Capítulo 57

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No tengo ni la menor idea de lo que sucede, no puedo reconocer si es la realidad o un sueño, no es posible estar cara a cara con Elise y no creo ser capaz de controlar mi sueño.

Lo único que es cierto es que Elise está en frente de mí, su aspecto descuidado es algo que me sorprende, se ve idéntica a la vez que soñé cuando huía de la cárcel, la misma apariencia con la que peleó con Keneth y perdió, la misma apariencia de cuando fue quemada...

Tengo tantas preguntas que hacer, pero la principal es saber dónde estoy.

—¿Dónde estamos? —Pregunté.

—En algún lugar de mi mente. —Respondió—. Es un lugar aburrido, lo único entretenido es ver las cosas que haces en mi cuerpo.

—¿Cómo es que entré?... No, ¿Cómo me llamaste y por qué estás aquí? Es decir, con vida...

—Primero responderé, este es un sueño más, no puedes controlar nada, pero esta vez puedes moverte al menos, me costó mucho averiguar cómo, la segunda pregunta es difícil de explicar, pero para eso te llamé esta noche. Primero te mostraré el último recuerdo que puedo mostrarte.

—Está bien, adelante.

Elise movió su mano de un lado a otro y todo se desvaneció, no podía ver nada, cuando mi imagen de visión volvió a aclararse Elise no estaba.

El último recuerdo de Elise lo estoy presenciando, mis manos estaban encadenadas y caminaba hacia algún lugar, los pies tenían heridas abiertas que sangraban, dejando grandes manchas con cada pisada, Elise no podía caminar adecuadamente y luchaba para mantener una buena postura, un soldado gordo y viejo la golpeaba con un látigo para apresurar el paso.

Sólo podía escuchar cinco cosas, la primera era la risa del hombre, la segunda era el sonido del látigo golpeando la pálida y delicada piel de Elise, la tercera eran los gemidos de dolor y sufrimiento que salían de la boca de Elise, de vez en cuando tosía sangre y se mezclaba con la tierra, la cuarta eran unas risas y abucheos que mientras más caminaba más fuerte se escuchaban, la quinta cosa que se escuchaba era el caluroso sonido de la leña ardiendo.

La mirada de Elise estaba perdida, todo estaba borroso. Solo veía una cosa, el suelo, como el suelo de una cárcel, hecho de piedras, pero cubierto de tierra por el escaso personal de limpieza.

La situación era más que obvia. El lugar al que camina Elise es el lugar donde la quemarán viva.

No había comido ni probado una sola gota de agua en quien sabe cuántos días, sumando que no tenía ni una sola de energía por la batalla con Keneth, el resultado era obvio, Elise se tambaleaba hasta finalmente desmayarse, pero el hombre detrás de ella no lo permitiría, la golpeaba tan fuerte que Elise volvió a abrir los ojos inyectados en sangre por el dolor.

Luego de caminar unos minutos, Elise estaba sobre una tarima al centro de un gran estadio de luchas, el estadio que normalmente es utilizado para poner a magos a pelear entre sí hasta la muerte.

Todos los nobles que conozco estaban presentes, todos querían saber cómo moriría la arrogante duquesa Claden, una bruja que manchó el nombre de su familia, ah, incluso Chae lo estaba presenciando con su esposo mientras cargaba un bebé.

Pero la persona a la que Elise quedó viendo por más tiempo fue el duque Noah, su ex esposo, como es tradición, antes de una quema se le arrojan objetos a la bruja y Elise fue golpeada con verduras, huevos, pedazos de metal y en casos más graves con pedazos de vidrios, solo la Diosa sabrá como es que no murió antes de que la quemaran, Elise a pesar de querer tirarse al piso por sus piernas lastimadas quería proteger lo poco que le quedaba de orgullo y soportó todo firmemente mientras veía fijamente a Noah.

La cacería de la bruja [¡Terminada!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora