Capítulo 26

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Al día siguiente, Rina me despertó alrededor de las tres de la mañana, la capital queda a ocho horas de distancia aproximadamente. Me bañaron rápidamente y luego me ayudaron a ponerme el vestido que me regaló la princesa.

Dijo en la invitación que el vestido debía ser blanco o verde y debía llevar flores, pero ella hizo un vestido blanco con mangas largas, llevaba varias capas y lo adornaban pequeñas rosas azules en el torso y algunas pocas en las mangas y caderas. El vestido era muy lindo pero el único problema es que la cintura debía ser pequeña, mi cintura es más delgada de lo normal ya que en el pasado Elise se sometió a dietas extremas y muchas veces se desmalló, las sirvientas tuvieron que ajustarme fuertemente un corset, aún no me acostumbro... Me pusieron unas zapatillas blancas con pedrería azul.

Subí al carruaje a las cuatro y media, me dijeron que se iban a encargar del peinado y el maquillaje una vez llegáramos al palacio entonces por el momento iba con el cabello suelto. Me acosté mientras llevaba una mascarilla para hidratar la piel y ya que tenía sueño, aproveché a dormir en el camino.

Luego volvieron a despertarme, la máscara que me puse anteriormente ya no estaba, creo que Rina la quitó por mí mientras dormía, eran casi las doce y mi estómago estaba rugiendo.

—¡Rina, tengo hambre! Ten piedad de mí y aliméntame por favor.

—Señorita, últimamente está comiendo más que antes, subió tres libras.

—¡Son solo tres libras! Mi metabolismo es rápido y mi contextura es delgada, de verdad tengo hambre.

—Usted antes decía que era mejor morir de hambre antes que subir de peso.

—Ay, eso era antes, escucha mi estómago. —Mi estómago volvió a gruñir—. ¿Ves? Mejor comer algo antes de pasar vergüenza frente a tantas damas, no quiero que mi estómago lo arruine.

—Está bien. —Suspiró—. Haré que manden fruta a tu habitación.

—¡Gracias Rina! ¡Te amo!

Una sirvienta del palacio se acercó a nosotras.

—¿Puedo ver su invitación? —Pregunta la chica.

Rina le entrega la invitación a la otra sirvienta.

—Ya veo, señorita Martold, la princesa pensó que usted vendría antes, así que preparó una habitación para usted, los estilistas de la princesa le brindarán el mejor servicio.

—Oh, solo con la habitación estoy bien, traje a tres de mis sirvientas para que se encargaran de mí.

La verdad sólo quería venir con Rina, pero mi padre pensó que me puedo escapar y envió conmigo a otras sirvientas para vigilarme.

—La princesa también predijo lo que usted diría entonces escribió esta carta. —Estiró su mano entregándome la carta.

—Gracias. —La tomé.

Eres mi modelo, y puedo elegir qué peinado o maquillaje luzcan mejor con mi vestido, por cierto, espero que te haya gustado el vestido, si tienes alguna opinión o crítica no olvides en hacérmela saber, la fiesta de té será a las cuatro de la tarde en el jardín este, si tienes tiempo libre puedes ver los alrededores, adiós.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora