Leyenda 127: Recuperando el baculo IV.

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-¡CONTENER!

¡BAM! 

En ese breve instante Julian cerro los ojos lleno panico, pues pensaba que el dolor iba a matarlo, sin embargo, una tenue luz rosada cubrio su cuerpo e hizo rebotar el casquillo de la bala que le habían disparado.

Julián abrió los ojos invadido por un fuerte dolor en los huesos de sus manos, acto seguido su atacante le disparó una y otra vez hasta que las balas en el cargador del arma fueron agotadas.

Conforme más balas impactaban sobre la luz rosada más se acrecentaba el dolor hasta que el cuerpo de Julián no lo soportó más e hizo que se desmayara.

Su atacante vio como la luz rosada se desvaneció y cuando se disponía a sacar su propia arma para dispararle escucho un fuerte silbido del interior del edificio.

Después de escuchar el silbido lanzó el arma de Julián al lado de este y entró nuevamente a la edificación.

Un par de horas después Julián se despertó totalmente alarmado. Abrió los ojos buscando a su oponente, sin embargo, no estaba en ningún lado y su arma yacía a su lado.

Sin dudarlo tomo su arma y se dispuso a recargarla mientras retrocedía hacia la tienda en la que había estado antes.

Una vez allí, con la guardia en alto volvió a buscar indicios de su atacante, pero al cabo de un par de minutos lo único que perturbó el ambiente fue el sonido del viento cruzando la calle.

Entonces se dispuso a pensar la razón por la que había quedado inconsciente en lugar se haber muerto.

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora