A mitad de la caída Julián dio un giro en el aire y cayo de pie. Al hacerlo sintió un escalofrió, luego un sudor frió y por ultimo un mareo que le hizo perder el equilibrio.
-lo supuse, gasté tiempo de vida -se dijo en voz alta-.
Un fuerte dolor de cabeza lo asalto y al instante una voz se hizo perceptible, era como si estuviera y no estuviera allí.
-chico, aun eres muy imprudente -dijo una voz clara y fuerte-.
- ¡eh! - miro nervioso a su alrededor- ¿Quién es? –Miro arriba- ¿dónde estás?
Julián saco una linterna de su bolso, la encendió e ilumino hacia el frente. Al no ver a nadie se asustó y tomo su bastón.
-no tienes de que asustarte, de hecho, lo que sentiste fue porque me sincronice contigo y evite que gastaras tu "tiempo de vida" al darte de mí energía -aquella voz cambio, parecía más amigable-.
-eso quiere decir que no eres un enemigo.
-claro que no, de hecho, puedes considerarme como tu ángel guardián –dijo la voz, ya pareciéndose a la de un adolescente-.
En otro sitio...
- ¿q-quién eres?, ¿Qué haces aquí? –Pregunto Rebecca muy asustada mirando al frente-.
-vine a presentarme como tu ángel guardián, Rebecca- dijo aquel ser frente a ella-.
-hermana, ¿Qué te pasa?, estas pálida, temblando y sudando frio, ¿estás bien?, esperame aquí que voy por agua, –se levantó- espera un minuto a que regrese.
Al verse sola se horrorizo por completo. Su hermano regreso con una botella de agua entre las manos.
-en verdad no puedes... ¿no puedes verlo?...
-No. Alberto no podría verme, ni siquiera si así lo quisiera.
-y que quieres de mi -se levantó- porque estoy segura de que quieres algo –dijo desafiante.
-en verdad me gusta esa actitud, -sonrió- esa es la Rebecca que me agrada y por eso te elegí -se tapó la cara con las alas- ¡ups!, creo que dije demasiado -se notaba más alegre- pero no importa, estoy aquí para lograr una alianza contigo, -se destapo la cara y sonrió burlesca y presuntuosamente- quieres, ¿verdad? -le tendió la mano-.
-bien, -estrecho su mano- lo acepto, aunque admito que al no saber quién eres no sé si deba confiar en ti.
-relájate, para probarte que soy de confianza, alargare tu tiempo de conciencia, y para que sea equitativo dile a... -sonrió picaresca- ese Julián tuyo que tiene un par de horas después de que anochezca para llegar antes de que te desmayes de nuevo.
Aquella chica de ojos azules, cabello gris, labios rojos y alas blancas desapareció en medio de una luz dorada.
Rebecca exhausta cayó al suelo y sin preocuparse de más le pidió a su hermano el walkie-talkie.
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Una decisión
ActionEn un mundo en el que la humanidad a caído en la anarquía debido a la aparición de un virus zombie, seguimos la historia de un joven que busca a sus padres mientras lucha por sobrevivir a una nueva guerra santa en la que se pone en juego no solo el...