Capítulo 25

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Rina entró a la habitación con una caja.

—Perdón por interrumpir, pero acaba de llegarle esta caja, además Keneth está esperándola en la cocina.

—No interrumpe nada, ya estaba a punto de irme. —Dijo Elian saliendo de la habitación—. Volveré cuando lady Elise regrese de la capital para hacer una revisión.

Elian hizo una reverencia y salió cerrando la puerta.

—¿Qué hace ese traidor aquí? —Pregunté refiriéndome a Keneth.

—Dijo que venía a entregar todo lo que usted dejó allá. —Respondió Rina.

—Entonces dile a algún sirviente que traiga mis pertenencias a mi habitación, además dile a Keneth que no vuelva.

Tomé la caja que traía Rina y la abrí sobre la cama, era un vestido, debe ser para el festival de las flores.

—Rina, recuérdame cuándo es la fiesta de té en el palacio.

—Mañana, afortunadamente usted ya puede ir.

—Si, así es, entonces ya te puedes retirar.

—Señorita, ha estado muy diferente luego de volver de la casa de Keneth. —Me toma de las manos. —Sabe que puede confiar en mí, por favor dígame lo que sucede.

—¿A qué te refieres? —Apreté fuertemente la mano de Rina—. No ha pasado nada malo.

—... Sé que usted no se sentirá tranquila si no habla con él, entonces por su bien, vaya a hablarle.

—¿De verdad crees eso? —Solté su mano—. Iré a hablarle y le diré que cortaré todo lazo con él.

Caminé hasta la cocina dando pasos pesados y acelerados, lo miré nervioso esperando sentado sobre una silla.

—¡Elise! Pensé que no vendrías. —Dijo alegremente.

En ese momento quería saludarlo y decirle que no se preocupara, que estoy bien... Pero no puedo, debo alejarlo, sé que tendrá un gran futuro y no quiero arruinarlo... De todas formas, huiré y no moriré.

—Casi no vengo, no quiero verte, gracias por traer mis cosas, ahora te pido que regreses. —Dije fríamente.

—¿Eh? Pero yo...

—Lo pensé mucho. —Interrumpí—. Tú tienes que concentrarte únicamente en ser un buen caballero, yo debo concentrarme en otros asuntos y sólo nos estorbaremos...

—¡No me estorbas! Podemos continuar siendo amigos. —Sonrió nerviosamente —. ¿Ya estás mejor?

Si, estoy bien... Me gustaría decírtelo... Debo pensar en una excusa.

—¿Amigos? Me traicionaste, el médico vive en el pueblo, no es un doctor de la mansión, pudiste haberme dejado descansando en tu casa, pero me entregaste...

—¿Cómo iba a saber que te recuperarías rápidamente? Tenía miedo de que te pasara algo malo por estar conmigo.

—Ignoraré que me traicionaste y actuaste sin mi consentimiento, te pido que no te entrometas más en mi vida, abusé de tu amabilidad, perdón.

—Juré protegerte, te di mi palabra de caballero, y eso no se hace a la ligera, estaré cuando me necesites, haré todo lo posible para no estorbarte, pero no me apartes.

—¿Por qué? —Levanté la voz—. ¿Por qué lo haces más difícil? ¿Crees que es fácil buscar excusas para alejarte de mí? Por favor, sólo vete.

Debo romper relaciones con todas las personas cercanas a mí, si no logro salir de este libro, pasaré aquí toda mi vida y por ende viviré mucho y esas personas podrían sospechar que soy una bruja, al verme joven cuando ellos estén de 50 o 60 años... En el caso de Keneth sería algo difícil aceptarlo.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora