Capítulo 50

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¡Este hombre es más terco que una mula! Si ya decidió algo, solo gastaré energía en hablar.

—¡Bien!

Keneth siguió corriendo hacia el establo, yo me quedé en el pasillo. Es una molestia, debería dejarlo morir, él mató a la Elise original... ¿Pero por qué no puedo dejar de protegerlo?

Entonces comencé a correr por un atajo hasta el establo, obviamente me sería imposible cabalgar con tantas cosas puestas, afortunadamente estuve practicando magia de cambio rápido, ahora entiendo cómo los personajes de las series que veía de niña se cambiaban en dos segundos, subí sobre mi yegua una vez me puse ropa más flexible, una capa por el frío o por si acaso caía alguna brisa y una máscara por supuesto.

Keneth aún no había llegado, llevo delantera. Comencé a cabalgar hacia el condado Dastel en medio de la noche.

Por otro lado, la fiesta de banquete terminó convirtiéndose en una sala de discusión, para hablar ordenadamente, todos volvieron a sentarse en sus respectivas mesas. Fue hasta entonces que el Marqués Asis Martold se dio cuenta de que faltaba alguien en la mesa.

—¿Dónde está Elise? —Le pregunta a Noah.

—Quizás se fue por un momento, con todas las personas gritando es comprensible. —Respondió Noah.

—Puede que tengas razón... Cuando ella era pequeña odiaba el ruido, iba a los lugares más tranquilos de la mansión y nunca hablaba... De un día a otro empezó a causar alboroto y hablar como si no hubiera mañana.

—Es una caja llena de misterios...

Noah se dio cuenta de que además de Elise y algunos otros nobles, Keneth también faltaba ¿Podrían estar la desaparición de Keneth y Elise vinculados?

Mientras tanto, Elise cabalgaba en su yegua a máxima velocidad, el animal se iba llenando de hojas caídas y su vestido y capa estaban empezando a rasgarse con las ramas, era una de esas raras veces que tenía un mal aspecto.

¡Keneth idiota, me debes un gran favor!

Como esperaba, llegué antes que Keneth o eso espero, el sonido de las balas aturdía mis oídos. Active un escudo mágico a mi alrededor por si una bala viene a mi dirección.

Vi a alguien que daba ordenes, probablemente el líder del grupo, me acerqué a él, pero rápidamente se dio cuenta de mi presencia, normalmente dispararían, pero al darse cuenta de que uso magia, se limitaron a apuntarme.

—¿Qué quieres? —Preguntó el "líder".

—Tranquilos estoy con ustedes, fui enviando por la reina para supervisar.

—¿Supervisar?

—¡Así es! ¿Dónde está el conde Dastel? Debían mantenerlo con vida.

—La reina lo quería con vida, acaba de tomar una poción de teletransportación hacia la prisión mágica, no pasó ni un minuto para atraparlo y obligarlo a beber.

—Si ya terminaste, te puedes ir. —Suspiré con alivio.

—Estamos confiscando algunas armas anti-magia que guardaba el conde, en unos minutos nos iremos.

El líder era un chico joven, bajó el arma y sus subordinados también lo hicieron, todos menos el chico que los lideraba entraron a la mansión.

Keneth llegó en su caballo y siguió cabalgando, acercándose cada vez más hasta que estuvo frente a nosotros y bajó de su caballo.

En cuestión de segundos su espada estaba desvainada y estaba a punto de atacar al mago líder con el que me encontré, pero este agarró la punta de la espada con su puño, su sangre corrió de su mano.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora