Leyenda 101: Dominio V.

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Ignorando que Gustav estaba inconsciente a pocos metros de él, Dantaleon libero una pequeña parte de su poder y se rodeo de un cúpula rosada no más grande que una furgoneta y su radio no iba más allá de unos 3 metros. Aun así, Dantaleon demostró que incluso contra las cuerdas su poder aun podía ser aterrador.

En primera instancia la lluvia de balas que caía por todas partes a su alrededor, dejo de caer dispersa y se concentro en una fuente ráfaga que al entrar en contracto con esta pequeña cúpula se veía redirigida hacia Rebecca y los pocos tiradores que se encontraban al otro lado de la calle.

Estos huyeron despavoridos hacia el interior de las edificaciones, dejandole vía libre a Dantaleon para escapar. Aquel demonio no desaprovecharía aquella oportunidad y rápidamente empezó a correr por la calle, apuntando aquella concentración de balas hacia los tiradores que intentaran interponerse.

Los hombres en la azotea del edificio a la derecha al ver esto dejaron de disparar, pues su munición ya era escasa y se percataron de que todo este tiempo lo único que hicieron fue dotar a su enemigo del medio para escapar. Aun temiendo lo que les pudiera suceder y para tratar de corregir este error decidieron ir tras aquel demonio.

Mientras Dantaleon huía entre risas, Rebecca viendo que los hombres de Gustav no harían nada inicio la persecución de Dantaleon, pues su objetivo era recuperar a Julian. Creyendo inocentemente que Dantaleon no había notado su presencia, estuvo tras sus pasos a lo largo de cinco calles, al cabo de las cuales, Dantaleon rápidamente se giro hacia ella y disparo hacia ella todo su cargador. 

Rebecca sorprendida recibió de lleno todas las balas en el abdomen y sin poder controlar su equilibrio cayo hacia atrás totalmente adolorida.

Dantaleon al verla caer decidió seguir su camino, ya que su poder tarde o temprano acabaría con ese cuerpo y su intención no era otra más que llegar al punto de reencuentro para salir de la ciudad.

Rebecca instantes después se levanto y luego de recobrar un poco de calma, estiro su puño apretado y a continuación lo abrió lentamente; con esto, la Desert Eagle que cargaba Dantaleon sorpresivamente se separo del báculo y todas las balas combinadas empezaron a dividirse ya regarse por todas partes, convirtiéndose poco a poco en una estela que indicaba por donde pasaba.

Rebecca sabiendo que aquel demonio le llevaba una cuadra de ventaja no dudo mucho en continuar con la persecución y Dantaleon un poco perturbado por las migas de pan que estaba dejando tras de sí aumento el paso, pues para aumentar su desgracia empezaba a notar que en las inmediaciones de las calles que recorría a toda prisa habían sombras que le perseguían.

Con respecto a esto, su instinto no se equivocaba, debido a que Rigoberto había enviado a su escuadrón de defensa personal a sitiar a Dantaleon y estos, con sus trajes militares de combate lo habían estado persiguiendo durante las ultimas dos cuadras saltando de edificio en edificio, esperando el momento en que mostrara una apertura para capturarlo.

En medio de aquella persecución a tres bandas los ciudadanos miraban en silencio, preguntándose que clase de cosa estaba pasando a tales horas de la mañana y luego de tal ruidoso caos.

Rebecca estaba empezando a agotarse, por lo que empezó a disparar a las piernas de Julian, pero pese a que conseguía darle, aquella coraza de aluminio protegía las extremidades y Dantaleon de alguna forma se las arreglaba para no tropezar y poder seguir corriendo.

Esta situación no duro mucho más, pues un par de calles más tarde, un grupo de figuras encapuchadas esperaban a Dantaleon y pronto iniciarían el cántico para escapar.

Dantaleon, temiendo que pudiesen interrumpir a su compañera, decidió lastimar aun más aquel frágil cuerpo humano, extendiendo su "dominio" alrededor de toda la cuadra; atrapando en ella no solo a las fuerzas de Rigoberto sino a Rebecca y a todos los residentes del lugar.

Para ello, simplemente se detuvo y mientras gritaba ensordecedoramente, aquel cuerpo expulso violentamente sangre de sus oídos y boca, mientras sus ojos lloraban lagrimas de sangre.

Tomados por sorpresa ante tal evento todos se quedaron y Rebecca en un intento de detenerlo le disparo, pero al bala súbitamente se detuvo y cayo al piso a pocos metros de distancia de Julian.

Los hombres de Rigoberto lanzaron sus cadenas hacia Dantaleon desde todos los ángulos posibles, pero estas se rompieron a solo centímetros de su objetivo y ellos, bruscamente fueron arrojados al suelo por una fuerza misteriosa, quebrándose en el acto piernas y brazos, incluso alguna que otra costilla.

-¡YA ESTA LISTA LA PUERTA! -Grito Dantaleon sin quitar su vista de aquellas pestes.

-Todavia no maestro, usted sabe el tiempo que necesitamos para esto. -Contesto una voz humana entre las siluetas tras el.

Ante esta respuesta Dantaleon chisto con molestia, pero como consideraba que tenia el control de aquellas cucarachas le pareció bien esperar un poco más.


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