Capitulo 44: Una Reunión De Emergencia.

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Los líderes de las 3 facciones y varios de sus comandantes al ver la caída de aquel edificio, sospecharon de las otras facciones, por lo que tuvieron que convocar a una reunión en la casa de la concertación para averiguar con certeza lo que acababa de ocurrir ante los ojos de todos.

Afuera de esta sus hombres más cercanos custodiaban la entrada, pues todos en la ciudad querían saber quién era él responsable de aquel incidente, además de tener claridad sobre si era una amenaza inmediata e innegable a sus vidas.

-señores, no hagamos de esto algo muy largo. vayamos al punto. ¿quién fue él que derrumbo ese edificio?- dijo Armando, comandante general de la Hermandad De Sangre-.

-yo no tuve nada que ver -respondió calmado Rigoberto líder de Cuchilla De plata-.

-es gracioso, porque yo tampoco, aunque he de decir que me gustaría conocer al causante... - comentó dichoso Gustav, líder de Los Duendes-.

-umm... eso no es bueno, ¿Los Cazadores han dicho algo? -pregunto Armando tratando de disminuir las opciones que tenía en mente-.

-no. si quieres saber si son los causantes lo dudo, no tienen tanta capacidad de fuego, además de que están igual de perplejos que el resto de la ciudad. - argumento Gustav en defensa de Los cazadores-.

-bien, entonces solo me queda alguien en mente... -Armando colocó sobre la mesa de mármol una carpeta de la que salió un dibujo-. ¿les suena familiar? -añadió tratando de leer sus expresiones-.

Rigoberto, levantó su sombrero de su cara y curioso observó la imagen de aquel muchacho; por su parte Gustav tomó la carpeta y miró con detalle la descripción que contenía sobre él muchacho.

-denme un instante, creo que sé de alguien que puede ayudarnos.

Armando asintió, Gustav sin decir nada se fue con la carpeta entre manos. al salir del edificio, se encontró con una multitud que expectante esperaba noticias y está al verlo, comenzó a preguntarle enérgica por respuestas.

el silenció a la multitud disparando una bala hacia el cielo.

-no se desesperen, estamos trabajando para averiguar quien es el responsable.

Acto seguido puso una mano sobre Dominic y entró sin mentar palabra. Dominic entendió el mensaje y le siguió igual de silencioso. Mientras regresaban a la sala de la reunión Gustav le paso la carpeta y dominic reconoció de inmediato aquel rostro.

-quiero que les hables sobre tu encuentro de hoy.

-¿s-señor? ¿cómo supo de ello? -preguntó inquieto Dominic-.

-eso es lo de menos, por ahora debemos enfocarnos en lo que tenemos entre manos.

-sí señor. eso es lo importante.

Ambos entraron a la habitación, donde se encontraron con las miradas inquietas de los otros dos líderes.

-no los presentare, pues ya saben muy bien quién es -dijo Gustav volviendo a sua asiento-.

-ayer me encontré con este muchacho por una negociación que debía efectuar, y en dicho encuentro quedamos de reunirnos hoy a las 5:45 pm para que me diese -dudó de si debía revelar el contenido de la entrega que recibiría- una lista de objetos a cambio de la compra de unos esclavos. No sé qué tiene que ver en este asunto, pero si lo requieren puedo capturarlo por ustedes.

-no es necesario, dispondremos de otros métodos. -dijo amablemente Armando-.

-Dominic, retírate.

Dominic asintió se retiró de la sala para continuar con su labor de vigilancia en el exterior. mientras lo hacía empezó a analizar las razones por las cuales su líder le había pedido revelar dicha información confidencial.

-¿para que lo quieren? por lo que sé sí tiene conexiones con ellos, pero no tiene asuntos pendientes ni mucho menos negocios que pactar, o eso fue lo que entendí de mi subordinada- dijo en voz baja- me da curiosidad, pero eso es algo en lo que claramente no puedo inmiscuirme, ya que para ello llamaron al capitán...

Al salir recuperó la posición que tenía y uno de sus hombres quiso saber la razón de su entrada, ya que aunque no era inusual, si le despertaba curiosidad en aquel momento.

-Capitán, este... em... me gustaria saber para que lo citó el capitán adentro, si puedo saberlo claro está. -inquirió curioso él subordinado-.

-querían que reconociera a una persona, eso es todo. - comentó Dominic mirando al cielo-.

El subordinado estaba más curioso aún, quería saber de quién se trataba, pero al ver que su capitán había elevado su mirada al cielo decidió contenerse, pues sabía que cuando hacía eso era porque no quería que lo molestaran.

...

-ya deben tener una idea de lo que estoy sugiriendo, ¿no? -comentó Armando-.

-es bastante claro, pero si no quieres que lo capturemos, ¿como supones que lo haremos hablar? -inquirió curioso Gustav-.

-sencillo, iremos en persona a verle, lo acorralaremos y hablaremos con él como lo hacemos aquí normalmente -respondió Armando-.

-eres demasiado confiado, -sacó una daga curva plateada y le pasó la mano por el filo- ¿como sabremos que no miente? -expuso Rigoberto presuntuosamente-.

-umm... eso puede ser complicado... -dijo Armando rascándose la barba rubia que tenía-.

-sencillo, -enterró su daga con fuerza en la mesa- lo traeremos aquí, donde aplica "la ley de justicia y orden" donde sabemos que si miente automáticamente muere. -propuso Rigoberto con una visible sed de sangre-.

-no es una mala idea, pero aun si mintiese, no me gustaría que lo mataramos en público, como dicta la ley, ya que es claro que todos aquí queremos sacarle información. -replicó Armando-.

-tienes razón, seria un desperdicio de información matarlo, pero no tenemos de otra. No podemos arriesgarnos a que nos mienta sobre algo tan importante. -dijo lentamente Gustav-.

-umm... bien, traigamoslo aquí y además de aplicarle la ley de "justicia y orden" apelemos ante el pueblo y nuestras tropas para usar la ley de "amnistía y desarme", con lo cual, en caso de mentir aun podríamos mantenerlo con vida para sacarle la información y luego si lo deseamos aplicarle la ejecución en público. -sugirió Armando-.

- bien, esa es una mejor idea. estoy a su favor. -expreso Gustav-.

-¿que opinas Rigoberto?- preguntó Armando-.

-bien, esta vez lo haremos a tu manera. así ganamos todos. -comentó Rigoberto-.

-pero aun así, nos queda el problema del pueblo, allí afuera nos esperan con respuestas. -dijo Armando buscando una solución-.

-eso ya esta arreglado, mientras apelamos a la ley de "amnistía y desarme" les decimos que la investigación está en curso, y que luego de que llegue un testigo esta tarde, mañana les hablamos del culpable- comentó Rigoberto-.

-bien, entonces es hora de ponernos en marcha, ya sabemos que hacer. -dijo Armando dando por concluida la reunión-.

Luego de ello, una vez los líderes estuvieron afuera hicieron como pactaron y mientras apeleban por la ley de "amnistía y desarme" al pueblo pidieron paciencia, ya que esa tarde escucharian a un testigo bajo la protección de esa ley y al dia siguiente por medio de panfletos o folletos darian a conocer la información obtenida sobre él incidente.

El pueblo concedio permiso rápidamente sobre la ley, y confío en que la información que recibirian al dia siguiente esclareceria el inquietante hecho ocurrido. Por tanto, se retiraron expectantes de la entrada de la casa de concertación.   

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora