Capitulo 46

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—Parece que se llevan bien... —Dice Keneth en un tono desanimado.

—Así es, si es la persona con la que pasaré el resto de mis días deberíamos llevarnos bien.

—Elise... ¿Realmente deseas estar con él? Estoy entrando en la sociedad y poco a poco mis habilidades están siendo reconocidas, además estoy ahorrando para que no te falte nada, me estoy esforzado en cumplir tus expectativas de una pareja.

—Por mucho que te esfuerces, está mal esperar algo de mí si he sido clara desde el comienzo. Al principio era por poder y dinero que me comprometí con el duque Claden, pero estoy pasando por un momento en la cual solo él puede ayudarme.

—Estoy dispuesto a entregarte el mundo y no esperaré a que me quieras. ¿Cómo sabes que solo él puede ayudarte? Si me preguntas, puede que yo también pueda, dime qué necesitas.

—No puedes, ni siquiera puedo decírtelo... Quiero protegerte, y será más fácil hacerlo si no lo sabes.

—¿De qué me protegerás? —Toma un mechón de mi cabello con delicadeza—. ¿No te dije que yo te protegería?

—Si te lo digo me odiarás...

—¿No lo entiendes? —Su voz empezó a cortarse—. Nunca llegaré a odiarte, soy sincero con mis sentimientos. —Besó mi cabello—. Maté a una persona mágica, pensé que eras tú, decidí investigar... Si realmente te había matado, me pondría de rodillas ante tu padre y todos los días de mi vida me dejaría ser atormentado por tu recuerdo, me alegra saber que estás bien, estoy profundamente agradecido de poder verte.

Keneth dijo todo eso mientras lloraba, mi corazón crujió, me siento terrible, no merezco que se comporte así conmigo, no hemos pasado mucho tiempo juntos, espero que sus sentimientos no sean tan profundos, no quiero volverme en su adicción o de lo contrario ambos sufriríamos.

Lo abracé fuertemente.

—Estoy bien.

Pasamos un tiempo en silencio, pero me alejé de él cuando se calmó, no puedo evitar compararlo con un niño.

—Volvamos a la fiesta, no deberíamos pasar a solas, de lo contrario mi nombre puede mancharse.

—Elise.

—¿Si?

—Feliz cumpleaños.

Volvimos al gran salón, una chica atractiva se acercó a nosotros, la chica era blanca y delgada, cabello negro y ojos turquesa, parece ser de mi edad.

Si mi memoria no falla, es la hija del conde Dastel... Lilibeth Dastel.

—¡Keneth! —Dijo la chica sonriendo mientras se acercaba.

Lilibeth sostenía un abanico azul, del mismo color que su vestido, abrió el abanico y se cubrió el rostro.

—Señorita Dastel, es un gusto volverla a ver. —Dijo Keneth con una sonrisa.

No pensé que un personaje secundario tuviera otros conocidos aparte de los necesarios... Parecen ser cercanos.

—¿Se conocen? —Pregunté.

—De hecho... Si, eso se podría decir. —Dijeron ambos al unísono y se rieron.

—Jajaja... Parecen conocerse bastante. —dije forzando una sonrisa.

—Bueno, eso parece. —Dice Lilibeth sonriendo—. Hasta hace cuatro años, era común ver a Keneth por nuestras tierras, cuando el joven Moneti trabajaba en el gremio de mercenarios, mi padre lo contrataba constantemente, cuando regresaban de un viaje yo preparaba té y conversaba con Keneth, me gustaba escuchar las historias de sus aventuras.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora