Capítulo 17

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—Noah Claden... —Me congelé.

Noah Claden... ¡¿Me están jodiendo verdad?! Ese es... Por supuesto que lo recuerdo, ¿Cómo olvidarme de él? Ese desgraciado que no supo valorar a Elise, el protagonista masculino que no merecía el título protagónico, nunca me agradó ese personaje.

Debo reaccionar, pero cómo... Es muy probable que golpee la mesa y me ponga de pie, pero no lograré nada con hacerlo, debo tranquilizarme antes de hablar, vamos, debo hablar como lo haría la anterior Elise.

Respiré profundamente.

—Por favor no. —Dije con los ojos llorosos—. No soporto la idea de una boda, eso significaría que ya no viviría con mi padre... Padre, por favor deme más tiempo, quiero asistir a más eventos y pasar más tiempo en el exterior, así podré depender menos de usted. —Pasé mi mano por mis ojos para secar mis lagrimas—. Cuando me sienta preparada para vivir fuera de esta mansión buscaré un prometido, uno con un rango muy alto...

—¿Me estás pidiendo que deje de pensar en el bienestar de la familia por un capricho tuyo? —Preguntó mi padre.

—No es un capricho, además mi seguridad corre peligro, ¿Sabe que mi cuerpo es débil y me enfermo en invierno verdad? —Pregunté.

—¿Qué tiene que ver eso con la boda? —Preguntó Adelaida mientras partía un poco de carne.

—El norte es frío, me enfermaré muy seguido y seré una carga para mi esposo, sólo lo molestaré y nunca me amará.

—Como alguien que ha crecido en la nobleza deberías saber que cuando te cases es muy posible que no surjan sentimientos mutuos, la vida real no es como los libros que lees, donde al final los personajes que se casaron por conveniencia terminan amándose.

Perdón a la anterior Elise, esta vez no podré contenerme.

—¡¿Entonces qué pasó contigo?! —Elevé la voz—. Eras un Marqués, pero te casaste con mi madre la cual no era hija de un noble... ¡¿Qué hay de esta mujer que tienes a tu lado?! ¡Todos saben que su exesposo era adicto al juego y estaba a punto de perderlo todo, es decir que ella ya no tenía nada, pero apenas enviudó te casas con ella! Dime cuál fue el beneficio.

—¡Tú, cierra la boca, mocosa maleducada! —Gritó Adelaida.

—¡Es Diferente! —Exclamó mi padre—. Más respeto hacia tu difunta madre y Adelaida. Un hombre puede hacerse responsable de sus decisiones, mujeres como tú no, las mujeres nobles nacen para casarse con otros nobles y beneficiar a su familia, se trata de hacer relaciones con otros territorios. No te he negado nada, lo menos que puedes hacer es casarte.

—¿Entonces me ves como un objeto que puedes cambiar? —Sin darme cuenta empecé a llorar de verdad—. ¿Crees que soy una moneda con la que puedes comprar una maldita alianza? —Me levanté—. Pues no, soy mucho más que eso, pero parece que no te ha quedado en claro.

Salí del comedor y me fui hacia mi habitación.

Tomé una bolsa y guardé tres vestidos, dos zapatos bajos, otros tres vestidos livianos para dormir, cepillo para peinar, una pequeña bolsita con mis ahorros y el libro de magia. Recordé el collar y me lo puse.

Tomé papel, pluma y tinta y dejé una carta la cual decía:

"No volveré en cierto tiempo hasta que mi padre renuncie a la idea del matrimonio, quiero tomarme un tiempo para mí y pensar claramente.

Rina por favor no te preocupes, estaré bien, recuerda alimentar mucho a Evan, es un gato lindo, me gustaría verlo gordito~. Aunque Evan no entienda, apenas lo veas por favor dile que volveré por él, que debe esperar poco... En mi escritorio dejo una carta con el sello de la familia, envíenla al palacio.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora