Capitulo 30: Entrenamiento Parte III.

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Rebecca, seguía persiguiendo ese ratón por todo el piso, pero se percató de que la temperatura iba en aumento, no sabía de donde venía ese calor tan repentino, pero sabía que si no se apresuraba le iría mal.

Así que continúo persiguiendo a aquel ratón, y se dio cuenta de que a ese ritmo no lo atraparía nunca, ya que cada vez que corría tras él, este se escondía en la pared y saliá por otro sitio, era como jugar escondidillas, pero con un animal muy rápido. Entonces se detuvo a pensar, algo le estaba faltando, y debía solucionarlo rápido.

-vamos, debe haber una forma de hacerlo Salir, de hacer que deje de esconderse...

El calor comenzó a hacerla sudar, y de repente, vino una idea a su cabeza; pero primero debía encontrar el lugar de donde provenía ese calor tan intenso.

-ya veo lo que intentas... en verdad eres muy lista, ya veremos cómo termina.

Al subir por las escaleras se encontró con todo el piso incendiado, se apresuró a entrar en él, pues pensó que Julián estaría en algún sitio, pero le fue imposible dar más de 3 pasos, estaba muy caliente.

- ¡Julián! ¡Julián ¿Dónde estás?!

Tuvo que retroceder, pues el calor le estaba resultando demasiado abrazador. Así que subió hacia el otro piso y se encontró con Julián rompiendo sillas contra el suelo.

- ¡¿Qué haces?! ¡no ves que abajo todo se está incendiando!

-lo sé, es mi culpa y estoy intentando solucionarlo.

- pero ¡¿qué dices?!, ¡solo estas rompiendo sillas!

-No. –la miro fieramente- estoy tratando de romper el suelo para que caiga el agua y lo apague.

Rebecca Se asustó y tímidamente dio un paso hacia atrás.

-si es así, te dejo.

Rebecca bajo los dos pisos pensando que Julián ya lo solucionaría, y luego recordó que su objetivo era el ratón, no detener el incendio. Entonces vio un palo y se le ocurrió un plan.

Lo tomó, y corrió de regreso al tercer piso. Una vez allí, prendió la punta en llamas y regresó al segundo piso, hizo un experimento, introdujo la llama en un hueco, y el ratón asustado corrió por la pared y salió por otro al otro lado de la habitación.

Ella sonrió, su experimento había dado el resultado que quería, ahora solo faltaba poner en marcha el plan que tenía en mente.

Empezó a recolectar toda clase de cosa, patas de sillas, piezas de computadoras, palos, piedras, engrapadoras, todo lo que se encontraba, y fue tapando los agujeros, uno tras otro, hasta que solo dejó dos.

-veo que ya lo estas poniendo en marcha... esperemos que las balas te alcancen.

Tomo el palo en llamas y cuando lo fue a colocar en uno de los dos agujeros abiertos, se dio cuenta de que solo tenía tres balas consigo, si fallaba 3 veces más, habría perdido la prueba.

Comprobó que el cañón no estuviera obstruido, revisó el cargador y luego metió el palo con llamas en el agujero.

Busco otro y encendió cada una de las cosas que obstruían la salida por los otros agujeros, ahora solo le restaba esperar a que el ratón asustado saliera por el agujero.

Entonces apuntó al agujero y cuando vio al ratón Salir, disparo frente a él, el ratón asustado se devolvió al agujero, y asustado se escondió allí, ella corrió hacia el agujero, metió el cañón y volvió a disparar, el ratón salió por este nuevo agujero y comenzó a huir de ella en zigzag por todo el piso.

De repente, unos fuertes sonidos de algo cayendo en los pisos de arriba comenzó a oírse por todo el edificio. Parecía que Julián estaba logrando lo que quería, ya que varios trozos del suelo estaban cayéndose con fuerza, dejando pasar el agua, ya no le importaba la prueba del ratón, simplemente quería apagar esas llamas.

A causa de ello el edificio comenzó a sacudirse, estaba temblando por lo que parecía ser, un colapso inminente. Rebecca trataba de seguir al ratón, pero los temblores no la dejaban avanzar sin caerse a cada dos pasos, así que para compensarlo decidió saltar en vez de correr.

-muy interesante, te adaptas rápido a la situación.

El agua comenzó a apagar el incendio, por lo que Julián pensó que con esa última placa de suelo sería suficiente para terminar de apagar el incendio que estaba bajo sus pies. Al ver que la última placa se despendía, se alejó de allí y tomando el balde empezó a hacer ruidos fuertes.

Rebecca dio un último salto, y al caer la placa en el piso superior todo el edificio tembló como si fuera a desplomarse, pero lo único que sucedio es que el piso sobre el que estaba de pie, cayó bajo sus pies, dejándole una única vista: su presa, estaba frente a ella, pero ahora era ella quien descendía.

Al caer, sintió que todo le dolía, pero no se rendiría así de fácil; vio que el ratón salto por el hoyo arriba de ella, y con una vaga puntería disparo, esperando acertar.

-no te rendiste a pesar de las circunstancias, solo por ello ya pasarte.

Los ratones asustados comenzaron a aparecer de todos los sitios, era más bien una estampida, así que Julián decidió retirarse, mientras lo hacía, se dio cuenta de que esta sería su última oportunidad de lograrlo, ya que tenía no más de 4 balas.

Disparo sin cesar 2 veces a los lados, y 2 hacia atrás, con la esperanza de lograr un impacto certero. Luego salto hacia las escaleras y rodo por ellas hasta el último piso, donde vio a Rebecca adolorida en el suelo.

- ¿Cómo te sientes? – le dijo acercándose-.

-me duele todo de la cadera para abajo...

-Lo siento –le tendió la mano- no quería perjudicarte.

-no te preocupes, ambos hicimos lo que teníamos que hacer –le dijo recibiendola-.

- ¿vas a alguna parte?

-sí, voy al segundo piso a ver si lo logre.

-Entonces te acompaño, yo iré al cuarto...

Rebecca se apoyó en su hombro, y ambos comenzaron a subir las escaleras, Rebecca se alegró cuando llegaron al segundo piso, pues vio desde las escaleras al ratón muerto en el piso. Así que ignorando sus dolores corrió a confirmarlo.

Julián continúo subiendo, al llegar al cuarto piso vio los huecos en el suelo y decidió caminar con cuidado, ya que, si bien quería ver si, sí, había triunfado, no quería caerse. durante 15 minutos buscar por el suelo, pero no encontró nada, era como si no le hubiera dado a ninguno, entonces se asomó por uno de los agujeros y vio que el ratón había muerto y estaba en el piso de abajo.

Corriendo bajo, tomó un palo, alzó el cadáver del ratón y al mismo tiempo que Rebecca gritó:

- ¡lo logre!, ¡está muerto!

Antonio sonrió, pues su labor estaba cumplida y levantó el pulgar en señal de felicitaciones. Una vez ambos estudiantes le trajeron los respectivos cadáveres les sonrió orgulloso.

-creo que ya están listo para enfrentarse a lo que sea.

Rebecca soltó la G18, saltó hacia él y lo abrazo rebosante de felicidad; mientras Julián sonrió alegremente y se dio por satisfecho.

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora