-Antonio, ¿podrías ir por más municiones?
-claro, luego de eso les daré mis consideraciones finales.
Antonio se fue al escondite, dejando solos a Julián y Rebecca.
-sugiero que te devuelvas al fuerte y me dejes hacer esto a mí.
-ni creas que te dejare ir solo, ya lo hice una vez y casi matas a mi hermano en dos ocasiones.
-exacto, esa es la razón apropiada por la que no debes venir, si puse a tu hermano en dicho riego, no quiero imaginar lo que te pasara a ti, que aun estas débiles por la desnutrición y la deshidratación tan severa que tuviste.
- ¡ahhhhh!
En ese instante se asomó Antonio, venia caminando con una bolsa negra en la mano, se veía algo pesada.
- ¿podía tomar algo esta vez también?
-sí, no veo porque no, creo que dejare que tomes solo un artículo más. Pero eso será cuando regresemos.
-ok, bueno, mis consideraciones son estas: ambos son buenos tiradores, tienen puntería, saben moverse, no se rinden fácilmente, saben usar su entorno, pero, Julián tiene que aprender a pensar en las consecuencias de sus actos, ya que Rebecca salió lastimada solo porque tu provocaste ese incendio y además les hiciste perder mucho tiempo a ambos.
Julián agacho la cabeza, reconoció que esta vez había sido muy torpe, de hecho, mirando en retrospectiva, si él hubiera mirado más su entorno y si hubiera pensado un poco más en las consecuencias de sus acciones, pudo haberse evitado los peligros que enfrento.
-bien, por habernos hecho perder tiempo, debes llevarme, y no puedes negármelo porque es tu culpa que me haya caído de ese segundo piso.
Julián no pudo negarse, sabía que Rebecca tenía razón y por la forma por cómo se habían desarrollado los eventos, Rebecca había demostrado ser más que una enferma convaleciente.
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Una decisión
AcciónEn un mundo en el que la humanidad a caído en la anarquía debido a la aparición de un virus zombie, seguimos la historia de un joven que busca a sus padres mientras lucha por sobrevivir a una nueva guerra santa en la que se pone en juego no solo el...