Leyenda 118: Veneno.

2 0 0
                                    

-Maldición... Debería estar en la tierra. ¿Donde estoy?

-Chico, por fin vienes.

Julian se había encontrado con su ángel guardián en medio de una espesa bruma morada.

-¿Donde estamos?

-En tu alma, este es el resultado de lo que sucedió con Dantaleon.

-¿Mi alma? ¿Qué paso aquí?

-Chico, he tenido que usar mi poder para evitar que mueras por el veneno que te aplicaron esas bestias. Esto hizo que tu consciencia se haya manifestado en este espacio espiritual.

-¿Tu poder? ¿Quieres decir que esta niebla esta siendo contenida por ti?

-Sí, el daño es peor de lo que anticipe, estoy usando la mitad de mi poder para evitar que tu alma sea destruida por el veneno.

Julian se sorprendió ante ello, sí, el veneno dolía enormemente cuando se lo lanzaron, pero no pensaba que entraría este afectaría a su alma.

-¿Cómo es posible esto este dañando mi alma?

-Cuando luchaste con Dantaleon todo el daño que recibiste en su espacio espiritual, se dirigió a tu alma, pues allí solo te manifestaste como una consciencia y la única cosa capaz de generar una consciencia es un alma. Esta es la consecuencia lógica de ello.

-¿Hay alguna forma de remediarlo?

El ángel giro su cabeza hacia los lados.

-No conozco ninguna, quizás alguien en tu mundo sepa hacerlo.

-¿No hay un ángel que pueda ayudarnos con esto?

-No puedo salir de aquí a pedir ayuda, ya que tu no controlas mi poder por completo y no sabes como entrar en contacto con tu alma no puedo irme y dejar que esto progrese descuidadamente.

-¿Cuanto tiempo crees que tenga para encontrar una cura?

-No lo sé, quizás unos cuantos meses, 2, 3, 4 máximo o quizás solo 1; la verdad es que no estoy muy seguro, ya que este veneno es demasiado fuerte.

-Eso significa que no tengo mucho tiempo antes de morir, ¿Verdad?

-Esto es peor que eso, si este veneno destruye tu alma por completo, desaparecerás de la existencia.

-¡¿Dejare de existir?! -Comento Julian asustado.

-Si. Cuando mueres tu alma es liberada de su cuerpo y dependiendo de lo que se decida en el Paraíso, esta es transferida al infierno, al plano astral o al cielo. Por tanto, si tu alma es destruida antes de eso, tu consciencia y todo lo que esta contiene ya no existen en ningún lado, ni en el mundo físico ni en el mundo espiritual.

Esto preocupo a Julian, pues las palabras que Mefistofeles le dijo eran ciertas. Dantaleon había venido para destruirlo y ahora estaba libre en busca de los otros sucesores.

-No tienes tiempo de preocuparte por ellos, ellos tienen sus propios guardianes y tu tienes que buscar una cura para esto.

Parecía como si el ángel le hubiese leído la mente, esto le pareció un poco incomodo, pero al darse cuenta de que tenia razón lo dejo pasar sin cuidado.

-Tienes razón. ¿Hay alguna forma de que pueda regresar a mi cuerpo?

-Déjame ayudarte con eso.

El ángel que hasta ahora se había mantenido de pie con los ojos cerrados y las retraídas sobre su espalda, se acerco hacia él, puso sus manos sobre sus hombros y extendió sus alas a su alrededor. Julian un poco confundido miro su rostro y se dio cuenta que era el de una persona joven, con la piel blanca, orejas y nariz pequeña, labios rosados y facciones suaves que le resultaban agradables. Esperando que algo pasara se quedo en silencio durante algunos segundos, al cabo de los cuales el ángel empezó a emitir una tenue luz blanca que poco a poco se hacia más intensa.

Cuando ya no pudo ver nada y no sentía la presencia del ángel cerro los ojos y escucho su voz.

-Nuestras almas están conectadas, si quieres preguntarme algo solo tienes que hacerlo y yo responderé.

Al abrir los ojos, despertó de súbito en la cama del hospital, al lado de un asombrado medico que lo saludo en cuento se percato de ello, pues hasta ahora había estado revisando sus signos vitales y su temperatura algo asustado.

-¿Donde estoy? -Dijo sentándose en la cama.

-Estas en un hospital.

-¿Cuanto tiempo llevo inconsciente? 

-Dos semanas y media.

-¿Ha pasado algo importante mientras estaba dormido?

-Tu amiga vino a visitarte y-

-Nosotros la interrogamos, por suerte ahora podrás responder lo que ella no pudo. -Contesto Armando entrando en la habitación.

Julian lo miro fijamente y Armando solo sonrió.





Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora