Capítulo 79

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Elise nunca había visto a Keneth de esa forma antes, confundido, feliz, preocupado... ¿Había siquiera una forma certera de interpretar esa expresión?

—Elise... ¿No hay un motivo secundario? ¿Sólo quisiste y ya? ¿Estás bien?

—Tranquilo, sólo tenía curiosidad por experimentar qué se sentía...

—¿Por qué yo?

—¿Por qué no tú? Basta de preguntas absurdas y sólo agradece.

—Sabes lo que siento ¿Estabas jugando conmigo o me estás dando una oportunidad?

—Agh, sentimientos juveniles. —Se alejó un poco—. ¿Y qué si me gustas? Eso no cambiará nada... Por ahora.

—¡¿Entonces si te gusto?! ¿Por ahora?... ¿Pero acaso no te gusta el duque Claden? Sabes, no soy ciego.

—¿Que a mí qué? Cállate, ni menciones el nombre de esa escoria, lo estoy usando, siempre ha sido de esa forma. Si puedes esperar, hasta que vuelva a restaurar el poder de mi imperio, entonces consideraré estar contigo.

—¡Entonces te ayudaré a vencer a cualquiera que se cruce en tu camino!

Esto le causó un poco de risa a Elise pero se tambaleó al sentirse mareada, ella lo sabía, Melanie estaba peleando por el control del cuerpo. Keneth notó el debilitamiento de Elise y quiso ayudar a sostenerla, pero ella lo alejó.

—Estoy bien, quiero ir a casa.

—¿Qué...? Está bien, si eso es lo que quieres.

—Keneth, puede que haga una tontería que ponga en duda mis palabras, pero siempre debes confiar en mí ¿De acuerdo?

—¡Si!

Elise volvió a marearse, pero esta vez efectivamente se realizó el cambio de cuerpo.

Me paré erguida con la cara vacía, no sabía cómo reaccionar, vi todo, vi el beso, vi lo que sucedió cuando Elise tomó su propio cuerpo, ¿Me hizo verlo a propósito?

—¿Elise? —Se arrodilló Keneth para ayudarme—. ¿Quieres volver? Yo te cargo, ven conmigo.

—Yo... Sobre lo del beso, es mejor no decirlo otra vez, a menos que yo lo mencione primero ¿Entendido?

—Entiendo.

Me ayudó a ponerme de pie, los cambios momentáneos del cuerpo me cansan y tuve que caminar sosteniendo su brazo, se ofreció a cargarme, pero rechacé la oferta.

Pasamos por un jardín, el jardín en donde una vez Chaimae me invitó a una fiesta de té, ella fue tan amable conmigo y yo masacré toda su familia, incluso a ella.

—¿Estas bien? —Preguntó Keneth cuando me detuve a analizar la escena.

—Sigamos, quiero irme.

No siguió adelante, apartó los mechones de cabello que cubrían mi rostro y me vio con los ojos húmedos y mi tez que empezaba a tornarse roja. Lo entendió, no dijo nada sólo me abrazó.

—Quiero irme, no es momento de abrazos.

—Puedes decirme lo que quieras. —Acarició mi espalda—. No quisiste que la princesa muriera, te preocupaste por su seguridad en todo momento.

No respondí, sólo lo vi.

—Quiero irme.

Dejó de abrazarme y me llevó a una habitación en la cual Lían acababa de crear un portal directo a mi mansión, sin embargo, antes de poder llegar nos cruzamos con Noah en un pasillo amplio.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora