La cacería de la bruja [¡Terminada!]

Capítulo 2

Pasé un mes para aceptar mi nueva vida y recuperar todos los recuerdos pasados de Elise, datos que el libro no mencionaba, pero iban a ser útiles para saber qué hacer.

Tal como había dicho antes, ahora estoy en cama, mi cuerpo se siente débil, no tengo apetito y me duele fuertemente el estómago.

Rina estaba cerca de mí y agité mi mano para que viniera.

—¿En qué le puedo ayudar señorita? —Preguntó Rina preocupada.

—Me duele... Mucho... Trae a un Mago.

—Señorita, con medicinas estará bien, además sabe que este reino tiene mal relación con la magia, si lo hiciéramos podríamos ir a la cárcel.

Es verdad, Hace unos 50 años todos los países mataban a las personas que estuvieran relacionados con la magia ya que eran una amenaza para la realeza.

Hoy en día existe una gran isla en medio del océano que es conocido como la isla mágica ya que ahí la reina es una hechicera y la magia es permitida, pero allí todo es caro y entrar es casi imposible. Entonces muchos magos permanecen escondidos en estos reinos anti-magia viviendo una vida normal. Si nadie descubre que usan magia vivirán pacíficamente, pero si no se usa la magia, esta se irá acumulando hasta matar a la persona, es por eso que mi cuerpo es débil.

Mi madre era una bruja, mi padre, el marqués Asis Martold se enamoró de mi madre en un baile, se casaron, pero él nunca supo que Amelia, mi madre, era una bruja, mi madre sabía que le quedaba poco tiempo y que en cualquier momento se una a enfermar y luego morir...

Cuando una bruja se enamora, su amor es para siempre, mi madre encontró una solución para no morir y estar con mi padre durante más tiempo... O eso creía ella. Fue así como se embarazó de mí, con el plan de transferir todos sus poderes al feto y ella vivir sin problemas como un humano corriente, pero cuando nací no solo le quité los poderes, sino que también la vida.

—Rina... —Dije un poco cansada—. Quiero té, uno de las raíces de un acónito común.

—¡¿Pero eso no es venenoso?! —Preguntó asustada.

—En pocas cantidades no, haz una taza y trae una cuchara, beberé media cucharada y estaré bien, lo leí en un libro de medicina, además pronto volverá mi padre de la frontera y no quiero que me encuentre enferma. —Sonreí.

—Pero señorita...

—Confía en mí, por favor. —Dije mientras tomaba sus manos.

—Está bien, le diré a alguien que la compre.

—¡No!... Encárgate de todo tu misma, manda a alguien más a cuidarme... Cof cof —Tosí—. Date prisa.

Rina, con ojos llorosos, salió corriendo.

La planta que mencioné antes es venenosa, puede ser medicina si se usan las flores, pero en las raíces es donde hay más veneno, no moriré, en mi caso surgirá un efecto contrario, mientras más veneno tome más poder perderé, pero mientas mi cuerpo se acostumbre al cambio de magia pasaré sin despertar. Sin embargo, si me excedo realmente puedo morir, tomaré la mitad de la taza, con eso no despertaré en cuatro días más o menos.

En una hora volvió Rina con la taza entre sus manos y la dejo en una mesa a la par de mi cama.

—Aquí tiene señorita...

—Gracias, ¿Usaste toda la raíz verdad? —Pregunté.

—Por supuesto, oh, que tonta soy, traeré la cuchara.

—No te preocupes. —Tomo la taza—. ¿Mientras más mejor verdad? —Bebí rápidamente el contenido, pero estaba amarga.

Rina me quitó rápidamente la taza también, así que bebí menos de la mitad, pero era la cantidad perfecta para estabilizar mis poderes.

Rina tenía una cara aterradora.

Sólo sentí mis párpados pesados y me dormí.

Luego de cinco días desperté, había un doctor y dos sirvientas a mi alrededor, me dieron una buena regañada pero el resto del día pasé comiendo o caminando alrededor del palacio.

La mansión era más grande de lo que pensé y bella.

Al día siguiente me desperté temprano, como a las cuatro de la madrugada, supongo que mi cuerpo no quiere dormir más tiempo.

Me abrigué con una manta y salí de la habitación.

Mi padre se había ido junto con su esposa, yo no me llevo bien con ninguno de ellos, recuerdo que de pequeña quería llamar la atención de mi padre, pero nunca lo lograba, él me odia y no quiere saber de mí, la causa es mi apariencia, soy parecida a mi madre a excepción del color del cabello ya que ella era pelo negro, tras la muerte de mi madre, mi padre quedó muy dolido y al verme empeoraba su dolor así que se fue alejando de mí y cuando cumplí seis se casó con una mujer viuda.

Si quiero cambiar mi destino debo llevar una buena relación con mi padre, aún falta un año para el compromiso.

Fui al jardín norte, un jardín descuidado, arboles grandes y hiervas altas por todas partes, este jardín lo cuidaba mi madre y desde que murió nadie lo ha tocado, he venido un par de veces cuando era niña, pero siempre me regañaban, según el libro de este mundo, hay un libro de hechizos que dejó mi madre, el libro está enterrado alrededor de un gran árbol en el centro del jardín, si lo encuentro y aprendo a usar mis poderes podré huir.

Busqué una pala y me acerqué al árbol, cavé mucho y finalmente lo encontré. Era un libro grande y antiguo, no tenía título, pero estaba todo sucio.

Abrí el libro.

—"Capítulo uno, como despertar tus poderes"...

—¡Elise! —Escuche que desde lejos decían mi nombre, me dio escalofrío, esa voz era de...

Miro al cielo y ya era de mañana, perdí mucho tiempo cavando...

Dejé la pala en el piso y me levanté, caminé cabizbaja hasta la puerta.

—¡Elise! —Volvió a decir.

Lo escuche cerca entonces apreté mis ojos y levante mi cabeza lentamente. Abrí mis ojos, era mi padre.

—¡¿Qué haces ahí?!

—P-padre... Perdóneme...

—¡¿Qué esperas para salir de mi vista?!

—S-si... —Lo rodeé y caminé.

—Espera... —Me detuvo—. ¿Qué llevas entre las manos? —Preguntó mi padre.

—E-esto... Es un libro de... De jardinería, quería poner este lugar lindo otra vez...

—¡Creí haber dicho que nadie entrara! —Gritó enojado.

—¡Deja de gritarme! —Dije en voz alta.

Ya estoy arta, como Elise tengo miedo de él, pero como Melanie me enfrentaré a él, de todas formas, es solo un personaje de un libro.

—Estoy cansada de que padre siempre me hable mal, encontré este libro, es de mi madre, ella quería que cuidáramos el jardín así que déjame hacer su último deseo, sé que crees que por mi nacimiento mamá no está con nosotros, pero no es mi culpa, pasé mi infancia sin ti, pero tengo 15, en una edad complicada me es difícil soportar tantas cosas que a veces siento que te necesito.

—Deja de decir estupideces.

—¡No son estupideces! Quiero estar a tu lado padre, pero sé que no te importo ni un poco, el mes pasado estaba con fuertes dolores de cabeza y decía cosas incoherentes todo el tiempo, luego me enfermé y no desperté por cinco días... ¿sabías eso? Si no puedo estar con mi padre déjame estar con lo que le gustaba a mi madre.

Bien, creo que es algo que Elise tenía reprimido, de nada Elise.

—¡Ve a tu habitación en este instante!

Dejé el libro en el suelo y abracé a mi padre.

—Creo que es la primera vez que te abrazo padre, bienvenido a casa.

Me alejó de él, me agaché, tomé el libro y me levanté.

—Me alistaré rápido, desayunaré contigo hoy, espérame. —Sonreí.

Corrí a mi habitación mientras me reía, sabía que ya estaba muerta...