La cacería de la bruja [¡Terminada!]

Capítulo 84

Había pasado aproximadamente una semana desde la muerte de Adelaida y ya que estaba de buen humor, la mansión Martold lo estaba también.

Esta mañana en espacial me desperté más radiante que una estrella, luego de tanto tiempo finalmente juntaré las bases legales de mi imperio. Si todo resulta exitoso entonces seré coronada próximamente, luego estabilizaré los tres reinos bajo el imperio Neslín y cuando las cosas se calmen invadiré otro lugar.

Luego de un baño hidratante, Rina me extendió una bata y me la coloqué, cabe aclarar que yo me baño sola, pero Rina se queda por si necesito algo. Al salir del cuarto de baño, una fila de 4 sirvientas más me esperaba y una de ellas estaba al frente de las otras.

—Su majestad, el general Haer está aquí por usted, le pedí que se retirase ya que usted estaba tomando un baño, pero insistió en esperar afuera ya que era algo importante.

—¿Acaso está del otro lado de la puerta? —Pregunté.

—Si, su majestad.

—Está bien, déjenlo entrar.

Al decir eso, las sirvientas se sintieron incómodas y Rina tocó levemente mi hombro.

—Señorita, piénselo, no está vestida aún... —Dijo Rina y de inmediato las otras cuatro asintieron.

Vi mi bata y suspiré. —No estoy desnuda, tranquilas, déjenlo entrar, además no es como que me pueda hacer algo.

Una de ellas abrió la puerta y Dilan entró, lo cual al verme hizo una rápida reverencia para luego acercarse.

—Su majestad, con el cabello de la asesina que obtuvo la vez anterior logramos crear 65 broches, fracasamos al intentar utilizar un hechizo de rastreo, pero pudimos hacer un artefacto que vibrará si está cerca de la persona que buscamos, el secreto está en que cada broche contiene cabello.

Vi como tenía sus manos vacíos entonces levanté una ceja. —¿Y dónde están los broches?

—Todavía no llegan, pero pensé que sería bueno que lo supiera, probablemente en la tarde estén aquí.

—Perfecto, entonces quiero uno, Rina y Félix deben tenerlos también, el resto entréguenlos a los generales más cercanos y poderosos, no hay que olvidar las reynas, Noah, Keneth, Elian y el rey Lían... Tú también.

—Entendido, eso fue todo.

—Entonces puedes retirarte.

Dilan se marchó y procedimos a arreglarme.

En la tarde vinieron los invitados y yo me paré en las escaleras, cuando los vi en el salón central bajé cuidadosamente y todos hicimos una reverencia.

—Bienvenidos, me complace su presencia este día. —Dije sonriente.

Se encontraban la reina Cecilia Bont Sertai acompañada de su hermana, la sacerdotisa Fiorela Bont Sertai, además la reina Tami Wisnor y el rey Lían Tinstel. Los únicos que necesito que firmen. Sin embargo, también los acompañaban el General Moneti y el Duque Claden.

—Esperamos consolidar una gran unión. —Dijo la reina de Artinia y los demás asintieron.

—Por favor acompáñenme a la sala de reuniones, luego de la lectura del tratado disfrutaremos de una animada velada.

—Estoy curioso de ver lo que quiere mostrarnos. —Dijo Lían.

De ese modo todos me siguieron al lugar mencionado y tomaron asiento en una larga mesa, en el centro estaba un gran mapa del continente.

—Buenas tardes a todos, antes que nada quiero aclarar mis intenciones, como estaba planeado desde un inicio, si se establece un imperio, la ciudad imperial será Artinia y está quedará bajo mi cargo total por lo tanto la reina Bont Sertai será destituida y nombrada como primer ministro y segunda al mando, espero que los reinos de Tremida e Istred sean protegidos por sus reyes respectivos y reporten mensualmente la situación general de los reinos, los reyes podrán tomar libremente cualquier acción que favorezca al pueblo pero si son decisiones muy importantes que impacten en gran medida solicito que me hagan saber de ello inmediatamente. De igual forma, trabajaremos al lado de la iglesia para que la Diosa siga brindándonos la magia necesaria para seguir. Por otro lado, si me declaran su Emperatriz frenaré las invasiones hasta asegurarme de estabilizar la situación socioeconómica así que espero que todos me ayuden a evitar conflictos territoriales hasta nuevo aviso, atacando solo en el caso de una invasión del bando contrario como medio de defensa. —Vi a todos para asegurarme que estaban atentos—. Finalmente agregaré reformas en la constitución política las cuales establecerán igualdad de derechos entre magos y población sin magia, obviamente sin distensión de géneros y se les brindará ayuda a las mujeres a incorporarse de forma activa en la sociedad. Estoy atenta a sugerencias.