Capitulo 46: Convenciendole.

2 0 0
                                    

Julian al encontrarse en ese agujero quiso salir, pero se detuvo, pues desde hace unos minutos no escuchaba ningún grito, y los pasos eran difíciles de escuchar.

De pronto, los cazadores comenzaron a disparar sin control hacia algo, se oían las balas saliendo rápidamente una tras otra, parecía ser una buena noticia, pero no lo era, ya que tanto ruido estaba atrayendo poco a poco muchos zombies de las cercanías.

-¡A-ALEJATE! - gritaba asustado Pablo-.

-¡P-P-POR FAVOR VETE! - decía Andrés presa del pánico-.

Ambos hombres cayeron al suelo y desde allí continuaron con los disparos, al poco tiempo, al verse con poca munición decidieron escapar, por lo que después de Andres le hiciera una seña a Pablo, éste disparó una granada con gas lacrimógeno y ambos se levantaron, se giraron y empezaron a correr torpemente.

Aquella cosa que los asustaba disperso el viento al golpear con fuerza el suelo, agrietando el concreto y creando una onda de viento a su alrededor. esta onda los hizo caer y luego de ver a aquel ser de nuevo, ambos quedaron paralizados del miedo.

-no traten de huir, es imposible -dijo aquella cosa con una voz muy fuerte y ronca-.

Luego de ello, todo ruido cesó, por lo que Julian pensó que era el momento para huir. Al salir del agujero se sorprendio, quien estaba frente a él no era otro más que Mefistofeles; y se veia muy molesto.

Julian pensó que era su fin. Al tiempo una pequeña legión de zombies empezó a salir de todos lados y al cabo de pocos segundos los rodeo.

-¡ustedes no interferiran! -exclamó bruscamente Mefistofeles extendiendo rápidamente su brazo derecho-.

Entonces una densa sombra oscura rodeó el lugar por completo, encerrando y paralizando en sus sitios a todos los presentes, incluidos los zombies.

Dentro de aquella oscuridad, los zombies fueron cortados en rebanadas por unas garras que eran invisibles al ojo humano. Los cazadores fueron liberados de la parálisis y una vez estuvieron de pie, fueron transportados a una batalla de sombras, el sitio era la escena donde acorralaron a Julian y Rebecca allí ellos se encontraban detrás del chasis, como si estuvieran cubriendose, y sin saberlo dos sombras empezaron a acercarseles por detras.

A Julian se le aparecio en frente Mefistofeles quien luego de que una brecha se abriera tras de él se le acercó sigilosamente al oído.

-ve a la iglesia, de otro modo, date por muerto.

Julian sintió un escalofrío luego de escuchar esas palabras, y no era para menos, ya que un demonio le estaba sentenciando a muerte, con lo cual, Julian tuvo motivos más que de sobra para tomar la salida.

Una vez estuvo fuera aquella oscuridad esta se cerró y desde su interior se escucharon los gritos aterradores de Andres y Pablo. Julian no se lo pensó más, debía irse de allí tan pronto como pudiera, a donde fuera, pero lejos de allí.

Mientras corría, la radio comenzó a emitir la voz de Rebecca. Él se detuvo a apagarla, pero en cambio decidió escucharla.

-Dios, sé que fui malvada con él... yo... yo me asuste tanto que deje de verlo como un humano, en verdad no puedo negar que ahora mismo tengo miedo, me aterroriza pensar que algo como eso puede suceder... no quiero que eso suceda. No quiero participar en esa guerra si vamos a morir de esa forma... y...

Julian se había sentado en la acera, mientras el viento soplaba fuerte en su dirección.

-yo quiero confiar en él como él confió en nosotros al darnos refugio, de verdad quiero hacerlo, ella me dijo que lo hiciera, pero... no lo sé, una parte de mi no quiere que lo haga... la otra... simplemente me dice que es lo menos que puedo hacer... -suspiró- yo... no sé qué hacer...

Julian estaba confundido, antes no lo quería cerca, suplicaba para que se alejara y ahora hablaba como si estuviera arrepentida de sus acciones.

-es... -acercó dudoso él walkie-talkie a su boca- ¿es eso cierto?

Rebecca se sorprendió de oír su voz, luego tomó él walikie-talkie entre su manos mientras lo miraba tiernamente.

-sí, yo... en verdad no quiero que te vayas... solo, solo temo que pierdas el control y... ya sabes, que ESO suceda...

Julian se encontraba frente a la entrada de la iglesia.

-yo... yo, en realidad no puedo prometer que eso no suceda...

Julian recordó el momento en el que llegaron él y sus amigos a este mundo. Dijo que no dejaría que nada malo les pasase, que los mantendria juntos, pero al final, bastó con que aparecieran unos cuantos zombies, para que él resultara herido, y su amigos asustados al ver que él no les daba ninguna alternativa, lo abandonaron y se separaron, yendo cada uno por caminos separados. Esto lo deprimio.

-No puedo prometerte nada habiendo fallado ya una vez... es mejor, que ustedes se queden en él fuerte y yo me vaya para evitar esa desgracia.... -julian se dio la vuelta dispuesto a marcharse-.

En ese momento comenzó a llover.

-¡No! ¡no debes hacerlo! -dijo Rebecca exaltada-.

-¿porque no hacerlo? de esa forma evitamos muertes. -respondió Julian dando unos pasos al frente-.

-porque... porque... -Rebecca recordó la conversación de Alex con Alicia y Antonio- porque hemos decidido hacerte nuestro líder, incluso Armando piensa que podrías liderarlo bien...

Julian se sorprendió tanto que abrió los ojos como platos.

-porque... yo he decidio confiar en ti a pesar de esa visión... eso es lo que pienso.

-¿estás segura? sabes que soy un peligro ahora, ¿verdad?- inquirió pesimista-.

-sí, ya lo dije. -replicó Rebecca segura de sus palabras-.

Julian no supo qué contestar, solo se quedó allí quieto...

-¿te gustaría venir y confirmarlo?

-yo... no lo sé.

-hazlo.

-b-bien.

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora