Después de salir Julián tomo la mochila café, reviso que llevara las tarjetas en el bolsillo y sin más partió con los suyos.
- ¿Qué era eso que tanto hacías adentro? - inquirió Alicia-.
-adquirí ciertos contactos que creo nos serán de ayuda en el futuro...
- ¿eso nos incluye?
-quiéralo o no ya tengo conmigo a un grupo de 7 personas y un perro, así que esos contactos son para el bien común.
Alex y Alicia sonrieron, sonrieron porque se dieron cuenta de que ya no dependían del azar, sino de lo que lograran juntos. Esto los unió un poco y se les ocurrió que cuando llegasen a casa con los suyos nominarían a Julián como líder.
Al Salir de la zona neutral Julián sintió un escalofrió y percibió que el pie de fuerza de los duendes había disminuido. Presintiendo que algo malo iba a suceder le dio la orden a Alicia de que si veía algo extraño tirara a matar.
Al salir del bazar no había ni un alma, hecho que era usual, pues a partir de allí se extendía la ciudad infestada de zombies.
Giraron a la izquierda y caminaron 2 calles. Entonces 10 hombres los rodearon, Alicia iba a disparar, pero Julián extendió su mano hacia atrás indicándole que no lo hiciera.
-tienes algo que nos pertenece, chico.
-no sé a qué te refieres. –Dijo fríamente Julián-.
-ese día escaparon 20 esclavos, de los cuales 15 ya fueron comprados por quienes los encontraron, desde entonces hay 5 que no encontramos.
-y eso que tiene que ver conmigo –inquirió desafiante-.
-no te hagas el tonto, sé que si ese chico está contigo quiere decir que también tienes a su hermano y a la revoltosa de su hermana.
-si ya lo sabes, que propones.
-sé que no me los vas a entregar, así que te propongo que me traigas cierta cosa a cambio.
El saco de su bolsillo una hoja de papel amarillenta, la desdoblo y se la entregó a Julián.
-quiero que me las traigas mañana a esta hora, de lo contrario no podrás comerciar aquí de nuevo y si uno de los nuestros lo encuentra tendrá ordenes de matarlo.
- ¿esto es todo por los tres?, será fácil de conseguir.
-esto bastara por los dos chicos, -apretó el puño- pero a ella... tendrás que devolverme -se controló- devolvérnosla.
-son todos o ninguno.
-bien, en ese caso por ella te pido lo mismo que les diste a tus contactos en el bar.
El hombre sonrió, pensó que con eso Julián cedería. Julián apretó los dientes.
-está bien, pero dame una hora más.
De repente todos los hombres que los rodeaban desaparecieron, al igual que aquel hombre.
Julián y compañía suspiraron, era algo relajante no ser presionados por nadie.
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Una decisión
AcciónEn un mundo en el que la humanidad a caído en la anarquía debido a la aparición de un virus zombie, seguimos la historia de un joven que busca a sus padres mientras lucha por sobrevivir a una nueva guerra santa en la que se pone en juego no solo el...