Capitulo 26: Pregunta Primero, Dispara Después.

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El disparo se incrusto en la pared a 10 centímetros de Alex, dejándolo aturdido y ensordecido.

- ¡¿Qué sucedió?! –grito Rebecca asustada-.

Julián no podía responder, estaba preocupado por Alex, no oía ninguna reacción, ningún ruido, era como si después de ese disparo no hubiera nadie allí arriba. Se enfocó en subir, y se dio cuenta de que estaba muy alto, es decir, había como 1.50 cm entre él y la cornisa, miro hacia sus lados buscando otra alternativa para llegar y se dio cuenta que solo había una forma de subir: saltar tan alto como pudiese.

Si, saltar, ya que no podía gastar su energía usando magia en sí mismo, ya que no sabía que le esperaba allá arriba.

- ¡Julián! ¡¿Qué paso?! ¡respóndeme! ¡Julián! –grito Rebecca desesperada-.

Él tuvo que ignorarla y después de flexionar sus rodillas salto. Logro agarrase de la cornisa con una sola mano, pero eso fue más que suficiente; ya que desde allí era cuestión de apoyarse con la otra mano y entrar.

El brazo derecho le dolía, y era con razón, ya que todo su cuerpo, su peso y el de la mochila eran sostenidos únicamente por él, así que soportando el dolor se aferró de la cornisa con toda la fuerza que su brazo izquierdo le permitió. Recupero el equilibrio apoyando sus pies en la pared y luego entro con rapidez por la ventana.

Allí se encontró con una escena muy problemática: a su lado derecho se encontraba una cama en la que se hallaba una niña rubia, a su lado izquierdo estaba Alex, asustado desde la cabeza hasta los pies y en frente suyo tenía a un hombre fornido, alto, de cabello negro, barba en forma de candado y ojos cafés, que sostenía una escopeta de 2 cilindros y apuntaba hacia él.

- ¡Alex!, ¡¿estás bien?! – le dijo Julián sin verlo-.

Alex no entendió, pero solo para darse ánimos movió la cabeza afirmativamente.

Julián al no oírlo no se sorprendió, pues pensó que estaría tan asustado que no sería capaz de responderle algo.

- ¡aléjense de mi hija! ¡de inmediato! –grito desesperado aquel hombre-.

Julián no retrocedió, en cambio reconoció en los ojos de aquel hombre un fuerte deseo de protección, entendió que se hallaba en peligro y en una situación que requería que atacara con todo de ser necesario. Así que tomo de su espalda su bastón y se puso en guardia.

- ¡dije que se alejaran! –grito eufórico aquel hombre-.

Después de eso el hombre disparo, Julián sin recitar nada congelo la bala y atrajo con su mano izquierda a Alex. El hombre recargo ambos cartuchos y volvió a disparar, Julián sin alternativa hizo lo mismo. Después de 15 disparos ambos estaban tan firmes como al principio, ninguno tenía intenciones de retroceder, mucho menos de salir heridos.

Julián puso detrás de si a Alex, y sintió de inmediato un aura asesina muy fuerte proveniente de aquel hombre, entonces supo que si no hacía algo radical no era probable que saliera de allí ileso.

- ¡Julián! ¡di algo! ¡¿están bien?! –suplico Rebecca angustiada-.

-esta será la bala final... -murmuro entre dientes aquel hombre-.

Julián no alcanzo a oírlo, pero supo por su mirada que era hora de que hiciera algo. El hombre apretó con fuerza la escopeta y apunto a su cabeza y justo cuando se dispuso a disparar Julián golpeo con fuerza el suelo con su bastón.

- ¡MICROWAVE! –recito desesperado-.

el hombre se tambaleo y disparo sin vacilar, la bala cambio de dirección y se dirigió hacia su hija, este cayo al suelo y al ver el error que había cometido se lamentó y dejo ver su desconsuelo. Julián congelo la bala y al verla caer frente a la niña, retiro el hielo de la cama y lo lanzo a los pies de aquel hombre.

-Alex, es hora de irnos.

Ambos avanzaron hacia aquel hombre con la intención de salir por la puerta que estaba tras de él. El hombre al verlos acercarse se sintió en peligro y apretó el gatillo, pero la escopeta sonó vacía, busco en sus bolsillos más cartuchos y se dio cuenta con mucho miedo de que no tenía más.

Julián y Alex pasaron a su lado y mientras lo hacía Julián lo miro furioso. Una vez Alex abrió la puerta Julián se detuvo atrás del hombre y guardo su bastón.

-comprendo que nos dispararas, pero debo aclarar que nuestra intención nunca fue hacerle daño a tu hija, solo queríamos salir del apuro en el que estábamos. No queríamos hacerle daño a nadie. –suspiro- así que la próxima vez ten más cuidado y pregunta antes de atacar-dijo Julián calmadamente-.

El hombre soltó la escopeta y corrió llorando hacia su hija, la abrazo y muy emocionado le dijo que la amaba. Julián sonrió y salió caminando con Alex de la habitación.

Una vez afuera se encontraron con un oscuro corredor y a su izquierda vieron una ventana abierta, se dirigieron hacia ella y luego de unos pasos Julián sintió un escalofrió, vio todo en movimiento y se mareo, así que se recostó forzosamente en la pared. Alex lo noto y preocupado corrió hacia él y lo agarro de los hombros.

- ¿estás bien? – le pregunto Alex inquieto-.

-si. –respondió Julián luego de exhalar forzosamente-.

Después caminaron juntos y al asomarse vieron una escalera pegada a la pared, que al final estaba cortada y no llegaba hasta el suelo. Ambos bajaron por ella y luego de correr hasta el otro lado de la calle abrieron la puerta, la cerraron, subieron dos pisos y luego abrieron la puerta del fuerte.

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora