Capitulo 58: Visita.

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Cuando amaneció y la luz del sol se hizo presente en la ciudad y Julian y compañía despertaron al mismo tiempo.

-¡¿que rayos fue eso?! -alcanzo a preguntar Julian antes de que ellos hicieran acto de presencia-.

Los hermanos de Rebecca asustado se escondieron detrás de ella, y ella al igual que Julian se pusieron de pies sin decir nada.

-Creí que dirían algo esta vez... -comento aquella mujer con alas-.

-¿Quienes son? -pregunto Julian desafiante-.

-¿Qué pretenden? -inquirió Rebecca instantáneamente-.

-ángeles, ángeles que los hemos escogido para pelear de nuestro lado -contesto él otro ser alado-.

-¿porque? -inquirió Julian con cautela-.

-Porque los consideramos dignos de luchar y lo suficientemente listos para lo que se aproxima. -respondió la mujer alada-.

-Eso sigue sin responder mi pregunta, ¿Qué es lo que pretenden con nosotros? -dijo Rebecca tomando a sus hermanos de los brazos-.

-No les queremos hacer daño si es lo que preguntas. -dio un paso al frente- solo queremos acompañarlos en esta guerra- dijo él chico con alas-.

-¿Y si no queremos? -pregunto Julian muy decidido-.

-Igualmente la guerra vendrá a buscarlos y ustedes dos -señalo a Julian y Rebecca- lo saben muy bien. -advirtió la mujer con alas duramente-.

Alex y Alberto extrañados miraron a su hermana quien rápidamente los evadió desviando su atención hacia Julian, quien no hizo más que suspirar y sentarse.

¿Y bien que pretenden que hagamos ahora? -dijo Julian sabiendo que no lograría hacer que lo dejaran en paz-.

-Me gusta esa actitud, sabes lo que te conviene -dijo la mujer de labios rojos-.

-Queremos sincronizarnos permanentemente con ustedes. -comento él ángel-.

-¿Sincronizarnos? -pregunto Rebecca extrañada-.

-Sí, unirnos con sus almas, en palabras más sencillas: Crear un enlace entre sus almas y nuestros cuerpos etéreos para que ustedes puedan acceder a nuestro poder cuando lo necesiten. -explico la mujer con alas-.

-Eso los convertiría en nuestros familiares. -comento Julian con seriedad-.

-Puedes verlo así, pero eso es impreciso. Nosotros no estaríamos atados a ustedes, no obedeceríamos a su voluntad sin poder resistirnos, es más como ser... -se llevo un dedo a la boca y levanto la vista hacia él techo por un instante- talismanes de poder, por así decirlo. -expuso la mujer con alas-.

Él ángel asintió y miro con detenimiento a Alex y Alberto, al hacerlo pudo ver detrás de ellos unas plumas negras en él suelo y un aura roja, lo cual llamo su atención.

-¿Están dispuestos a hacerlo ahora? -pregunto con fuerza la mujer con alas-.

Julian y Rebecca se miraron él uno al otro.

-¿Nos hará daño? -inquirió Julian con seriedad mientras los miraba-.

-Ciertamente les dolerá, pero estamos seguros de que no les pasara nada grave. -contesto él ángel-.

En ese momento ambos asintieron y aquellos seres celestiales pusieron sus manos al frente e iluminaron toda la habitación con un luz blanca, cegado así a todos los que estaban allí y al cabo de un par de segundos, cuando la luz se desvaneció, solo quedaron en la habitación alex y alberto.

-¡HERMANA! -grito asustado Alex-.

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