Capitulo 36: La Solución Es Huir.

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Rebecca volvió a dar un vistazo hacia Julian y desde su posición alcanzo a ver que este ya no poseía sobre sí la barrera circular de antes, por lo tanto, estando donde estaba no tenía ninguna posibilidad de retroceder, en realidad ahora que lo pensaba más a fondo, estaban totalmente arrinconados.

En ese momento una fuerte briza empezó a entrar en el callejón por encima del muro de concreto, esto hacía que él la bruma del gas lacrimógeno comenzará a avanzar en contra de los cazadores al tiempo que poco a poco disipar el gas. los cazadores sin más remedio tuvieron que cerrar los ojos y cubrirse en él chasis, dejando totalmente descuidadas a sus presas.

Rebecca no lo sabía, de hecho no tenía forma de saberlo, ya que si a ellos les impedía la vista hacia ella, ella solo podía ver las sombras de sus tobillos hacia el suelo. Pero esto él basto, le daba la confianza suficiente como para intentar alguna otra cosa.

"Bien, estamos atrapados aquí, si queremos ganar esta tenemos que cambiar de escenario, y la mejor oportunidad de hacerlo es esta".

Rebecca corrió hacia Julián, lo levantó rápidamente halandolo de la mano y, cuando este estaba apunto de preguntarle que pretendía ella le interrumpió.

-solo sigueme, es lo único que puede salvarnos ahora.

julian se soltó de ella a mitad del callejón y juntos salieron corriendo del callejón girando hacia la derecha. Sin detenerse continuaron con él mismo ritmo y luego de doblar en la esquina de nuevo hacia la derecha, abrieron la puerta de un baño público y como pudieron se escondieron allí.

Los cazadores percibieron la huida de sus presas y por el sonido de los pasos que hasta hace unos segundos se habían detenido indican que aún estaban cerca. Ellos comenzaron a buscar entre los automóviles muy cautelosamente, pues si habían sobrevivido antes, nada impedía que ahora los atacaran por sorpresa.

-Pablo, sé precavido, no sabemos donde están ese par de chiquillos.

-lo sé, pero han de seguir cerca.

los cazadores no los encontraron en ninguno de los automóviles y al no oír ningún paso ni encontrar huellas de ellos en el piso empezaron a considerar la retirada.

-Andres, ya los perdimos, mejor vayamos a casa...

andres suspiro agotado.

-bien, ya hicimos suficiente. además todavía podemos cazar otra cosa después de todo, -sonrió mirando el sol que ya empezaba a brillar con fuerza- aun tenemos el resto del día para seguir intentándolo.

Ambos hombres bajaron su armas y luego de pasar junto a aquel baño público siguieron su camino.

Julian y Rebecca asegurándose de que ya no estaban abrieron la puerta lentamente y con un poco de dificultad salieron uno a uno, con la guardia alta, ya que no sabían si lo que habían escuchado recientemente era para despistarlos o no.

-bien, parece que ya se fueron. -comentó rebecca dándole un vistazo a sus alrededores-.

-sí, ahora tenemos que ubicarnos y buscar un sitio alto para ver nuestra primera parada, para examinarla sin ningún riesgo y tomar la mejor decisión posible.

-bien, entonces pongámonos en marcha. 

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora