Capítulo 95

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—Bien. —Rompí la tensión—. Deberían tomar el carruaje y dirigirse al palacio antes de que alguien más reclame el trono y todo aquél que se oponga, deberá ser ejecutado.

—Como usted diga. —Se inclinó la duquesa.

Una sirvienta trajo al niño en sus brazos, parecía que se había despertado recientemente, pero al ver a su madre, todo rastro de sueño se borró, sus ojos brillaron y empezó a moverse energéticamente para que la sirvienta lo bajara.

La sirvienta lo colocó en el suelo con sumo cuidado y Johan corrió a la par de su madre y alzó sus manos mientras daba saltitos para ser cargado. —¡Mamá, mamá!

La positividad del niño me hizo sonreír, pero cuando miré a Keneth se me rompió un poco el corazón.

La duquesa se agachó para poder abrazarlo. —Mi pequeño corderito, mamá estará ocupada últimamente, deberás quedarte un tiempo con la emperatriz, ella te cuidará.

El niño la abrazó fuertemente. —Johan será un buen niño, no haré problemas mami ¿Pero tú no puedes ir conmigo?

—No mi niño, debes entenderme, prometo que pronto volveremos a estar juntos.

—¿Y por qué no puedes venir conmigo mamá?

—Porque este es un reto de valentía, un juego, si demuestras que puedes esperar por mí, te llevaré a vivir al palacio y te convertirás en príncipe.

—¡¿Seré un príncipe mamá?!

—¡Así es! Serás el niño más poderoso.

—¡Entonces haré lo mejor para ganar!

Ambos rieron y el niño se acercó a mí estirando su pequeña mano. —Señorita, usted me llevará para ganar ¿No es así?

—Dile emperatriz. —Corrigió su madre—. Ella es la mujer más poderosa, trátala con respeto.

El niño tapó su boca y me miró sorprendido. —¿Incluso más poderosa que tú? —Le susurró a la duquesa.

—Mucho más poderosa que todos.

—Oh, entonces seré más bueno.

—Gracias.

—Es mejor no seguir atrasándonos, mientras más pronto comience el juego, más pronto ganará Johan. —Dije riendo.

Abrí un portal y el niño estaba más asombrado, tomó mi mano y fuimos a mi palacio, luego le indiqué que una sirvienta se encargaría de él y se lo llevaron.

Mientras tanto, Keneth se había quedado a solas con la duquesa y el duque dormido.

—Veo que realmente ama a su hijo.

—... Johan es un rayo de luz entre la oscuridad, vino a darle sentido a mi vida... Es mi todo, amar es una palabra muy pequeña en comparación al gran sentimiento que tengo por él.

—Supongo que también lo amas porque es el producto de su amor con el hombre que ama.

—No, Johan lleva su sangre, pero no es hijo del duque, es sólo mi hijo.

—La emperatriz me dijo la verdad, sé que usted es mi madre.

—No, llevas mi sangre, pero no eres mi hijo, es de ese mercenario.

—¿Cuál es la diferencia?

—Que sólo por el deseo de ese hombre tú fuiste creado, mientras que Johan fue concebido por mi deseo, con tantos hechizos que tiene el duque, podríamos decir que lo hizo sólo porque yo quise que él quisiera, así que es solamente mío.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora