Capitulo 50: Partiendo escoltado.

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Al salir se vio rodeado por un par de decenas de hombres, literalmente rodeado ya que incluso estaban sobre el techo de aquel local. Esto lo sorprendió, ya que sabía que no podría hacerles frente, ni con su arma ni con su magia, sencillamente eran muchos para el.

Entre los que tenía al frente reconoció las caras de Rafaél, Andrés y Dominic, el resto le resultaron extraños y más extraño le resultó que ellos 3 estuvieran juntos en ese sitio.

El hombre alto, corpulento, de cabello negro, ojos negros y barba corta que estaba entre Rafael y Andrés dio un paso al frente mirándolo intensamente.

-muchacho, yo soy Armando, lider de la Hermandad de Sangre, quien está al lado de Andres, a mi derecha es Rigoberto, lider de Cuchilla de Plata y a mi izquierda, acompañado de Dominic se encuentra Gustav, lider de Los Duendes; debes estar preguntandote el porqué estamos aquí, pues es simple: queremos hacerte unas preguntas.

Rigoberto lo miraba curioso y luego de haberlo presentado solo bajo su sombrero tratando de parecer amistoso, por el contrario Gustav lo miraba ansioso y movía vigorosamente sus dedos sobre su Luger p08.

Julian estaba intrigado y al mismo tiempo asustado, ¿porque aparecerian ante él tan importantes personajes? ¿que querían preguntarle? ¿cuales eran sus verdaderas intenciones? ¿debería intentar huir? En verdad quería hacerlo, pero era claro que eso sería un error, ya que podrían acribillarlo a tiros, fácilmente desaparecer su cuerpo y si sabían que Rebecca estaba adentro, tomar sus cosas y tomarla de nuevo como esclava.

Esta consideración hizo que le pusiera el seguro a su arma y la pusiera en su bolsillo.

-bien, iré con ustedes, con la condición de que no toquen a mi amiga que está ahí adentro.

los líderes se miraron entre ellos y Rigoberto y Gustav le asintieron a Armando.

-¿estás seguro? te llevaremos con nosotros bajo las leyes de "justicia y orden" y "amnistía y desarme" ...

Julian recordó las palabras del anciano que le regaló la bodega y lo acogió como nieto en aquel lugar: "ten cuidado si te ponen bajo las leyes de "justicia y orden" y "amnistía y desarme" ya que la primera les da la garantía de que si detectan que has mentido inmediatamente darán contigo y organizaran una ejecución pública y la segunda, les permite decidir si en caso de haber cometido un crimen te pueden matar o perdonarte y quitarte todo lo que lleves encima".

Recordar eso, le puso en aviso de que estaba entrando en una boca de lobo, le hizo pensar que querían matarle, pero, ¿porque? eso no lo tenía claro y obviamente no eran buenas noticias, sin embargo, le aliviaba, ya que en caso de que eso sucediera, Rebecca tenía la mochila con ella y podría comprar su libertad y la de sus hermanos poniéndose a salvo de quienes los habían esclavizado.

-ire, pero con tal de cumplan mi condición. -comentó Julian mirándolos fríamente-.

-bien, eso haremos.

Rodos los hombres que estaban en el techo saltaron tras de él, haciendo ruido suficiente como para que Rebecca los notara, lo que la hizo preocupar sobre Julian.

-Rebecca, quédate allí hasta que regrese, no salgas de allí por nada del mundo y cuida muy bien de nuestras cosas -dijo Julian por él walkie-talkie-.

Ella lo tomó con su mano derecha y se lo llevó a la boca.

-o-ok, aqui estare. No tardes demasiado.

-no te preocupes, volveré para la hora de la compra.

-ok.

Después de esa breve conversación julian puso de regreso en su arma en su bolsillo izquierdo, apagó su walkie-talkie para que no lo escucharan y comenzó a caminar junto con los líderes y aquellos hombres como escolta.

Una decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora