Capítulo 11

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Aria

16 de Enero – 13:02 PM

Liyue – Pantano Dihua - Casa de Aria y Xiao

Cuando paseé por la casa para llamar a todos a la mesa, no encontré a Xiao en la habitación principal, ni en ninguna parte.

Lo hallé fuera (aunque no muy lejos de la entrada de nuestra casa), sentado a la orilla del lago.

-Aria: ¿qué estás haciendo aquí?

Incluso con el delantal puesto, me encaminé a su encuentro. Su mirada no me gustó en absoluto. Parecía perdida en oscuros y perturbadores pensamientos.

-Xiao: me iré por unos días a patrullar –anunció de pronto, sin apartar la vista de las aguas.

-Aria: ¡¿qué?! –expresé, estupefacta.

Se levantó sobre la tierra, pero me dio la espalda.

-Xiao: necesito un tiempo a solas para tranquilizarme –añadió, serio-. De otro modo, volveré a intentar matarlo.

"Xiao, por favor...", decía, herida, en mi fuero interno.

-Aria: dímelo al menos de frente y te dejaré ir –espeté, rabiosa.

Por supuesto que no quería que se marchara, así que, creyendo que no sería capaz de mirarme a los ojos, solté aquel reto de forma desesperada.

No obstante, lo hizo.

-Xiao: me voy, Aria –sentenció, tras clavarme aquellos dorados ojos por encima del hombro.

Era horrible usar a mi hija como excusa para que se quedara a mi lado, pero, en aquel momento, no encontré otra alternativa:

-Aria: ¿Y Kairi?

Volvió a quitarme la mirada de encima.

-Xiao: precisamente mi ausencia le vendrá bien ahora –supe que le dolió pronunciar aquello desde lo más hondo.

-Aria: ¿cómo puedes decir...?

Me interrumpió con un repentino intento de beso, pero sólo quedó en eso: en un intento. Nada más volver a contemplarme, se echó para atrás.

-Xiao: lo siento –fueron sus últimas palabras antes de marchar.

***

Nathaniel

16 de Enero – 13:39 PM

Liyue – Pantano Dihua - Casa de Aria y Xiao

Venti me abrazó hasta que pude parar de llorar. Sabía que mi tío era un poco frío, pero... incluso pude percibir lo tanto que me odiaba en sus palabras. No era la primera vez que lo intuía, pero nunca antes lo había mostrado con aquella intensidad.

No obstante, yo no era el que peor ánimo tenía, pues mi hermana ni siquiera tuvo fuerzas para ir al comedor. Amaba la comida de mamá y, pese a ello, se quedó bajo la manta.

-Venti: servicio de comida gourmet, ¡debería quedarme a vivir aquí! –elogió a mi madre, como solía hacer cuando venía a aquella casa por nuestros cumpleaños u otras celebraciones-. ¿Te gusta el asado, querido ahijado? –me miró, alegre.

-Nath: ¡sí! –aquel plato incluso había levantado mi humor, hecho que alivió al siempre animado bardo.

-Zhongli: está buenísimo, Aria –también elogió el abuelo de Kairi. Tenía unas formas lentas y delicadas para comer. Cogía el tenedor y se lo llevaba, lentamente, a la boca. Me hacía gracia.

Aún así, el que estaba comiendo más lento era papá. Mamá quería darle de comer, pero él se negó en rotundo, por lo que se dio su tiempo con cada trozo que cortaba.

Ver a papá de nuevo, aparentemente sano y salvo, fue lo que terminó de mejorar mi ánimo.

-Aria: déjame ayudarte, Al... -le miraba con unos ojos suplicantes.

Pero papá nunca quería ser un estorbo para nadie.

-Albedo: puedo hacer... -insistió, pero calló en cuanto vio a mamá levantarse.

Si querías ayudarlo, lo mejor era, sencillamente, hacerlo. Y mamá lo sabía bien: fue hasta su asiento y cortó todos los pedazos por él.

Papá suspiró, mientras veía cómo ella hacía "todo el trabajo". Sin embargo, pude atisbar un ápice de alegría en la incómoda expresión de su rostro. "Siempre estaba más contento cuando mamá estaba cerca", pensé, una vez más, y me llevé a la boca otro trozo de sabrosa carne.

Y yo era más feliz cuando papá también lo era.

-Venti: qué lindos os veis... –expulsó una risita juguetona, refiriéndose a mis padres.

Sin embargo, el pelinegro no tardó en darle un pequeño codazo.

El Pecado del Alquimista 4 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora