que Noah lo sabe, sin embargo, fue algo que solo yo desconocí.

Cerré el diario, pero al hacerlo, una profunda nostalgia inundó mi pecho dándome cuenta de lo mucho que extraño a mi padre, es decir, el padre de Elise ¿Realmente lo extraño? ¿O es solamente que estoy angustias por tener el control de la casa Martold y liderar un Imperio al mismo tiempo sin alguna clase de apoyo? Aunque para ser sincera, yo me deshice de esa ayuda... ¿Padre, está bien encargarme todo?

Me puse de pie y me retiré del lugar rumbo al edificio de sirvientas, ahora que lo pienso, es la primera vez que vengo, pero en el libro, la primera y única que vino Elise fue una vez que Adelaida la empujó y cayó sobre la tierra, golpeándose la frente contra una piedra, afortunadamente no pasó nada más que un rasguño, pero la pequeña corrió a buscar a Rina, como era su tiempo de descanso, la buscó a su habitación. 

Rina trató sus heridas y la consoló, pero saliendo del edificio fueron sorprendidas por la pareja de marqueses, mi padre le llamó la atención a Rina debido a que notó la dependencia que su hija creó con la sirvienta y Adelaida reprendió a Elise porque una señorita no debía venir a estas clases de lugares.

Pero ahora no habrá un solo individuo que me diga que debo hacer o donde ir, sin embargo, no debí esperar a estar sola para tomar mis propias decisiones.

Golpeé la habitación de Rina y me abrió.

—¿Señorita? ¿Qué sucede?

La abracé como nunca antes se me hubiera permitido hacer y hundí mi cara en su cuello, no tuve idea desde cuándo empecé a llorar, pero mis lágrimas fluían como un río incesante ante su presencia.

—No planeo mentir más, realmente tengo magia, sé que no te gusta, pero no puedo cambiarlo, tampoco tengo intenciones de seguirlo ocultando, quiero aprovechar mis dones y restaurar el imperio... Pero no quiero que veas con desprecio, no tú... Y-yo, sólo no me dejes.

Rina guardó silencio por unos segundos, ya lo había escuchado previamente, estuvo impactada, pero en ningún momento la juzgó, sólo sonrió y la abrazó fuertemente, Elise, su niña, estaba tan destrozada, parecía una gacela bebé huyendo de un cazador. Prefería morir con ella antes que dejarla en ese estado.

Entonces sentí como acariciaba mi cabellera suavemente, la vi a los ojos y solo vi sus ojos llenos de amor y esa sonrisa capaz de iluminar hasta la noche más oscura.

—Tonta niña, siempre que me necesites estaré contigo ¿Cómo podré dejarte?

La abracé más fuerte aferrándome a su palabra, Rina no me juzga, eso está bien.

—Gracias.

—¿Puedo hacer una pregunta?

—¡Por supuesto!

—¿Estás detrás de todo este conflicto?

—...

—Te apoyaré, estoy arta de ver como tratan inocentes como los peores criminales, hay algunas cosas que es necesario que sean cambiadas.

—¿No tienes miedo?

—Si sé que eres tú quien los lidera, me siento aliviada, puedes hacer grandes cosas Elise.

—Si me convierto en emperatriz, serás una noble.

—¿Eh? —Se puso nerviosa—. Yo realmente no quiero, es un dolor de cabeza. Mejor tengo una vida pacifica en las montañas cuando sea anciana, mientras tenga energía me gustaría seguir trabajando en esta mansión.